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Facu y "Gigoló", el binomio campeón de la vida

Juntos cambiaron sus historias y el fin de semana se consagraron en el Concurso Federal en salto 0-70, disputado en el Salta Polo Club. 
Jueves, 15 de junio de 2017 22:13

Hace cinco meses, Facundo (14) y “Gigoló” no se conocían. Ambos transitaban los peores momento de sus vidas, pero un día todo cambió porque de la mano de la Fundación Crines se conocieron, y este fin de semana fueron campeones en la cuarta fecha del Concurso Federal de salto (0-70) en equitación, disputado en el Salta Polo Club.
Facu llegó en diciembre al establecimiento deportivo del barrio Limache que se dedica a la equinoterapia para discapacitados y equitación para jóvenes con diferentes dificultades. Su madre había fallecido y quedó a cargo de sus abuelos Elena y Emiliano. Con todo ese peso emocional se puso a jinetear y salió adelante.
A los tres meses, “Gigoló” llegó a su vida. El caballo también apareció golpeado y no solo desde lo afectivo, sino que además presentaba varios signos de maltrato animal, ciego de su ojo derecho por la violencia recibida. Era de un carrero.
El binomio comenzó a hacer de las suyas de inmediato y en la cuarta fecha del Concurso Federal en salto 0-70, de tres días, llegó a lo más alto del podio.
Una hora después de haber ganado, Facu y “Gigoló” ya estaban entrenando nuevamente en el barrio Limache, junto a sus compañeros de equitación y también a los chicos de equinoterapia. La mayoría de ellos tienen historias tan similares como la del binomio campeón.
Nicolás es uno de los chicos que llegó a la Fundación Crines con adicción a las drogas y Yasmina, sin padre biológico, se acercó desde Villa 20 de Junio, uno de los barrios más marginales de la ciudad.
Entre los compañeros de “Gigoló” también hay pasados tristes y, por supuesto, de superación. Es el caso de “Platinum Play”, un caballo de carreras de Palermo, que iban a matar porque ya no podía rendir al máximo.
“Ahora es el malcriado por todos, el padrino de todos”, contó Ariel Castro, el gran responsable de la mencionada fundación.
La vida de “Platinum Play”
A fines de 2013, lejos de pensar en su muerte, los viejos dueños de “Platinum Play” gozaban de sus victorias como en el clásico “Polla de Potrillos”, en el hipódromo tucumano. Luego, fue llevado a Palermo.
Es que según los especialistas, el futuro de este caballo eran triunfos asegurados por contar con una gran herencia.
Su padre fue “Art Master”, un animal que obtuvo victorias en Estados Unidos y en el hipódromo porteño. Su madre es “Ostralada”, una yegua también conocida en el ambiente de las carreras.
Sin embargo, los integrantes de la Fundación Crines comentaron que por haber sido dopado en varias oportunidades, “Platinum Play” dejó de “servir” y lo querían dormir. Eso llevó a su adopción y ahora disfruta de una placentera vida a muy pocos metros de la avenida Gaucho Méndez, en la zona sur de esta capital.
Un nido de drogadictos
 Facundo, “Gigoló”, “Platinum Play”, más de una docena de caballos y los 285 chicos del establecimiento no cuentan con un club propio y tienen que entrenar en un descampado del barrio Limache.
Entre cajas de vino, encendedores y restos de pasta base, el potrero donde realizan equinoterapia y equitación, es “un nido de piperos”, como lo denominaron los propios vecinos de la zona.
“Tenemos 118 chicos con discapacidad, que todos los días mejoran sus estados de salud con la equinoterapia y el resto hace equitación. No tienen que abonar ni un peso”, agregó Castro.
Lo único que se les pide a los padres, a modo de colaboración, son algunas zanahorias para los caballos. “Muchos van a recolectar algunas verduras al mercado Cofruthos”.
En la fundación hay estudiantes de veterinaria, como Guido y Micaela, y también otros “doctores” y “maestros”.
“Morita”, “Zenyetta” y “Ohana” son las doctoras del grupo, mientras que “Silver”, “Platino” y “Gigoló” son los maestros que les enseñan a montar a quienes componen Crines.

