Por Cristina Carrazán
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Por Cristina Carrazán
Un concejal de la localidad fronteriza de Salvador Mazza sufrió un violento asalto a mano de dos sujetos que ingresaron en su oficina, lo encañonaron, lo golpearon, le sustrajeron dinero para luego dejarlo atado y amordazado. El edil Pablo Grosso, de 36 años, reside en una vivienda contigua a la del presidente del Concejo Deliberante, Conrado Nieto, y a menos de 100 metros de la casa del intendente Rubén Méndez y ejerce en su actividad privada como agente aduanero junto a su padre; afortunadamente en el momento del violento atraco estaba solo.
“Pedí que no me mataran”
Grosso reside en el barrio YPF, entre las calles Jujuy y Segundo Pasaje, y según refirió en su denuncia policial, alrededor de las 21.30 de la noche del viernes, cuando se encontraba en su oficina vio ingresar a dos hombres por lo que supuso que se trataba de personas vinculadas a su actividad. Pero los sujetos en un rápido movimiento lo redujeron, cerraron la puerta de la oficina y con el edil en el suelo -a quien le daban puntapiés en el cuerpo y en el rostro- le exigieron la entrega del dinero que tenía guardado.
“Les dije que por favor no me mataran, que les iba a entregar todo lo que tenía; en un primer momento parecía que estaban algo confundidos porque me preguntaban si mi casa quedaba al lado. Les dije que no se mandaran ningún moco porque al lado era otra propiedad. Que yo les iba a dar todo lo que tenía y que se fueran tranquilos. En ese momento le rogué a Dios que no permitieran que me mataran”, expresó el edil con la voz quebrada el recordar el momento de pánico que le tocó vivir.
Los sujetos, al parecer, se convencieron de que Grosso no tenía más dinero que el que les entregó. “Me pedían que abra la caja fuerte pero ahí solo tenía papeles y cambio; parece que se dieron cuenta que era sincero con ellos por eso tomaron el dinero, algunos celulares y se fueron tranquilamente como ingresaron”, refirió el edil.
El concejal permaneció varias horas atado de pies y manos y fue un guardia de seguridad privada que recorre esa cuadra quien escuchó los gritos de Grosso que pedía ayuda. Cuando la policía llegó al lugar llevaron a Grosso hasta el hospital de la localidad fronteriza. El joven presenta golpes y contusiones, pero sin ninguna otra consecuencia grave, más allá del momento de angustia al sentirse a merced de dos delincuentes que actuaron con total profesionalidad.
Hablen menos y hagan más
El presidente del Concejo Deliberante de Salvador Mazza Conrado Nieto se mostró indignado “por la situación de inseguridad que vivimos todos los días en Salvador Mazza. Esta es la entrada a la Argentina y se supone que los cientos de gendarmes, federales, aduaneros o policías provinciales, algún dato deben tener sobre quiénes entran y salen, quiénes son los malvivientes y quiénes la gente de trabajo”.
Añadió: “Aquí entran peruanos, colombianos, mexicanos, cordobeses, santafesinos y nadie sabe a qué se dedican; no se entiende cómo la inteligencia de las fuerzas de seguridad no sepan quién es quien”.