A las obras que se habían anunciado en los pasos internacionales de Salvador Mazza, Aguas Blancas y Misión La Paz, que se desprendían de una línea de financiamiento de 36 millones de dólares, se sumaron esta semana los 45 millones que recibirá la Secretaría de Fronteras de la Nación a través del Fondo para el Desarrollo de la Cuenca del Plata (Fonplata). El funcionario de la repartición, Luis Green, visitó la redacción de El Tribuno y contó que las obras se prolongarán por dos años y buscarán dotar de mejores controles a la frontera con Bolivia, área prioritaria de las rutas del crimen organizado.
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A las obras que se habían anunciado en los pasos internacionales de Salvador Mazza, Aguas Blancas y Misión La Paz, que se desprendían de una línea de financiamiento de 36 millones de dólares, se sumaron esta semana los 45 millones que recibirá la Secretaría de Fronteras de la Nación a través del Fondo para el Desarrollo de la Cuenca del Plata (Fonplata). El funcionario de la repartición, Luis Green, visitó la redacción de El Tribuno y contó que las obras se prolongarán por dos años y buscarán dotar de mejores controles a la frontera con Bolivia, área prioritaria de las rutas del crimen organizado.
En los últimos tiempos hubo una exacerbación de los discursos xenófobos a nivel mundial. En Argentina, muchos se hicieron eco de tal impronta, sin embargo, ante situaciones de extranjerización de la tierra, como la sesión de hectáreas a Joe Lewis, no se sostuvieron los argumentos chovinistas. ¿Hay xenofobia selectiva?
Nuestra problemática es diferente a la del resto del mundo, por ejemplo es diferente a lo que se está viviendo en Europa en estos momentos. Nuestra problemática es que hace cuarenta años hay una ausencia del Estado en la frontera, lo que se pretende es volver a la frontera sin que eso signifique poner un muro. Muy por el contrario, implica no darle la espalda a la frontera.
Tenemos 15 mil kilómetros de frontera, la Argentina es un país muy grande, tenemos 156 pasos fronterizos legales. En primer lugar, pretendemos que la gente use esos pasos legales para ingresar, no queremos blindar la frontera, queremos que esos pasos legales permitan mayor comercio y turismo, y, por supuesto, intercambio cultural. Para ese tipo de intercambios vecinales que existen en ciudades de frontera existe la tarjeta vecinal fronteriza. Además, en aquellos pasos no legales dificultar la entrada del narcotráfico, del delito complejo y de la trata hasta que se pueda cerrarlos definitivamente.
El crimen organizado ya está adentro, hay redes de trata dentro del país y cocinas de droga. Argentina dejó de ser un país de tránsito para lo que usted llama “delitos complejos”.
Pero los insumos para cocinarla sí ingresan de afuera, por ejemplo la coca que entra por Bolivia o la marihuana que llega desde Paraguay. El narcotráfico es una empresa gigantesca que tiene muchos más medios y va siempre pasos adelante que el Estado. Nosotros estamos recuperando el tiempo perdido, queremos una política de paco cero, no queremos más que esas cocinas destruyan la cabeza de nuestros chicos.
Unos días atrás estuvieron en Formosa anunciando que en la frontera de esa provincia y también en la de Salta y Jujuy van a instalar centros adonde se articula el trabajo de varias fuerzas, ¿de qué se trata el anuncio?
Correcto, ayer (por el lunes) justamente estuvimos trabajando con el ministro de Seguridad de Salta (Carlos Oliver) por ese tema. A esos puestos se los denomina OCAF (Operativo Conjunto Abierto de Fronteras) que implica un trabajo en equipo de las cuatro fuerzas federales más la policía provincial. Y la idea es que, en un corto plazo, también se incorporen a las Fuerzas Armadas.
Esto permite que ante cualquier delito que se esté cometiendo, actúe quien esté más cerca dando aviso al resto. Es un trabajo que pusimos en marcha desde hace cuatro meses en Misiones y nos viene dando muy buenos resultados. Actualmente está en marcha en Corrientes también y la idea es que Formosa, Salta y Jujuy sean las próximas provincias en sumarse.
Se rumoreó que se podría suspender el paso fluvial en chalana que existe en Aguas Blancas, ¿qué hay de cierto?
Esa versión de que el Gobierno nacional iba a cerrar los puertos de chalanas fue una maniobra política, nunca se tuvo esa intención. Ante la primera noticia que me llegó de ese rumor, me comuniqué con el intendente de Aguas Blancas y le dejé clarísimo que desde Nación nadie está pensando en cerrar el puerto. Entre Bermejo (Bolivia) y Aguas Blancas (Argentina) hay dos pasos internacionales, uno terrestre y otro por agua, no hay ninguna intención de cerrar esos pasos.
Ahora, si usted me habla de los gomones que pasan por el río pero más abajo y que se dedican al contrabando, estamos hablando de otra cosa, esa sí es una problemática a trabajar.
El tema del contrabando y también del trabajo que genera se discute además en el caso de los bagayeros...
Ellos, por ejemplo, se consideran trabajadores de la frontera. Se rompen la espalda, llevan lonas con 70 kilos. El problema es que la mayoría no sabe lo que transportan, ellos pueden pensar que les dan para pasar remeras truchas o pares de zapatillas, pero también pueden estar cargando un niño o droga. Hemos charlado con muchos de ellos que están repensando su situación, evidentemente el Estado no va a darles una solución que equipare los dos mil pesos diarios que están ganando, tenemos que ser conscientes de eso. Considero que los empresarios tendrían que colaborar y tomar a esta gente, tomarla en blanco e incorporarlas al trabajo en las fincas.
Hace rato usted decía que la intención no es cercar la frontera pero en La Quiaca ya se erigió una especie de separación vertical con Villazón.
En La Quiaca tenemos una pasarela por donde la gente va y viene, muestra sus documentos o tarjeta vecinal, por ejemplo un niño de Villazón que viene a la escuela en Argentina, y pasa. Mucha gente aprovecha la sequedad del río y pasa por los costados, entonces lo que se busca es evitar que la gente haga eso, queremos que la gente pase por donde tiene que pasar, que quede registrado su ingreso.
Desde el Plan Belgrano se han anunciado inversiones en la frontera de Salta, en los últimos días se conoció que ya se activaron líneas de financiamiento para tales fines, ¿qué se va a hacer y en qué plazo?
Se van a comprar drones cautivos, drones autónomos, radares, cámaras, nuevos equipamientos para controles de comando operados por gendarmes. En fin, se invertirá en una diversidad de cosas.
Durante el segundo semestre de este año ya empezaremos a instalar antenas y avanzar con otras tareas, y las obras de mejora se extenderán por un plazo de dos años.
Usted dice que en los últimos 40 años no hubo presencia en la frontera del Estado, ¿se incrementaron las dotaciones de efectivos?
No, no se ha incrementado. Hay nuevas promociones de gendarmes y prefectos que se van recibiendo y con eso progresivamente vamos a enviar más gente a la frontera. Hoy la problemática de Buenos Aires, como la (villa) 1.11.14 y otros lugares donde lamentablemente necesitamos fuerzas federales, hace que no podamos enviar los efectivos que desearíamos a la frontera. Es un proceso que se irá dando paulatinamente.