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La Circunvalación Oeste continúa siendo un basurero a cielo abierto

La gente que vive cerca del lugar arroja sus desechos al costado de la autovía. Tiran desde animales hasta restos de construcciones.
Domingo, 28 de mayo de 2017 00:00

La autopista más conocida como Circunvalación Oeste sigue siendo utilizada como un basurero.

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La autopista más conocida como Circunvalación Oeste sigue siendo utilizada como un basurero.

Su paisaje de vertedero parece ser el resultado de las malas costumbres de los vecinos, las empresas que arrojan sus desechos y de la inercia del Estado.

Se debe decir que se mantienen las banquinas limpias, se arreglaron las juntas en los puentes y el trazado, en líneas generales, no presenta grandes problemas. Sin embargo, el grave problema es de los vecinos que tiran de todo sin que nadie haga nada.

Y esto es una realidad incuestionable que se percibe con solo recorrerla.

El olor de los animales muertos es recurrente desde la ruta provincial 28, que va a San Lorenzo. Los dueños de las mascotas no tienen mejor salida que arrojar los cuerpos en la banquina.

Quienes transitan con frecuencia la circunvalación cuentan que es común ver camionetas que ofrecen servicios de fletes tirando escombros y todo tipo de basura con una impunidad total, y sin tener en cuenta el foco infeccioso y de enfermedades que están generando.

El peor basural está a la altura del puente sobre el río Arenales. Escombros, botellas de gaseosas, durlock, cubiertas usadas, chapas, lavarropas, televisores rotos y hasta animales muertos son algunos de los objetos que se pueden encontrar en el lugar donde muchos se van a bañar en verano.

Por el costado de la autopista corre paralelamente la bicisenda por la que transitan cientos de salteños que salen a hacer deportes y son testigos de este lamentable escenario. En algunos lugares el olor es insoportable y hay botellas de vidrio rotas diseminadas por el suelo.

En la zona del barrio Congreso Nacional hay otro vertedero a cielo abierto. Las bolsas de residuos están desparramadas por todas partes, en la parada de colectivos y el viento lleva el olor a podrido hacia las casas.

Camino a Cerrillos, antes de llegar a la ruta 24, existen dos pasarelas que están totalmente contaminadas por basura que tiran los residentes de la zona.

En este lugar no se encuentran escombros o materiales de construcción, sino botellas, comida, bolsas negras y cajas de cartón, lo que pone en evidencia la poca conciencia ambiental de los ciudadanos. Al menos, en estos lugares a nadie parece interesarle conservar la limpieza en la vía pública para una mejor calidad de vida de todos. De norte a sur, luego de la bajada a San Luis, en el acceso a la calle de Las Madreselvas, hay una parada de micro (que no se usa) que se convirtió en un depósito de basura.

El espacio verde se comenzó a utilizar hace tiempo para dejar escombros y todo tipo de restos de construcciones.

En el lugar hay de todo: inodoros rotos, restos de cal, ladrillos rotos y bloques partidos, además de la basura que se va acumulando porque muchas familias dejan sus desechos allí.

En la 21

La basura, los escombros y los animales muertos se suman a la falta de mantenimiento de la ruta provincial 21. En el tramo de la rotonda con la avenida Excombatientes de Malvinas hasta el ingreso al barrio Finca Valdivia no hay banquina por la altura de las malezas. En ella se esconden todo tipo de basura por lo que detenerse en esa zona es un peligro latente.

 

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