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19 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
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La tarde en la que Alfonsín puso la casa en orden

Previamente, los partidos políticos firmaron el Pacto Democrático. 
Martes, 18 de abril de 2017 21:34

Mientras aquí en Salta, el 16 de abril la Asamblea Cívica presidida por el gobernador Roberto Romero emitía un comunicado y participaba de una marcha por el centro de la ciudad, en Córdoba y Buenos Aires se agravaban los hechos.
Esa tarde, Alfonsín se reunió con sus ministros mientras la gente se concentraba frente al Congreso. Una hora después, los rebeldes de Córdoba dieron a conocer sus exigencias: amnistía, relevo del jefe del Ejército Ríos Ereñú y cese de las hostilidades de la prensa.
Mas tarde, el Gobierno nacional respondió: “No negocia con los rebeldes”. En tanto se anuncia que el presidente irá al Congreso, donde ya había medio millón de personas. 
En el Congreso, Alfonsín reitera: “La justicia no se negocia”. Pero, de regreso a la Casa Rosada, se entera del surgimiento de un grupo rebelde en Campo de Mayo. Para Alfonsín y sus colaboradores fue una noche en vela. Otro tanto ocurrió en Salta, donde Romero con otros políticos, no pararon de comunicarse con Buenos Aires y las agencias noticiosas para estar al tanto de todo.

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Mientras aquí en Salta, el 16 de abril la Asamblea Cívica presidida por el gobernador Roberto Romero emitía un comunicado y participaba de una marcha por el centro de la ciudad, en Córdoba y Buenos Aires se agravaban los hechos.
Esa tarde, Alfonsín se reunió con sus ministros mientras la gente se concentraba frente al Congreso. Una hora después, los rebeldes de Córdoba dieron a conocer sus exigencias: amnistía, relevo del jefe del Ejército Ríos Ereñú y cese de las hostilidades de la prensa.
Mas tarde, el Gobierno nacional respondió: “No negocia con los rebeldes”. En tanto se anuncia que el presidente irá al Congreso, donde ya había medio millón de personas. 
En el Congreso, Alfonsín reitera: “La justicia no se negocia”. Pero, de regreso a la Casa Rosada, se entera del surgimiento de un grupo rebelde en Campo de Mayo. Para Alfonsín y sus colaboradores fue una noche en vela. Otro tanto ocurrió en Salta, donde Romero con otros políticos, no pararon de comunicarse con Buenos Aires y las agencias noticiosas para estar al tanto de todo.

Viernes Santo
El 17 de abril a la madrugada, se sabe que un oficial llamado Aldo Rico tomó la Escuela de Infantería de Campo de Mayo, creando así un nuevo foco rebelde. A las 11, Rico es relevado pero de Córdoba llega una mala noticia: el exmayor Barreiro se había fugado del Regimiento que lo tenía bajo arresto. Fue raro pero a medida que corrían las horas, peores novedades se tenían. 
A la noche llegó una noticia que alivió los ánimos: el 2do. Cuerpo de Ejército, leal al Gobierno, marchaba sobre Campo de Mayo. A todo esto, la gente había comenzado a reunirse en las puertas de Campo de Mayo, insultando a los rebeldes.

Sábado Santo
El 18 de abril, el trajín cívico, político y militar es más intenso y agustioso. Lo que parecía que se solucionaba pronto, se prolongaba más de la cuenta. La gente se impacienta y los ánimos se enervan peligrosamente. El público frente a Campo de Mayo comienza a tratar de forzar los portones, mientras las plazas de todo el país reciben a miles de indignados que portan pancartas contra los militares rebeldes. 
Por la tarde, el Gobierno nacional convoca a todos los partidos políticos y propone un documento: “Pacto Democrático”. Y mientras el apoyo internacional se multiplica, el cardenal Primatesta hace gestiones para que los rebeldes depongan su actitud.
Esa noche llega otro alivio. Cuando Alfonsín cena con sus colaboradores, 250 altos oficiales reunidos en el edificio Libertador dan su total apoyo a la legalidad.

Domingo de Pascua
A la 8 del 19 de abril de 1987, Alfonsín ya está en su despacho junto a sus colaboradores, mientras a la Plaza de Mayo comenzaba a llegar gente. Lo mismo ocurría aquí en Salta, con la plaza Güemes. 
Al mediodía, la Plaza de Mayo contenía una multitud calculada en más de 300 mil personas. 
En la Casa Rosada, el presidente con dirigentes de otros partidos firman el Pacto Democrático, y media hora después, Alfonsín sale al balcón y anuncia que se va a Campo de Mayo a pedir la rendición de los rebeldes. La multitud lo aclama y el país, que escucha y ve todo por televisión se conmueve. Muchos rezan por la integridad del Presidente y para que le vaya bien. 


Luego de cuatro horas Alfonsín volvió sano y salvo.Ya en el balcón, miró la multitud, y dijo: “¡Compatriotas, felices Pascuas! Los amotinados han depuesto su actitud”.

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