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“Es necesaria una política de convivencia”, dice la directora de Mediación    

Entrevista con Raquel Munt, directora nacional de Mediación.
Viernes, 07 de abril de 2017 00:26

Por Bernardita Ponce Mora

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Por Bernardita Ponce Mora


La directora nacional de Mediación y Métodos Participativos de Resolución de Conflictos, Raquel Munt, dialogó con El Tribuno en un impás del encuentro regional de mediación comunitaria. Antes de ocupar su cargo actual fue durante cuatro años directora de Inclusión del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

¿Qué es la mediación comunitaria?
Es una práctica relacional que genera un espacio de confianza, cercanía y hasta de inserción territorial donde las partes pueden, a través de un tercero neutral, que solo facilita la comunicación, llegar a una mirada diferente del conflicto, reflexionar sobre lo que les pasa y sobre cómo eso afecta comunitariamente. Es un espacio de reflexión, donde construir nuevas narrativas. El mediador lleva a las partes a nuevos escenarios para que ellas mismas creen un relato nuevo de esa situación. Esto hace que sea una herramienta de gestión de conflictividad y de salud social, que mejora la calidad de vida de las personas.

¿En qué se diferencia de la prejudicial?
La prejudicial es solo un área de la mediación, que fue concebida como una práctica destinada a descomprimir la sobrecarga jurisdiccional. Además tenía que ver con detectar muchos de esos conflictos que, resueltos en el ámbito jurisdiccional, no iban a tener la respuesta que las partes querían.
En la práctica no hay diferencia entre lo comunitario y lo prejudicial: lo que se pone a disposición de las partes, el ámbito que se ofrece y las herramientas son las mismas. La distinción es que una tiene como objetivo mejorar los vínculos desde lo social, comunitario, territorial y barrial mientras la otra tiene que ver más con algún reclamo que podría ser objeto de tramitación jurisdiccional (judiciable) y se ofrece como herramienta previa.

¿Cuál es el fin de la mediación prejudicial?
Existe una ley por la cual algunas causas, antes de iniciar juicios, deben pasar por una instancia de mediación obligatoria. Eso ha sido muy bueno para crear la cultura. No todo tiene que ir a juicio y no todo encuentra respuesta allí. Por eso hay tanta disconformidad muchas veces con la sentencia y un alto grado de incumplimiento de ella. Si un conflicto incluye problemas de salud, vivienda, niñez y vinculares es muy difícil abordarlo desde una concepción procesal. 
La escuela, la familia y el barrio son los tres ámbitos de socialización de la persona. Si se trabajara con herramientas de cultura de paz en ellos, sería difícil tener una escalada de conflictividad en otros lugares, como tribunales. Aprenderíamos o tendríamos una cultura de gestión pacífica de esos conflictos. Solo iría a juicio aquello que ameritara prueba o determinadas instancias. Sería una visión mas humana de las relaciones.

¿La mediación es preventiva?
Toda vez que los operadores están formados en herramientas de gestión de conflictividad y hacen una detección precoz, hacen prevención. Si se detecta y se interviene, se evita un resultado que puede terminar en otra instancia. La mediación es netamente preventiva y es puntual en la posibilidad concreta de resolver cuando ya inclusive está instalado. Lo lógico sería que los organismos estatales tuviéramos capacidad instalada para hacer detección y gestión preventiva de los conflictos.

Suelen ser más las mujeres mediadoras que los hombres...
En líneas generales las mujeres tenemos históricamente lugares y temas asignados. Los de pacificación siempre estuvieron asociados a un atributo de la mujer y no es así. La cultura de paz es un atributo de lo femenino, que tenemos hombres y mujeres por igual. 

¿Cuáles son los principales conflictos que ven en lo comunitario?
En las encuestas, en general, los conflictos suelen ser vecinales, asociados al medio ambiente, a la salud y a problemas de convivencia. Los centros reciben casi el mismo porcentaje de situaciones asociadas a violencia de género que a conflictos barriales o vecinales. 
Pareciera que favorecer políticas de convivencia no tuviera buena prensa, como si se dieran por sí solas. Lo más natural es lo menos visibilizado. Desde la Red Federal estamos visibilizando la necesidad de una política de convivencia porque sobre ella vienen justicia, paz, memoria, verdad y desarrollo.

La mediación no trata problemas de violencia...
La ley prohíbe la mediación en temas de violencia de género. Los mediadores decimos que jamás mediamos violencia de género, social, cultural o política. Nosotros mediamos conflictos que tienen las personas y, si detectamos situaciones de violencia, estamos entrenados para trabajar. Si hay violencia estructural, muchas veces no podemos colaborar con ese sistema, esa familia o grupo. Hay situaciones en las que no se puede intervenir con dispositivos amigables. A lo mejor hay que recurrir a menos métodos autocompositivos y más impositivos.
Ahora, si hay síntomas de violencia que son estimables y que pueden ser puestos en un informe, nosotros descomprimimos estas situaciones. La mediación es una herramienta eficaz y pedagógica porque enseñamos a las personas cómo pueden vincularse de una manera diferente. 
 

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