Detrás del ministro de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto, está Enrique Avogadro, secretario de, no solo Cultura, sino de Cultura y Creatividad. El título del cargo llama la atención, pero no si se trata de Avogadro, quien ya desde su gestión en el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ocupó cargos como el de subsecretario de Economía Creativa o director general de Industrias Creativas y del Centro Metropolitano de Diseño.
De paso por Salta con motivo de las Asambleas Federales del Instituto Nacional de la Música (Inamu) y del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), el funcionario dio su visión del papel del Estado en relación a la cultura y opinó sobre los recientes conflictos en el sector audiovisual.
¿A qué se debe la jerarquización de la creatividad?
Los nombres dicen mucho sobre lo que uno espera que sea la gestión. Yo tengo dos responsabilidades que tienen que ver, por un lado con estimular a todo el ecosistema cultural argentino y al mismo tiempo promover a la industria cultural y creativa. O sea, por un lado está la cultura que no está vinculada al mercado y por otro lado el cómo brindarles herramientas a todos los artistas, gestores culturales y creativos para que se conviertan en emprendedores culturales.
¿Cuál es el rol del Estado para impulsar esa creatividad?
El Estado lo que tiene que hacer es ofrecer las mismas oportunidades para todos y esas oportunidades tienen que ver con la formación. Ahora estamos trabajando muy fuerte con el programa nacional Academia Argentina Emprende + Cultura, para formar emprendedores culturales en todo el país y también brindamos financiamiento para el desarrollo de estos emprendimientos. También el Estado tiene el rol de abrir mercados para las industrias creativas, de ahí que participemos en ferias internacionales y organizamos la red MICA (Mercado de Industrias Culturales y Creativas de Argentina). Nosotros podemos ayudar a proveer las herramientas pero la creatividad es de las personas de los proyectos. En Salta hay sectores muy interesantes como el de la ruta del diseño o el sector audiovisual que es muy potente.
El Estado tiene un rol fundamental en el impulso de la creatividad en todo lo que no es creativo. Porque los creativos son los propios creativos, valga la redundancia.
Después hay un trabajo muy fuerte que estamos haciendo con las ciudades a partir de la red de ciudades creativas para estimular a los gobiernos locales para que se piensen a sí mismos como ciudades creativas y de esa manera generen herramientas de apoyo a sus creativos a nivel local. Salta está en esa red y ahí hay un componente de capacitación a los colegas de los gobiernos locales, donde transferimos herramientas para que ellos también puedan desarrollar estos proyectos.
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Detrás del ministro de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto, está Enrique Avogadro, secretario de, no solo Cultura, sino de Cultura y Creatividad. El título del cargo llama la atención, pero no si se trata de Avogadro, quien ya desde su gestión en el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ocupó cargos como el de subsecretario de Economía Creativa o director general de Industrias Creativas y del Centro Metropolitano de Diseño.
De paso por Salta con motivo de las Asambleas Federales del Instituto Nacional de la Música (Inamu) y del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), el funcionario dio su visión del papel del Estado en relación a la cultura y opinó sobre los recientes conflictos en el sector audiovisual.
¿A qué se debe la jerarquización de la creatividad?
Los nombres dicen mucho sobre lo que uno espera que sea la gestión. Yo tengo dos responsabilidades que tienen que ver, por un lado con estimular a todo el ecosistema cultural argentino y al mismo tiempo promover a la industria cultural y creativa. O sea, por un lado está la cultura que no está vinculada al mercado y por otro lado el cómo brindarles herramientas a todos los artistas, gestores culturales y creativos para que se conviertan en emprendedores culturales.
¿Cuál es el rol del Estado para impulsar esa creatividad?