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Hace cinco meses, Facundo (14) y “Gigoló” no se conocían. Ambos transitaban los peores momento de sus vidas, pero un día todo cambió porque de la mano de la Fundación Crines se conocieron, y este fin de semana fueron campeones en la cuarta fecha del Concurso Federal de salto (0-70) en equitación, disputado en el Salta Polo Club.
Facu llegó en diciembre al establecimiento deportivo del barrio Limache que se dedica a la equinoterapia para discapacitados y equitación para jóvenes con diferentes dificultades. Su madre había fallecido y quedó a cargo de sus abuelos Elena y Emiliano. Con todo ese peso emocional se puso a jinetear y salió adelante.
A los tres meses, “Gigoló” llegó a su vida. El caballo también apareció golpeado y no solo desde lo afectivo, sino que además presentaba varios signos de maltrato animal, ciego de su ojo derecho por la violencia recibida. Era de un carrero.
El binomio comenzó a hacer de las suyas de inmediato y en la cuarta fecha del Concurso Federal en salto 0-70, de tres días, llegó a lo más alto del podio.
Una hora después de haber ganado, Facu y “Gigoló” ya estaban entrenando nuevamente en el barrio Limache, junto a sus compañeros de equitación y también a los chicos de equinoterapia. La mayoría de ellos tienen historias tan similares como la del binomio campeón.
Nicolás es uno de los chicos que llegó a la Fundación Crines con adicción a las drogas y Yasmina, sin padre biológico, se acercó desde Villa 20 de Junio, uno de los barrios más marginales de la ciudad.
Entre los compañeros de “Gigoló” también hay pasados tristes y, por supuesto, de superación. Es el caso de “Platinum Play”, un caballo de carreras de Palermo, que iban a matar porque ya no podía rendir al máximo.
“Ahora es el malcriado por todos, el padrino de todos”, contó Ariel Castro, el gran responsable de la mencionada fundación.
La vida de “Platinum Play”
A fines de 2013, lejos de pensar en su muerte, los viejos dueños de “Platinum Play” gozaban de sus victorias como en el clásico “Polla de Potrillos”, en el hipódromo tucumano. Luego, fue llevado a Palermo.
Es que según los especialistas, el futuro de este caballo eran triunfos asegurados por contar con una gran herencia.
Su padre fue “Art Master”, un animal que obtuvo victorias en Estados Unidos y en el hipódromo porteño. Su madre es “Ostralada”, una yegua también conocida en el ambiente de las carreras.
Sin embargo, los integrantes de la Fundación Crines comentaron que por haber sido dopado en varias oportunidades, “Platinum Play” dejó de “servir” y lo querían dormir. Eso llevó a su adopción y ahora disfruta de una placentera vida a muy pocos metros de la avenida Gaucho Méndez, en la zona sur de esta capital.
Un nido de drogadictos
 Facundo, “Gigoló”, “Platinum Play”, más de una docena de caballos y los 285 chicos del establecimiento no cuentan con un club propio y tienen que entrenar en un descampado del barrio Limache.
Entre cajas de vino, encendedores y restos de pasta base, el potrero donde realizan equinoterapia y equitación, es “un nido de piperos”, como lo denominaron los propios vecinos de la zona.
“Tenemos 118 chicos con discapacidad, que todos los días mejoran sus estados de salud con la equinoterapia y el resto hace equitación. No tienen que abonar ni un peso”, agregó Castro.
Lo único que se les pide a los padres, a modo de colaboración, son algunas zanahorias para los caballos. “Muchos van a recolectar algunas verduras al mercado Cofruthos”.
En la fundación hay estudiantes de veterinaria, como Guido y Micaela, y también otros “doctores” y “maestros”.
“Morita”, “Zenyetta” y “Ohana” son las doctoras del grupo, mientras que “Silver”, “Platino” y “Gigoló” son los maestros que les enseñan a montar a quienes componen Crines.

Los dejaron sin desfile

Una de las máximas aspiraciones que tenían los chicos de la Fundación Crines era poder desfilar mañana en el acto en conmemoración a la muerte del héroe gaucho Martín Miguel de Güemes, pero les bajaron el pulgar.
La solicitud fue enviada el 16 de abril pasado a la Agrupación Tradicionalistas de Gauchos de Güemes y según comentaron a este matutino, recibieron un contundente “no” como respuesta.

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