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Los lustrabotas trabajan con cajones hechos en la cárcel

Recibieron una donación de los talleres del penal gracias a Juan Pedro Toconás, antiguo referente del sector.
Martes, 02 de mayo de 2017 00:00

Pese a que hace varios años abandonó el oficio, Juan Pedro Toconás, un exlustrabotas conocido como el "Gorra Felipe", sigue luchando por los derechos de sus compañeros de calle. En su pelea por fortalecer a este oficio y sus trabajadores, hace dos semanas tuvo una buena noticia por parte del Gobierno provincial. Recibió la donación de 60 cajones de lustrar para que reparta entre sus excompañeros.

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Pese a que hace varios años abandonó el oficio, Juan Pedro Toconás, un exlustrabotas conocido como el "Gorra Felipe", sigue luchando por los derechos de sus compañeros de calle. En su pelea por fortalecer a este oficio y sus trabajadores, hace dos semanas tuvo una buena noticia por parte del Gobierno provincial. Recibió la donación de 60 cajones de lustrar para que reparta entre sus excompañeros.

Tan importante fue la labor de Toconás, que en los '90 llegó a presidir Lustrabotas Asociados de Salta, entidad que ya no funciona.

Los cajones fueron confeccionados por presos que se encuentran detenidos en el penal de Villa Las Rosas. Los pintaron de color borravino con guardas negras, emulando al poncho salteño. Además, recibieron un asiento, cepillo, paños y algunos productos para la limpieza de los zapatos.

Juan "Gorra Felipe" Toconás dialogó con El Tribuno sobre cómo surgió esta idea, que va a favorecer a la mayoría de los lustrabotas que se desempeñan en la ciudad.

"Esto surgió de un proyecto que tenía hace muchísimos años cuando ejercía ese trabajo, esa linda labor y loable que es la de lustrabotas. En esos momentos tenía el sueño de que los cajones tengan los colores del poncho salteño", expresó el exlustrabotas.

Es por eso que en 2016 redactó una nota para hacer el pedido de donación de cajones lustrar. Después de que las autoridades accedieran a su pedido, por temas burocráticos y por el femicidio de Andrea Neri, que ocurrió adentro de la cárcel, se paralizó la construcción de los cajones, hasta que hace dos semanas finalmente se hizo efectiva la donación.

"Yo estoy repartiendo los cajones en el Centro Cultural América, ya que no quería llevarlos a mi casa, eso se presta para muchas cosas. Entonces decidí tocar las puertas de esta institución y comprendieron mi situación. Me dijeron que no había ningún problema para repartir los cajones", explicó el exlustra.

Según Toconas, la situación de los lustrabotas es muy mala. "Esto es así desde que yo tengo uso de razón. Desde que ejercía la labor que siempre vamos para atrás. En realidad, y siempre lo manifesté, la pobreza está instalada en todas las áreas", dijo el referente. Y agregó: "Más allá de las buenas intenciones que tengan los seres humanos y los gobiernos, la pobreza está latente, va mucho más allá de lo que realmente se puede mirar. Esa es la realidad".

Según Toconás, los trabajadores muchas veces eligen este oficio por necesidad y por no tener otras fuentes de ingresos para sostener a sus familias.

El último eslabón en la cadena de oficios

Juan Pedro Toconás calificó al trabajo del lustrabotas como el “último eslabón” de la cadena de los oficios. “El trabajador que está en la calle tiene un oficio insalubre e inseguro. Nosotros no tenemos timón y nos guiamos por nosotros mismos. Estamos expuestos a cualquier cosa que se nos presente en la calle. Necesitamos la conciencia del político y de la ciudadanía”, relató. Y continuó: “Piensen que quienes están ahí trabajando, realizando esa labor, tratan de buscar de la mejor manera el centavo. De esa manera, necesitan la comprensión y la asistencia del Gobierno para que se los pueda ayudar”. 

Actualmente Toconás está retirado del oficio. Ahora se dedica a tiempo completo a su familia. Esta jubilado y tiene un problema de motricidad, además de tener dos hijos discapacitados. “Eso me ata todo el tiempo a mi familia. Estoy abocado a ella”, aclaró el exlustra.

Pese a que está alejado de este oficio, Toconás decidió seguir luchando por los derechos de los lustrabotas. “Yo también pase por esa experiencia. En lo que esté a mi alcance, voy a hacer un lugarcito para brindarles un tiempo para que el Gobierno se preocupe por ellos y también la ciudadanía”, dijo. 

El referente social también pidió a la ciudadanía que les dé una mano a los trabajadores que están expuestos en la calle. “Si tienen ropa, calzado que no usen o alimentos perecederos para que puedan llevar a su casa, acérquense a ellos. Lo van a agradecer”, afirmó.

Lamentablemente en la actualidad no hay ninguna asociación que nuclee al sector y por eso es tan difícil coordinar una ayuda para los que necesitan.

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