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Un reality de “máxima seguridad”, en la puna salteña

Se emitirá los martes, a las 22, por la Televisión Pública. Es la historia de un reality show ambientado en una cárcel, en medio de un salar. 
Viernes, 31 de marzo de 2017 22:39

El relato de esta miniserie, con autoría de Mario Segade y dirección de Daniel Burman, se desarrolla dentro de una cárcel ubicada en medio de un desierto de sal y apunta a mostrar el límite que marcan los protagonistas cuando se trata de sus propias obsesiones, culpas y miedos.

Esta prisión, aislada de la realidad y que había sido centro de una sangrienta matanza durante una rebelión de internos diez años antes, se transforma en un escenario imponente para un programa televisivo que será visto por el público las 24 horas del día.

El rodaje de “Supermax”, que la Televisión Pública argentina produjo junto con la cadena brasileña Globo, se llevó a cabo en las alturas de Salinas Grandes en julio pasado.
“Mi personaje es psicológicamente complejo”, dijo Novoa al explicar que su papel como Lorna en esta miniserie le llegó “en un momento de madurez personal en el que puedo valorar más lo enorme que es el proyecto”.

Lorna “es una mujer que tiene su castigo por su propia ambición, no es una heroína. La destrozan, tiene un momento precioso de locura, después vive una situación hermosa cuando se encuentra con su verdadero amor, y un instante de lucidez para pedirse perdón por lo que se convirtió. Es muy shakespereano”, puntualizó.

El programa -en voz de sus protagonistas- empieza mostrando una historia que tiene muchas capas pero luego, el relato se dispara para cualquier otro lado. En tal sentido, en un inicio trata de ser una crítica al reality show y a lo que devino en ese “manoseo” humano de mostrar las miserias en la televisión.

Antonio Birabent, quien encarna al esposo de Lorna y es el único participante que corre con ventaja por haber conocido previamente la prisión, contó que su personaje “fue Francisco en el pasado y es Sandro en el presente”.

“Su forma de ser hizo que fuera un líder tiempo atrás y esa característica reaparece cuando comienzan los problemas dentro de la cárcel”, comentó.
El tercer personaje de una relación sinuosa y oscura es el cubano Rubén Cortada, que ahora se pone en la piel de Mercurio Salgado.

“Mercurio es un hombre tóxico y dañino que no tiene banderas. Desde que tiene consciencia está solo, nadie lo cuidó, no tuvo familia y siempre participó de bandas delictivas porque fue lo que tuvo a mano para sobrevivir. Utiliza lo que tiene que utilizar para llegar a donde sea”, describió Cortada.

Aunque el programa televisivo ofrece un premio de 2 millones de dólares para el ganador de “Supermax”, ninguno de sus personajes tiene en mente competir para conseguirlos: el verdadero objetivo de su participación es otro.

Este thriller psicológico coquetea constantemente con la realidad y la ficción, y muestra “un alto nivel de psicopatías en cada uno de los personajes”, expresó Cortada. Mercurio, sin escrúpulos; Sandro, sometido a diversas situaciones de violencia y de acción, y Lorna cegada por la codicia.

Sin embargo, en algún momento de esta ficción, las vidas de Sandro y Mercurio se cruzan con la de Lorna quien, antes de resultar herida, de ser abandonada en el motín ocurrido en la cárcel una década atrás y secuestrada por un policía, había sido la jefa de una banda criminal.

En el centro del desequilibrio aparece Augusto que, interpretado por Nicolás Gold, busca que Sandro ingrese al reality. Él, al igual que Lorna, está conectado al pasado de Sandro e intenta movilizar su historia.

Augusto será una especie de nexo entre el interior y el exterior del presidio.
 

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El relato de esta miniserie, con autoría de Mario Segade y dirección de Daniel Burman, se desarrolla dentro de una cárcel ubicada en medio de un desierto de sal y apunta a mostrar el límite que marcan los protagonistas cuando se trata de sus propias obsesiones, culpas y miedos.

Esta prisión, aislada de la realidad y que había sido centro de una sangrienta matanza durante una rebelión de internos diez años antes, se transforma en un escenario imponente para un programa televisivo que será visto por el público las 24 horas del día.

El rodaje de “Supermax”, que la Televisión Pública argentina produjo junto con la cadena brasileña Globo, se llevó a cabo en las alturas de Salinas Grandes en julio pasado.
“Mi personaje es psicológicamente complejo”, dijo Novoa al explicar que su papel como Lorna en esta miniserie le llegó “en un momento de madurez personal en el que puedo valorar más lo enorme que es el proyecto”.

Lorna “es una mujer que tiene su castigo por su propia ambición, no es una heroína. La destrozan, tiene un momento precioso de locura, después vive una situación hermosa cuando se encuentra con su verdadero amor, y un instante de lucidez para pedirse perdón por lo que se convirtió. Es muy shakespereano”, puntualizó.

El programa -en voz de sus protagonistas- empieza mostrando una historia que tiene muchas capas pero luego, el relato se dispara para cualquier otro lado. En tal sentido, en un inicio trata de ser una crítica al reality show y a lo que devino en ese “manoseo” humano de mostrar las miserias en la televisión.

Antonio Birabent, quien encarna al esposo de Lorna y es el único participante que corre con ventaja por haber conocido previamente la prisión, contó que su personaje “fue Francisco en el pasado y es Sandro en el presente”.

“Su forma de ser hizo que fuera un líder tiempo atrás y esa característica reaparece cuando comienzan los problemas dentro de la cárcel”, comentó.
El tercer personaje de una relación sinuosa y oscura es el cubano Rubén Cortada, que ahora se pone en la piel de Mercurio Salgado.

“Mercurio es un hombre tóxico y dañino que no tiene banderas. Desde que tiene consciencia está solo, nadie lo cuidó, no tuvo familia y siempre participó de bandas delictivas porque fue lo que tuvo a mano para sobrevivir. Utiliza lo que tiene que utilizar para llegar a donde sea”, describió Cortada.

Aunque el programa televisivo ofrece un premio de 2 millones de dólares para el ganador de “Supermax”, ninguno de sus personajes tiene en mente competir para conseguirlos: el verdadero objetivo de su participación es otro.

Este thriller psicológico coquetea constantemente con la realidad y la ficción, y muestra “un alto nivel de psicopatías en cada uno de los personajes”, expresó Cortada. Mercurio, sin escrúpulos; Sandro, sometido a diversas situaciones de violencia y de acción, y Lorna cegada por la codicia.

Sin embargo, en algún momento de esta ficción, las vidas de Sandro y Mercurio se cruzan con la de Lorna quien, antes de resultar herida, de ser abandonada en el motín ocurrido en la cárcel una década atrás y secuestrada por un policía, había sido la jefa de una banda criminal.

En el centro del desequilibrio aparece Augusto que, interpretado por Nicolás Gold, busca que Sandro ingrese al reality. Él, al igual que Lorna, está conectado al pasado de Sandro e intenta movilizar su historia.

Augusto será una especie de nexo entre el interior y el exterior del presidio.
 

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