Hugo Castañeda cumplió, el pasado domingo, con la friolera de 140 carreras organizadas en la tierra que despliegan las competencias automovilísticas de las cafeteras. En ese tiempo inauguró siete circuitos y es la imagen viva de una categoría que supo conservar su esencia a pesar del paso del tiempo y de los avatares económicos que sacudieron a nuestro país.
El estar es un logro, pero el crear proyecta permanencia. El primer circuito que construyó Castañeda fue el del Aero Club. Fue a mediado de los 90 y allí se disputaron 70 carreras en cinco años. Allí comenzó a florecer la idea de un automovilismo regional y Jujuy respondió a la propuesta. Después de los 1.200 metros de pista del Aero Club vinieron otros escenarios: el “Pablo Nesple” de Campo Santo (hoy kartódromo “Nicolás Vuyovich”); “La Represa” de Campo Quijano, el “Santo Domingo” de Cerrillos y el actual circuito de Metán. Hugo además colaboró con el trazado de “El Carmen”, al lado del dique, y el de Perico.
“En estas 140 carreras trabajamos junto al Flaco Albiero, Raúl Siquier, Moisés Aguilar, Adrián Koisman, Hugo Pato. Siempre tuve el apoyo de Salta Refrescos, Raúl Guerrero, Tito Marcilese, Tury Marinaro, muchos periodistas, la gente de diario El Tribuno y, en especial, el de los pilotos”, señaló Castañeda.
Hoy sigue trabajando con la idea de crear espacios y oportunidades. En Metán gracias al apoyo del intendente Fermando Romeri se tiene un impecable circuito de cafeteras y en Rosario de la Frontera, con la impronta del intendente Gustavo Solís, lograron marcar y proyectar el motocross.
“La ayuda del Estado siempre fue muy importante. En estos años los secretarios de Deportes desde Carmelo Di Pietro hasta Sergio Plaza siempre nos tendieron una mano para que las cafeteras y las categorías que la acompañan tengan un lugar importante en la agenda deportiva de los salteños”, expresó Castañeda, quien desde hace 25 años le pone el cuerpo a una pasión aparentada con los fierros pero que en el fondo sabe que es seguir conservando la mística del deporte auténticamente salteño.
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Hugo Castañeda cumplió, el pasado domingo, con la friolera de 140 carreras organizadas en la tierra que despliegan las competencias automovilísticas de las cafeteras. En ese tiempo inauguró siete circuitos y es la imagen viva de una categoría que supo conservar su esencia a pesar del paso del tiempo y de los avatares económicos que sacudieron a nuestro país.
El estar es un logro, pero el crear proyecta permanencia. El primer circuito que construyó Castañeda fue el del Aero Club. Fue a mediado de los 90 y allí se disputaron 70 carreras en cinco años. Allí comenzó a florecer la idea de un automovilismo regional y Jujuy respondió a la propuesta. Después de los 1.200 metros de pista del Aero Club vinieron otros escenarios: el “Pablo Nesple” de Campo Santo (hoy kartódromo “Nicolás Vuyovich”); “La Represa” de Campo Quijano, el “Santo Domingo” de Cerrillos y el actual circuito de Metán. Hugo además colaboró con el trazado de “El Carmen”, al lado del dique, y el de Perico.
“En estas 140 carreras trabajamos junto al Flaco Albiero, Raúl Siquier, Moisés Aguilar, Adrián Koisman, Hugo Pato. Siempre tuve el apoyo de Salta Refrescos, Raúl Guerrero, Tito Marcilese, Tury Marinaro, muchos periodistas, la gente de diario El Tribuno y, en especial, el de los pilotos”, señaló Castañeda.
Hoy sigue trabajando con la idea de crear espacios y oportunidades. En Metán gracias al apoyo del intendente Fermando Romeri se tiene un impecable circuito de cafeteras y en Rosario de la Frontera, con la impronta del intendente Gustavo Solís, lograron marcar y proyectar el motocross.
“La ayuda del Estado siempre fue muy importante. En estos años los secretarios de Deportes desde Carmelo Di Pietro hasta Sergio Plaza siempre nos tendieron una mano para que las cafeteras y las categorías que la acompañan tengan un lugar importante en la agenda deportiva de los salteños”, expresó Castañeda, quien desde hace 25 años le pone el cuerpo a una pasión aparentada con los fierros pero que en el fondo sabe que es seguir conservando la mística del deporte auténticamente salteño.