Salta tiene la tasa más alta de mortalidad por VIH, con un 7,8%, eso se conoce oficialmente desde diciembre pasado. Sin embargo, lo que llama la atención ahora son los motivos de este fenómeno, atribuidos principalmente a que una gran cantidad de casos salteños son detectados en "estado tardío".
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Salta tiene la tasa más alta de mortalidad por VIH, con un 7,8%, eso se conoce oficialmente desde diciembre pasado. Sin embargo, lo que llama la atención ahora son los motivos de este fenómeno, atribuidos principalmente a que una gran cantidad de casos salteños son detectados en "estado tardío".
Consultado sobre el tema, el supervisor médico del Programa provincial de Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirido (SIDA) y Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), José Luis Salvadores, sostuvo que muchos pacientes llegan con la enfermedad ya bastante madura.
"El principal problema que seguimos teniendo en Salta es que todavía hay una alta tasa de diagnósticos tardíos de VIH. Esto hace que los pacientes presenten un riesgo de mortalidad más alto, porque muchas veces se conoce que son portadores del virus por otra enfermedad que demuestra la vulnerabilidad del sistema inmunológico", indicó Salvadores al respecto.
La información divulgada por el Ministerio de Salud de la Nación al respecto del momento en que se detecta la enfermedad apunta a que, en Salta, en el 54,6% de los casos se realiza un diagnóstico temprano, que en el 38,1% el diagnóstico es tardío, y que en un 7,3% de los casos se desconoce el grado de avance.
El especialista se explayó al respecto afirmando que la tasa de mortalidad se vincula estrechamente con grado de avance del cuadro al momento de ser detectada la enfermedad. Lógicamente, cuanto más tarde se conozca la presencia del virus, más posibilidades hay de que el desenlace sea el fallecimiento. Se presentan casos en los que una persona asiste al centro médico a tratarse por algo, y en medio del abordaje se concluye que carga con el VIH.
Salta es el distrito de más muertes proporcionales, la tasa que le sigue es la de los veinticuatro partidos del Gran Buenos Aires con 5,1%.
De acuerdo a sus dichos, Salta es uno de los distritos con mayor regularidad en el sistematizado y envío de los reportes por casos detectados de la enfermedad.
"Hay que tomar esos datos con pinzas, porque más allá de que el dato existe y es real, se da por las notificaciones que se han hecho. Nosotros hicimos un muy buen trabajo en informar a su debido tiempo sobre los casos reportados, por eso tenemos índices más altos que otras provincias", afirmó el médico, quien trabaja en el programa desde sus comienzos.
En términos porcentuales y comparativos, Salta registra una desproporción. El total de la población de la provincia (poco más de un millón trescientos mil, según el boletín) representa un 3,1% del total de habitantes del país. Paralelamente, los casos apuntados constituyen un 4,1% sobre la suma final de casos asentados en la Nación. Trazando la misma relación entre porcentajes, Tucumán registra la misma tendencia, pero en menor medida: su población representa el 3,7% del total argentino, y su cantidad de casos un 4,6% sobre los remitidos en todo el país. Santiago del Estero cambia el balance: 2,2% en el primer porcentaje y 0,7% en la incidencia sobre casos de VIH informados.
El valor estadístico de estas cifras, si bien es objetivo y oficial en tanto se extraen de un documento del Ministerio de Salud de la Nación, es relativo ya que se toman en cuenta solo los casos reportados por los sendos ministerios provinciales. Algunos son más expeditivos que otros y en ese caso las estadísticas varían por razones externas al tema de análisis, la expansión real de la población con VIH.
Salta se encuentra entre las provincias del Noroeste con mayor cantidad de casos reportados de VIH, ascendiendo a 244 según el último boletín estadístico sobre el tema que publicó el Ministerio de Salud de la Nación. Es la segunda provincia con más casos de la región, solo detrás de Tucumán, que cuenta con 275. Desde 2007 a 2015, la provincia tuvo un crecimiento del 57,9% en diagnósticos de VIH.
Prevención
El programa se desarrolla a nivel provincial desde el 2012 y es titularizado por la médica Laura Caporaletti.
