Parece que los problemas para los vecinos que construyen sus casas en la urbanización conocida como Pereyra Rozas no acaban. Después de haber batallado para que el Gobierno provincial les entregue el loteo en condiciones para construir y que Nación les actualice el monto del crédito Procrear, porque había quedado desfasado por la inflación, la gente del barrio tiene que lidiar con una ola de robos que se desató en las últimas semanas.
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Parece que los problemas para los vecinos que construyen sus casas en la urbanización conocida como Pereyra Rozas no acaban. Después de haber batallado para que el Gobierno provincial les entregue el loteo en condiciones para construir y que Nación les actualice el monto del crédito Procrear, porque había quedado desfasado por la inflación, la gente del barrio tiene que lidiar con una ola de robos que se desató en las últimas semanas.
"Los robos empezaron esporádicamente cuando comenzaron las obras, pero en las últimas semanas, recrudecieron. Obviamente, ya hay más avances de obras, entonces es mucho más notorio cuando se roban algo", expresó Nicolás Maggio, uno de los propietarios de la urbanización que actúa como representante de un grupo de vecinos autoconvocados.
Nicolás Maggio comentó que hay vecinos que ya "están marcados" por los ladrones, porque son los que no tienen serenos que ocupen sus viviendas de noche. "Lo que nosotros estamos solicitando a la Secretaría de Seguridad (a cargo de Jorge Ovejero), que ya tuvimos varias reuniones desde el año pasado por este tema, es que tengan más prevención en nuestro barrio", expresó el vocero. Lo que los vecinos están pidiendo es que se realicen patrullajes en "horas puntuales", particularmente en el horario de entrada y salida de los albañiles y durante la noche. "Con una presencia policial mínima se podría prevenir", agregó Nicolás Maggio.
Los artículos preferidos de los delincuentes son los materiales de las obras (hierros, bolsas de cemento) y las herramientas de los obreros. "Entran al predio, se esconden en los yuyarales que hay, porque tienen más de dos metros. Roban, dejan las cosas ahí tiradas si es que ven gente y después vuelven a buscar", explicó el referente sobre el accionar de los ladrones.
Nicolás Maggio aclaró que los pastizales están dentro del barrio, sobre la avenida YPF, pero -comentó- en lotes que pertenecen a la provincia. "Nosotros hemos presentado una nota hace más de 60 días en la Secretaría de Área Metropolitana (a cargo de Matías Assennato), que es la que se encarga de cortar es pasto, pero no tuvimos una respuesta ni por escrito", expresó el vecino del loteo. Y agregó: "A mediados de abril nos prometieron que iba a estar todo cortado y ni se acercaron".
Una de las preocupaciones que genera el matorral, además de la inseguridad, es que las familias están expuestas a todo tipo de alimañas. El lunes, los vecinos autoconvocados de Pereyra Rozas, volverán a presentar una nota a las autoridades del Área Metropolitana para que, de una vez por todas, corten los pastizales.
La escasez de agua, un problema más
Otra dificultad con la que tienen que lidiar los vecinos de Pereyra Rozas es la falta de agua en la zona. Según los vecinos consultados, el único momento en el que hay buena presión es a la noche. Durante el resto del día, se producen cortes totales del servicio o hay una baja del caudal.
El problema no solo perjudica a los vecinos que ya pudieron terminar sus casas y están viviendo en la urbanización, sino que también complica a los que siguen construyendo. El agua es fundamental para continuar con las obras y, si escasea, la edificación se retrasa y se terminan generando más costos.
Nicolás Maggio explicó a El Tribuno que el tanque de agua que se encuentra dentro del loteo está actualmente en construcción y que se espera que esté terminado a fin de año. “Va a dotar de agua a todo el barrio, es por eso que ahora se utiliza el agua corriente”, agregó el referente del loteo.
Los vecinos de la urbanización piensan que la edificación de las 1027 viviendas que está llevando adelante el Instituto Provincial de Viviendas en el predio conocido como Pereyra Rozas incide en la presión. “Las empresas que están a cargo de la construcción de las mil viviendas del IPV utilizan el agua de red, entonces se genera un problema. Para las obras individuales como las nuestras y la gente que está viviendo en el barrio, no tenemos agua durante el tiempo en que trabajan las empresas”, expresó Maggio.
El referente de los vecinos autoconvocados explicó que es un inconveniente para los que están construyendo, aunque aclaró que el “problema mayor” es para la gente que está viviendo ahí porque está sin agua todo el día. “Tenemos que ver la forma de solucionar este tema, hay que implementarlo para que no nos quedemos sin servicio todo el día. Hay dos vecinos que ya me dijeron que no hay agua durante la mañana o en la tarde”, remarcó Maggio.
El problema que genera es que los que están construyendo tienen que parar la obra todo el día, esperar varias horas para juntar agua y trabajar al día siguiente con lo que se pudo recolectar durante la noche.