Por Bernardita Ponce Mora
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Por Bernardita Ponce Mora
Miles de niños y niñas fueron ayer a la escuela por primera vez. Otros, que pasaron a sala de cinco años, se reencontraron con las caritas de sus compañeros del año pasado.
Sus señoritas habían decorado los pasillos y las aulas con cartulinas de colores para darles una bienvenida alegre y habían preparado actividades para jugar en la clase. En algunas instituciones el panorama era otro: no había ninguna maestra a la espera de los niños. Se hizo notar la falta de designación de docentes.
En el salón de actos de la escuela Urquiza los alumnos y alumnas de primer grado recibieron a sus compañeritos de jardín de infantes formados en fila con un brazo de distancia. "Aquí está la bandera idolatrada, la enseña que Belgrano nos legó", sonó la melodía que dio el paso a los abanderados de la escuela primaria.
Los niños y niñas del prejardín escucharon por primera vez en silencio el Himno nacional aún tomados de la mano de sus familiares.
Tras el pequeño acto de bienvenida, las maestras los llamaron a las aulas. Abuelas, hermanitos y tíos miraban desde la ventana cómo los más pequeños de la familia comenzaban su escolaridad. Sus madres y padres, emocionados, veían cómo sus hijos se hacían un poco más grandes.
Lo mejor, jugar
El Tribuno dialogó con algunos niños y niñas que comenzaron ayer el prejardín y el jardín. La mayoría coincidió en que lo mejor de la escuela era jugar.
Diego, que entró a la sala de cinco de la escuela Urquiza, contó que su juego favorito es el columpio, que extrañaba a sus compañeritos y que venía con muchas fuerzas de las vacaciones.
Agustín y Jade, que entran a jardín y prejardín, respectivamente, en esta institución, son hermanos y están ansiosos por conocer a sus nuevos amigos y amigas.
Alondra, que empieza la sala de cinco años en la escuela Jacoba Saravia, dijo que lo que más le gustó del prejardín fueron las canciones, aunque aseguró que sus preferidas son las hadas y las princesas.
Clases sin maestras
En medio de los miedos y de la ilusión propia del primer día de clases, muchos niños, niñas y sus familias volvieron cabizbajos ayer a sus casas. Algunas clases aún no tienen maestras designadas. Si bien los directivos esperaban que esta situación se resolviera para hoy, lo cierto es que la espera puede durar unos días.
En la escuela Jacoba Saravia, por ejemplo, la señorita de una sala de 5 años tiene licencia por enfermedad por 30 días y no se sabe quién será la maestra suplente. Muchas mamás manifestaron su preocupación porque este tema se resolviera. Creen que puede ser difícil para sus hijos o hijas adaptarse a nuevas caras y actividades.
Una de las maestras directivas de la institución quiso llevar tranquilidad a madres y padres. Dijo que, a más tardar, hoy tendrán a la señorita suplente y que ella les dará la información sobre la sala. "Lo importante es que (niños y niñas) han venido y van a compartir. Tengamos paciencia hasta que llegue la señorita que va a cubrir la sala", comentó.
Durante la reunión en el aula las voces de los adultos se diluía con el murmullo de los y las niñas que aprendían a conocerse.
Luego de esta explicación la maestra se quedó con los y las pequeñas unos 20 minutos.
Aún no comenzaron
Fernanda Villarroel llevó ayer a su hija a la Escuela de Regímenes Especiales 7035, en el macrocentro, para que empezara la salita de cuatro.
Contó a El Tribuno que, durante el acto de apertura, la vicedirectora dijo que la celadora estaría con los chicos y chicas de prejardín hasta que se designara a la maestra.
Tras el acto, los niños y niñas fueron con sus familias a la clase. Allí una maestra jardinera les explicó que no se podían quedar y que debían estar atentos durante la semana -"esperamos, mañana"- a que hubiera novedades sobre la docente. "Luego del paro, el Gobierno está con miedo de designar a un docente por si hace paro", contó que acotó la maestra.
"En mi época jamás pasó eso y siempre fui a la escuela pública. Desde diciembre tienen tres meses para designar a las maestras. No pueden esperar a que llegue el primer día. Es un manejo político o una desorganización", observó.
Lamentó que su hija, que iba con ilusión y temor por primera vez a la escuela, tuviera que volver a la casa sin siquiera haber jugado.
El acto oficial, encabezado por la ministra de Educación, Analía Berruezo, se concretó en la escuela N§ 4086 Magdalena Gemes de Tejada de la localidad de El Galpón. La matrícula en toda la provincia del nivel inicial asciende a 49.000.