Salvadores comentó: "El trabajo que nosotros venimos desarrollando desde 2012 está muy vinculado con ampliar la accesibilidad al diagnóstico, precisamente para que podamos disminuir la tasa de diagnósticos tardíos y, por lo tanto, la tasa de mortalidad por VIH".
Salta cuenta con veintiséis consejerías en todo el territorio provincial destinadas al abordaje preventivo del VIH, pero también de todas las enfermedades de transmisión sexual. En ellos se apuntalan tratamientos, se realizan pruebas y se proponen programas particulares para los pacientes que portan estos diagnósticos. En el 98% de los casos, el VIH se transmite mediante encuentros sexuales.
Salvadores acentuó la importancia de trabajar en la prevención, para lo cual es insoslayable generar conciencia al respecto de efectuarse la prueba con asiduidad. Cuanto antes se conozca la situación, más sencillo es su tratamiento y hay mayores posibilidades que los resultados sean positivos. Para ello, comentó que se hacen campañas en barrios y se instalan puestos itinerantes donde se realizan pruebas.
"Se hacen testeos rápidos de VIH en los que se otorgan resultados presuntivo en diez minutos", afirmó el especialista. Especificó también que esas pruebas sirven para descartar la infección, pero que en caso de brindar un resultado positivo se debe confirmar el diagnóstico con otras pruebas complementarias. El test rápido tiene un grado de perfectibilidad, por lo que el primer resultado puede desmentirse con evaluaciones ulteriores.
El desafío de crear conciencia preventiva
Crear una medicina preventiva es una tarea que compromete a toda la población. Desde ya las estructuras estatales e institucionales deben garantizar el acceso a campañas de divulgación masivas, a información y medicamentos, a insumos y atención personalizada. Ello no le quita responsabilidad a cada ciudadano sino que lo insta a sacar provecho de las campañas de accesibilidad. En este caso, la facilidad para realizarse las pruebas de VIH.
Si la enfermedad se detecta en un estado temprano, las posibilidades de tratamiento se multiplican. Con el síndrome ya desplegado en el cuerpo (el VIH es un virus y el síndrome de inmunodeficiencia adquirido es una enfermedad) se acrecientan los riesgos y se anulan muchas formas de abordaje previo. La tasa de mortalidad crece por los diagnósticos tardíos.
José Luis Salvadores, del programa de VIH y ETS de Salta, contó que además de romper la barrera de realizarse los estudios alguna vez, se debe crear conciencia sobre la periodicidad del examen. La premisa es descartar periódicamente la infección para que, de presentarse el virus, siempre sea detectado en estado temprano. La prescripción indica que, cuanto menos, una vez al año se debe realizar el test de VIH.
El modo de contagio vertical, de una embarazada a su hijo/a, puede ser evitado si se conoce con anterioridad el diagnóstico de la madre. Aun si se detectase el virus en las primeras semanas de embarazo podría intervenirse médicamente para que no se transfiera el virus al embrión. Si el ginecólogo no lo recomienda, los especialistas prescriben igualmente el test en aquellas mujeres recientemente encinta.
La principal vía de transmisión son las relaciones sexuales. Según una estigmatizante estadística dentro del último boletín del Ministerio de Salud, Salta es una de las provincias que en los últimos años cambió su balance entre relaciones heterosexuales y homosexuales. Actualmente, son más los casos de contagio por encuentros homosexuales que los registrados por relaciones heterosexuales.
En la división entre hombres y mujeres, Salta se encuentra alineada dentro de la tendencia nacional, según la cual la cantidad de casos registrados en hombres es mayor a la que reportan féminas. El informe cuantitativo demuestra que en los últimos años se acentuó la brecha, siendo la provincia una de las que mayor diferencia tiene entre los casos registrados de acuerdo al sexo.
Por detrás de la infestación por vía sexual, la segunda forma que más causa contagios es la que se produce a partir de lo que se conoce como “transmisión vertical”, es decir, la que se genera a través del embarazo de una madre con VIH. Si se sabe de antemano la situación de la mujer encinta, se puede prevenir la transmisión, de otro modo es dificultoso que no se transfiera el virus al bebé.