Ricardo Alfonsín no solo es uno de los principales dirigentes nacionales del radicalismo, también es una fuente de consulta permanente en temas vinculados a los derechos humanos. En una entrevista con El Tribuno, el diputado nacional sostuvo ayer que el fallo de la Corte por el 2x1 “es un retroceso en términos jurisprudenciales pero no en términos culturales o políticos”. Además, el hijo del expresidente Raúl Alfonsín desestimó cualquier interferencia del macrismo en la justicia, pero cargó contra el Gobierno “por cosas que ocurrieron” como el desfile de carapintadas el 9 de julio o el debate sobre el número de desaparecidos. “Hay que cuidar al Presidente para que no aparezca con sus declaraciones como queriendo interferir o retando a la Justicia”, concluyó excandidato presidencial de la UCR.
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Ricardo Alfonsín no solo es uno de los principales dirigentes nacionales del radicalismo, también es una fuente de consulta permanente en temas vinculados a los derechos humanos. En una entrevista con El Tribuno, el diputado nacional sostuvo ayer que el fallo de la Corte por el 2x1 “es un retroceso en términos jurisprudenciales pero no en términos culturales o políticos”. Además, el hijo del expresidente Raúl Alfonsín desestimó cualquier interferencia del macrismo en la justicia, pero cargó contra el Gobierno “por cosas que ocurrieron” como el desfile de carapintadas el 9 de julio o el debate sobre el número de desaparecidos. “Hay que cuidar al Presidente para que no aparezca con sus declaraciones como queriendo interferir o retando a la Justicia”, concluyó excandidato presidencial de la UCR.
¿Cuál es su opinión sobre toda la polémica que se armó por el 2x1 a los represores?
Creo que es un retroceso en términos jurisprudenciales pero no en términos culturales o políticos. Hay una sociedad que tiene los anticuerpos lo suficientemente fuertes como para reaccionar como lo hizo. Si alguien creía que este fallo tenía que ver con el hecho de que estuviese cambiando la mirada de la sociedad respecto de lo que ocurrió en aquellos años se debe haber llevado una sorpresa muy grande. Están intactos en la cultura argentina los valores de la democracia y de los derechos humanos. Eso a mi me da una gran tranquilidad. No hay transformación buena o mala que se pueda hacer en democracia si no se cuenta con un acompañamiento de la ciudadanía. Estas decisiones que suelen estar inspiradas en una mirada que lee la mitad de la biblioteca no van a ser acompañadas por la ciudadanía ni pueden explicarse como un cambio de mirada de la sociedad respecto a esos tiempos.
¿Cómo vio la reacción del Gobierno ante esta controversia vinculada a los derechos humanos?
Algunos dirigentes bien. A mi más que la reacción me preocupa la acción. Todos hablan de la reacción y pretenden instalar la idea de que este fallo puede haberle complacido al Gobierno. Yo creo que eso no es cierto. Descarto toda posibilidad de interferencia, si tuviese noticias de lo contrario sería el primero en denunciarlo. Dicen que el Gobierno juzgaría complacientemente este fallo, yo tengo mis dudas ya que en el Gobierno hay muchos. Repito, a mi me importa la acción, no la reacción del Gobierno. ¿Por qué algunos dicen eso? ¿Por qué algunos dicen que este fallo puede no desagradarle al Gobierno? Por cosas que ocurrieron, entonces que tenga más cuidado.
¿Por ejemplo cuáles?
Cuándo ganó las elecciones (Mauricio) Macri trascendió en los medios que el ministro de Defensa sería (Juan José) Gómez Centurión. Yo hice un reclamo en ese sentido y no creo que haya sido por mi reclamo que hayan cambiado de decisión, pero me parece que se iba a cometer un error muy grave. Después fue lo del 9 de julio. ¿Quiénes desfilaron el 9 de julio en el desfile militar? Los carapintadas. Yo no tengo nada contra (Aldo) Rico, pero por los siglos y los siglos estará asociado a un movimiento que se alzó contra la democracia y que reclamaba que se interrumpiera el juicio a los militares. Eso estudian los chicos en la escuela y después van al desfile y los ven desfilar el día de la independencia. Lo mismo pasó en Tucumán cuando desfilaron miembros del Operativo Independencia que están siendo juzgados por delitos de lesa humanidad. Después la discusión de los números (de los desaparecidos), pero casi con la intención de relativizar lo que había ocurrido y haciendo aparecer como si hubiera sido una conspiración espuria la que determinó el número de 30 mil desaparecidos. Después lo que dijo el ministro (de Cultura Pablo) Avelluto: “Nosotros no cargamos con la mochila de la dictadura porque nacimos en la democracia”). Es como si un dirigente de la comunidad judía diga que las generaciones judías actuales no cargan con la mochila del Holocausto. Además de una visión superficial se puede hacer una lectura más profunda que revela una mirada muy distinta.
Muchos piensan que la Corte no hubiese tomado una decisión como esta si el Gobierno sería otro. ¿Coincide?
No creo, porque además no son influenciables esos jueces. A (Carlos) Rosenkratz lo conozco y creo que no es interferible. No lo conozco personalmente a (Horacio) Rosatti pero conozco a gente que lo conoce y me dice que s muy serio. No la conozco a (Elena) Higthon de Nolasco, pero no creo que sean interferibles. Así como he señalado muchas diferencias con este Gobierno, un tanto aisladamente, no vacilaría un instante en señalar el error o reclamar rectificación.
Cristina Kirchner dice que hay nueva mayoría automática en la Corte con estos tres jueces...
No. Lo que va a pasar es que la sociedad es la que va a reaccionar garantizando la institucionalidad. No hay ninguna posibilidad que haya una transformación si la sociedad es tolerante con este tipo de cosas.
Macri dijo hoy (por ayer) que siempre estuvo en contra del 2x1. ¿No le parece que estuvo demasiado tiempo sin emitir opinión sobre el tema?
Creo que hay que tener mucho cuidado y no sobreactuar. La sociedad está muy sensible con las instituciones de la República y la independencia de poderes. Hay que cuidar al Presidente para que no aparezca con sus declaraciones como queriendo interferir o retando a la Justicia. Ahora bien, hubo dirigentes importantes del partido que han señalado sus diferencias como el jefe de Gabinete (Marcos Peña) y (el ministro de Justicia Germán) Garavano.
Se lo aprecia molesto con la postura del radicalismo adentro del Gobierno, ¿por qué es?
Molesto no, pero tengo muchas diferencias que las he expresado desde febrero del año pasado cuando empezaron a tomarse algunas decisiones que el radicalismo jamás debía avalar y que las avaló y calló las diferencias haciendo lo contrario de lo que había dicho que iba a hacer. El presidente del partido no podía avalar la designación de jueces de la Corte por decreto, tampoco el aumento de las tarifas sin las audiencias que la justicia lo declaró insostenible socialmente, lo que se hizo con las mineras.
¿Y lo de Milagro Sala?
En lo de Milagro Sala actuó la justicia, Gerardo Morales no es juez. Ahora tiene que expresarse la Corte. Morales no es juez y yo le pregunté en noviembre o diciembre si había llamado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Me respondió que la había llamado en octubre y que le respondieron que hasta mayo no podían venir. “Yo quiero que vengan acá. Yo no soy abogado, ni querellante ni fiscal”, me dijo Morales. Yo tengo que guiarme por lo que me dicen los propios radicales allí. Ahora tiene que expresarse la Corte sobre eso.