De chico, mientras andaba por la plaza San Martín en su patineta de plástico -comprada en Casa Tía-, Daniel Márquez jamás hubiese imaginado que más de 20 años después viviría del skate, y mucho menos que el 17 de junio competiría en su segundo Mundial. Esta vez en Graz, Austria.
Con una competencia del mundo en su haber (en República Checa, el año pasado) y una recorrida por diversos países que incluyó filmaciones en diferentes programas de deportes extremos, Márquez ahora se prepara para su segunda cita en el Viejo Continente y antes de viajar pasó por la planta editorial de El Tribuno para contar su experiencia y todo lo que le queda por recorrer.
“En el Mundial anterior, en Praga, había 150 skaters y solo 15 pasaron a la final (terminó en el puesto 50)”, contó.
La cita mundialista tiene varias fechas anuales y, obviamente, por cuestiones económicas, el salteño no puede disputar todas.
“Se compite en Brasil, República Checa, Austria y Estados Unidos, entre otros países. Tuve la suerte de que la organización de la fecha en Graz me hayan mandado una invitación para participar, ya que figuro en la lista de la World Cup”, dijo Márquez, quien actualmente reside en Buenos Aires y vive gracias a sus sponsors, que no solo le proveen tablas y zapatillas, sino que además le dan productos para vender.
Sobre el Mundial, el tartagalense comentó que “cada uno de los skaters hace una pasada. Una rutina de presentación y después se juntan grupos de a cinco y ahí también se hacen piruetas”.
El sueño comienza y termina en cuestión de minutos y las largas horas de entrenamientos, pensamientos y sueños pueden terminar bien o mal. Mucho depende del sostén económico de cada deportista.
“Yo voy un día antes y ahí voy a ver cómo es la pista, aunque vi algunos videos en internet. Recién ahí podré ver qué es lo que puedo hacer, aunque hay mucho de improvisación si vas con el tiempo justo”.
Sin embargo, hay otros que llegan con mayor cantidad de días para prepararse y descansar.
“Los que tienen los sponsors más fuertes y viven realmente como grandes profesionales del skateboard llegan una semana antes y todos los días previos practican. Llegan afiladísimos al día del Mundial”, aseguró.
El apoyo es fundamental
Como cualquier deportista amateur, Márquez tiene que salir a golpear puertas para conseguir cualquier tipo de ayuda que pueda recibir, y según dejó en claro “afortunadamente tengo un apoyo fundamental de la Secretaría de Deportes. Estoy becado y tuve una gran ayuda en el Mundial anterior, así que le agradezco especialmente a Sergio Plaza”.
El salteño será, por el momento, el único representante argentino, ya que además de lo deportivo, cuesta mucho dinero llegar a Graz.
“Entre los pasajes y la estadía, tuve que juntar alrededor de $60.000. Si bien vivo de mi profesión, este presupuesto se me va absolutamente de las manos, pero lo hago aunque tenga que desprenderme de muchas cosas, como lo hice años anteriores. El día que sea padre de familia no lo voy a poder hacer”, indicó.
Al Mundial va bien preparado y equipado, ya que llevará al menos cinco tablas y la misma cantidad de pares de zapatillas. Tras el paso por Austria continuará en Europa, ya que esperan por él las ciudades de Londres, Milán y Barcelona. Su vuelta recién está programada para dentro de dos meses.
“Cuando vuelva a Buenos Aires continuaré unos meses más y estoy pensando en regresar a Salta a fin de año. Tengo en mente poner una escuela o tener mi propio local, siempre ligado al skateboard”, cerró Márquez.
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De chico, mientras andaba por la plaza San Martín en su patineta de plástico -comprada en Casa Tía-, Daniel Márquez jamás hubiese imaginado que más de 20 años después viviría del skate, y mucho menos que el 17 de junio competiría en su segundo Mundial. Esta vez en Graz, Austria.
Con una competencia del mundo en su haber (en República Checa, el año pasado) y una recorrida por diversos países que incluyó filmaciones en diferentes programas de deportes extremos, Márquez ahora se prepara para su segunda cita en el Viejo Continente y antes de viajar pasó por la planta editorial de El Tribuno para contar su experiencia y todo lo que le queda por recorrer.
“En el Mundial anterior, en Praga, había 150 skaters y solo 15 pasaron a la final (terminó en el puesto 50)”, contó.
La cita mundialista tiene varias fechas anuales y, obviamente, por cuestiones económicas, el salteño no puede disputar todas.
“Se compite en Brasil, República Checa, Austria y Estados Unidos, entre otros países. Tuve la suerte de que la organización de la fecha en Graz me hayan mandado una invitación para participar, ya que figuro en la lista de la World Cup”, dijo Márquez, quien actualmente reside en Buenos Aires y vive gracias a sus sponsors, que no solo le proveen tablas y zapatillas, sino que además le dan productos para vender.
Sobre el Mundial, el tartagalense comentó que “cada uno de los skaters hace una pasada. Una rutina de presentación y después se juntan grupos de a cinco y ahí también se hacen piruetas”.
El sueño comienza y termina en cuestión de minutos y las largas horas de entrenamientos, pensamientos y sueños pueden terminar bien o mal. Mucho depende del sostén económico de cada deportista.
“Yo voy un día antes y ahí voy a ver cómo es la pista, aunque vi algunos videos en internet. Recién ahí podré ver qué es lo que puedo hacer, aunque hay mucho de improvisación si vas con el tiempo justo”.
Sin embargo, hay otros que llegan con mayor cantidad de días para prepararse y descansar.
“Los que tienen los sponsors más fuertes y viven realmente como grandes profesionales del skateboard llegan una semana antes y todos los días previos practican. Llegan afiladísimos al día del Mundial”, aseguró.
El apoyo es fundamental
Como cualquier deportista amateur, Márquez tiene que salir a golpear puertas para conseguir cualquier tipo de ayuda que pueda recibir, y según dejó en claro “afortunadamente tengo un apoyo fundamental de la Secretaría de Deportes. Estoy becado y tuve una gran ayuda en el Mundial anterior, así que le agradezco especialmente a Sergio Plaza”.
El salteño será, por el momento, el único representante argentino, ya que además de lo deportivo, cuesta mucho dinero llegar a Graz.
“Entre los pasajes y la estadía, tuve que juntar alrededor de $60.000. Si bien vivo de mi profesión, este presupuesto se me va absolutamente de las manos, pero lo hago aunque tenga que desprenderme de muchas cosas, como lo hice años anteriores. El día que sea padre de familia no lo voy a poder hacer”, indicó.
Al Mundial va bien preparado y equipado, ya que llevará al menos cinco tablas y la misma cantidad de pares de zapatillas. Tras el paso por Austria continuará en Europa, ya que esperan por él las ciudades de Londres, Milán y Barcelona. Su vuelta recién está programada para dentro de dos meses.
“Cuando vuelva a Buenos Aires continuaré unos meses más y estoy pensando en regresar a Salta a fin de año. Tengo en mente poner una escuela o tener mi propio local, siempre ligado al skateboard”, cerró Márquez.