Más allá del dato estadístico sobre el segundo día de huelga nacional docente, que habría estado en los mismos índices que la primera jornada, hubo casos como los del colegio Juan Calchaqui, de la capital, que revelaron otros aspectos del paro.
inicia sesión o regístrate.
Más allá del dato estadístico sobre el segundo día de huelga nacional docente, que habría estado en los mismos índices que la primera jornada, hubo casos como los del colegio Juan Calchaqui, de la capital, que revelaron otros aspectos del paro.
Sobre la cuestión general de este último, hay que decir que según se informó oficialmente se mantuvo la tendencia a mayor adhesión en los distritos del interior.
En cuanto a la citada institución, la N§ 5.046 situada a metros del plaza Gurruchaga de la capital y lindante a la biblioteca popular Juan Carlos Dávalos, una de sus docentes, Teresa Fernández, contó que el paro les sirvió como respiro para preparar las instalaciones de cara al inicio real del ciclo lectivo. "No nos alcanza la plata y no nos mandaron sillas ni bancos nuevos, que venimos pidiendo, que sean más resistentes, para chicos del secundario no del primario", señaló.
Debieron usar fondos propios para contratar a un vecino ex técnico de una empresa de telefonía, Gerardo González, para que remendara el mobiliario averiado. "A la escuela se le hace precio", dijo ante la consulta por sus honorarios.
Mariel Pistán, la vicedirectora de la institución, admitió que hubo un "clima de paro", dado no solamente por el adosamiento de los docentes a la jornada de lucha sino también por el alto ausentismo de estudiantes.
En algunos grados había me nos de cinco chicos presentes.