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Contra el acoso escolar, se aplica en Salta un programa finlandés

Dos colegios privados implementan el proyecto KiVa en el nivel primario desde el año pasado. Las autoridades detectan que ha disminuido el bullying y que hay más escucha por parte de los docentes.
Miércoles, 31 de mayo de 2017 00:00

Madres que atacan a maestras, compañeros armados que pelean entre sí y directores que cierran las puertas ante la inseguridad. En las noticias de los últimos meses se percibe un aumento de la violencia en las escuelas, un espacio fundamental de la estructura social.

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Madres que atacan a maestras, compañeros armados que pelean entre sí y directores que cierran las puertas ante la inseguridad. En las noticias de los últimos meses se percibe un aumento de la violencia en las escuelas, un espacio fundamental de la estructura social.

En este escenario tenebroso, se enciende una luz. En dos escuelas salteñas se aplica hace más de un año un programa finlandés que, basado en investigaciones científicas, previene el acoso escolar y lucha contra él. Los directivos de estas instituciones privadas llegaron a KiVa por caminos distintos y comenzaron juntos, en febrero de 2016, a transitar la senda hacia una escuela más "amable". Se trata del colegio Santa María y del Belgrano. Poco después se sumó el San Pablo a esta tarea ardua y feliz para que los chicos de la escuela primaria no sufrieran ni ejercieran el acoso escolar.

""KiVa' es un acrónimo de dos palabras finlandesas que significa "contra el acoso escolar' pero también es una palabra coloquial que significa "ser amable, agradable, amigable'", contó a El Tribuno Tiina Mäkelä, doctora en Educación. Ella forma parte del Instituto Escalae -en España- que hizo un convenio de colaboración hace tres años con la Universidad de Turku -creadora de KiVa en Finlandia- para implementar el programa en países de habla castellana. Empezaron en España y ahora lo hacen en la Argentina y en México, adaptándolo a cada contexto.

"Como el programa es principalmente de prevención, recomendamos empezar desde la primaria, sobre todo los primeros años porque es cuando uno desarrolla su rol, que -una vez instalado- es muy difícil cambiar. Al poner más recursos en los primeros años, se evita una acumulación de problemas en la secundaria", manifestó. La idea es extenderlo gradualmente a los años más altos.

KiVa trabaja en el aula con todo el grupo. "El rol más importante no es de la víctima o de quien acosa, sino de quien mira como público, ayuda al acosador o es externo. El objetivo es que haya cada vez más niños que quieran ayudar a la víctima, en vez de pensar que es divertido lo que está pasando", dijo y agregó: "Es más importante el grupo de padres de estos chicos, que los de la víctima o del acosador. Allí está la fuerza a lo positivo".

En Finlandia por ley las escuelas deben tener protocolos o programas de acción contra el bullying. "Al principio era obligatorio pero los docentes no tenían herramientas. Había métodos caseros, con buena intención pero sin investigación científica", contó Tiina. Por iniciativa del Gobierno, el Ministerio de Educación contrató a los mejores investigadores del país -entre ellos, Christina Salmivalli- y financió la creación de KiVa. Desde 2009 el programa funciona en el 90% de las escuelas de Finlandia, donde todas son públicas. Según investigaciones independientes, desde entonces las cifras de acoso empezaron a disminuir. Ahora se trabaja con la sostenibilidad del proyecto. "Hay que vigilar bien porque es un trabajo continuo", dijo.

KiVa trabaja con la idea de que está bien ser emocional. "Si me emociono negativa o positivamente es que algo es importante para mí. Creo que esta generación está más preparada socioemocionalmente. Antes se trabajaba solo con las competencias más académicas", evaluó.

Accesible a todos

"Los programas contra el acoso escolar y de convivencia son derechos de todos los niños. No importa si van a un colegio religioso o laico, si es público o privado", afirmó. Contó que hay interés del Gobierno de la Nación y de las provincias por implementar este proyecto en las escuelas. "Hemos desarrollado una herramienta que funciona y puede servir para el bien común. Queremos ofrecerla, en vez de crear algo de cero", señaló. "Sería importante el apoyo de las autoridades para que esto sea accesible a todos los colegios, sobre todo a aquellos con menos recursos", concluyó.

La búsqueda de poder, una causa

“La razón principal por la que alguien acosa es porque quiere poder. En realidad se trata del abuso de poder, que hay en toda la sociedad y se debe erradicar”, explicó Tiina Mäkelä. 
Si se distingue por géneros, “siempre hay más varones que lo hacen y que lo sufren”. En los primeros años de la primaria hay más víctimas y luego, con los años, este número baja y el de acosadores sube. “El rol permanece. Por eso, la seriedad del fenómeno en la secundaria”, evaluó. “Es muy importante que los chicos entiendan que vulnerar derechos de los demás va contra la ley. Incluso puede tratarse de delincuencia”, sostuvo. 

“Desde Caín y Abel la humanidad tiene un problema con el uso del poder. Por eso, por más programas de prevención que haya, toda institución educativa tiene problemas de acoso”, señaló Virginia Blaquier, presidenta de la Fundación Santa María y miembro fundador del colegio. “Prevenir a tiempo permite ahorrar sufrimiento en las comunidades y generar ámbitos amables donde la persona se desarrolla mejor y el aprendizaje se da de una manera más efectiva”, agregó.
Evaluó que, desde que se aplica KiVa, hay mucha proactividad de los chicos. “Ellos ven que pueden generar un cambio en sus ambientes y ayudar a otro a que no sea infeliz. Cuanto más educás esas emociones, más fácil es crear esos ambientes amables”, explicó.
Francisca Isasmendi, coordinadora de KiVa en el colegio Santa María, dijo que este año se notó una reducción en los casos específicos de acoso escolar, que pasaron a ser conflictos. “Es un cambio también en los docentes, que deben tener una escucha activa y no minimizar los problemas. Con las familias hay un gran trabajo por hacer”, dijo, y relató que el colegio decidió poner un nombre propio a KiVa. Por votación, resultó elegida la palabra “Somos” que, además del verbo, es un acróstico, cuyas letras se refieren a: solidaridad, optimismo, motivación, obra y servicios. 

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