El Estado lo que tiene que hacer es ofrecer las mismas oportunidades para todos y esas oportunidades tienen que ver con la formación. Ahora estamos trabajando muy fuerte con el programa nacional Academia Argentina Emprende + Cultura, para formar emprendedores culturales en todo el país y también brindamos financiamiento para el desarrollo de estos emprendimientos. También el Estado tiene el rol de abrir mercados para las industrias creativas, de ahí que participemos en ferias internacionales y organizamos la red MICA (Mercado de Industrias Culturales y Creativas de Argentina). Nosotros podemos ayudar a proveer las herramientas pero la creatividad es de las personas de los proyectos. En Salta hay sectores muy interesantes como el de la ruta del diseño o el sector audiovisual que es muy potente.
El Estado tiene un rol fundamental en el impulso de la creatividad en todo lo que no es creativo. Porque los creativos son los propios creativos, valga la redundancia.
Después hay un trabajo muy fuerte que estamos haciendo con las ciudades a partir de la red de ciudades creativas para estimular a los gobiernos locales para que se piensen a sí mismos como ciudades creativas y de esa manera generen herramientas de apoyo a sus creativos a nivel local. Salta está en esa red y ahí hay un componente de capacitación a los colegas de los gobiernos locales, donde transferimos herramientas para que ellos también puedan desarrollar estos proyectos.
¿Qué creés que hay que cambiar en la gestión cultural pública o privada?
La cultura en Argentina tiene algunos problemas. Por un lado, muchas veces asociamos cultura exclusivamente con la cultura del espectáculo. Esto es parte del trabajo que tenemos pero no puede ser lo único que hagamos, porque la cultura tiene mucho más que ver con cómo apoyar a ese gran mapa de actores que hay en el territorio para que sean ellos los protagonistas. Otro problema que veo es que la cultura tiende a ser muchas veces endogámica, se mira a sí misma, y en realidad nos debemos un debate sobre para quién es la cultura. La cultura por supuesto que es para los artistas pero es, sobre todo, para la sociedad en general.
Entonces, debemos pensar por ejemplo cuál es el impacto de la cultura en la inclusión. En un país que tiene, lamentablemente, un treinta por ciento de su población en la pobreza, ¿qué rol debiera jugar la cultura en el sector público y privado?.
"En un país con un 30% de su población en la pobreza, hay que debatir el rol que debería jugar la cultura en el sector público y privado"
¿Cómo encaran expresiones artísticas más tradicionales como el folclore?
Para nosotros, todas las expresiones artísticas son innovadoras en algún punto. Porque muchas veces corremos el riesgo de pensar en la tradición como algo muerto, como algo que sólo que puede estar en un museo y nosotros estamos convencidos de que eso es parte de nuestro patrimonio cultural vivo como país. Entonces, el trabajo que nosotros hacemos es pensar el folclore como otro de los tantos géneros que tiene la música argentina: ofrecemos herramientas de formación y financiamiento y pensamos también en cómo esa tradición dialoga con lo contemporáneo.
Con el conflicto del Incaa todavía reciente, ¿cuál es tu opinión acerca de lo que sucedió?
El conflicto del Incaa, más allá de los rumores que han circulado y que nos hemos ocupado de desmentir, lo que pone en discusión es cúal es el rol de la política cultural pública y cuál es nuestra responsabilidad acerca del tema. En lo personal, no estoy para nada conforme con la forma en la que se desplegó, en cómo el conflicto estalla y la manera en que se presenta en televisión. Si bien creemos absolutamente en la libertad de prensa, nos parece que debieran ser un poco más respetuosos de la trayectoria de las personas. Pero más allá de eso, lo cierto es que estamos comprometidos con el desarrollo de la industria audiovisual en el país.
De hecho, si uno ve lo que ha hecho el Incaa en el último año con las herramientas que se lanzaron, el nuevo plan de fomento, la nueva marca de convergencia que es Cine.Ar, los nuevos fomentos federales que no existían y que hoy generan oportunidades de desarrollo a nivel regional ... la verdad es que se ha avanzado mucho. Es un sector que reconocemos, valoramos, apreciamos y que queremos seguir apoyando.
El temor original, que no sabemos de dónde salió, de que se discontinuaría el fomento, eso no es así. Estamos absolutamente comprometidos a seguir fomentando el sector porque, además de que es una ley, estamos convencidos de eso.