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Aconsejan que los chicos tengan su primer celular recién a los 13 años

Hoy, en Argentina, los chicos reciben su primer smartphone a los 10 años, según un estudio.
Viernes, 14 de julio de 2017 21:21

Smarphones, smart tv, tablets y las ya cuasiarcaicas PC de escritorio coparon todos los espacios, tanto laborales como domésticos. En este escenario, el celular es el más demandado: ya es imposible imaginar nuestra vida sin todos los beneficios que nos aporta.

Los chicos de hoy no están ajenos a esta realidad. Nacieron en un siglo tecnológico por excelencia y son llamados, acertadamente, los “nativos digitales”.
Las estadísticas ratifican esta tendencia. En Argentina, la mayoría de los chicos ya usan celular a los 4 años y tienen el suyo a los 10, según una encuesta realizada por la consultora Markwald, La Madrid y Asociados en las principales ciudades del país. 

El 70% de los chicos usan celulares antes de los 5 años. Los emplean para jugar a los videojuegos (56%), escuchar música (32%) y ver videos o TV (10%). 
A medida que crecen acceden a las redes sociales. Chatean, se abren diversos perfiles de Facebook, Instagran y WhatsApp. En muchos casos, suben fotos personales y videos caseros y comparten su intimidad y también la de su familia.

Y allí radica el principal interrogante. ¿Qué tan positivo es que un niño acceda a su primer celular, qué tan preparado está para comprender su uso como una herramienta de comunicación y los riesgos que conlleva el incontrolable mundo virtual?

El Tribuno se contactó con especialistas en la materia para determinar cuál es el mejor camino a seguir ante al insistencia de los chicos para tener su celular propio. Todos coincidieron en que hasta los 13 años no es aconsejable comprarles un smartphone.

“Un chico hasta los 13 años no tiene la madurez suficiente para manejar sus emociones. Son ingenuos e impulsivos. Puede tener un celular, para estar comunicados con los padres, pero sin conexión a internet, que es un mundo sin reglas, límites ni valores”, señaló a El Tribuno Viviana Moreno, psicóloga social e integrante del grupo Líderes en Acción, entidad salteña integrada por psicólogos y abogados.
En la misma línea, opinó el psicólogo Matías Arroz: “El principal problema no son los dispositivos, sino el acceso indiscriminado a internet. A un niño menor de 13 años no le hace falta un celular. Antes de esa edad por lo general se quedan solos, están con un adulto. La utilidad real del celular es cuando los chicos empiezan sus primeras salidas con amigos”.

El Tribuno se comunicó también con la ONG Grooming Argentina, especializada en delitos virtuales contra la niñez. La ONG se creó en 2014 y es la primera de su tipo en Argentina. Además, es referente a nivel latinoamericano, ya que recibe consultas de varios países del continente, como Paraguay, Perú, Colombia y Venezuela, entre otros.

“Un celular es una responsabilidad muy grande y mientras más tarde lo reciba el chico mejor. Hay que diferenciar el smartphone del celular sin conexión a internet. Este último ayuda a localizar a los chicos y a estar más comunicados para tranquilidad de los padres. Un smartphone no es prioritario y desaconsejamos que un chico tenga uno antes de los 13 años. Internet es un mundo anárquico, sin control de ningún tipo y en el que se enseña desde construir una bomba hasta cómo hacer un video de pornografía infantil”, sostuvo Hernán Navarro, director de Grooming Argentina.

Y agregó que un niño debería tener su primer celular cuando ya respeta normas de convivencia, tiene hábitos saludables y está orientado adecuadamente por el adulto.
“Hoy en nuestro país y el mundo son cada vez más los chicos, y a edades más tempranas, que acceden a un smartphone propio. Muchos padres ceden ante la insistencia de los chicos. El celu se convirtió en un chupete digital y en una especie de niñera”, señaló Navarro.

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Smarphones, smart tv, tablets y las ya cuasiarcaicas PC de escritorio coparon todos los espacios, tanto laborales como domésticos. En este escenario, el celular es el más demandado: ya es imposible imaginar nuestra vida sin todos los beneficios que nos aporta.

Los chicos de hoy no están ajenos a esta realidad. Nacieron en un siglo tecnológico por excelencia y son llamados, acertadamente, los “nativos digitales”.
Las estadísticas ratifican esta tendencia. En Argentina, la mayoría de los chicos ya usan celular a los 4 años y tienen el suyo a los 10, según una encuesta realizada por la consultora Markwald, La Madrid y Asociados en las principales ciudades del país. 

El 70% de los chicos usan celulares antes de los 5 años. Los emplean para jugar a los videojuegos (56%), escuchar música (32%) y ver videos o TV (10%). 
A medida que crecen acceden a las redes sociales. Chatean, se abren diversos perfiles de Facebook, Instagran y WhatsApp. En muchos casos, suben fotos personales y videos caseros y comparten su intimidad y también la de su familia.

Y allí radica el principal interrogante. ¿Qué tan positivo es que un niño acceda a su primer celular, qué tan preparado está para comprender su uso como una herramienta de comunicación y los riesgos que conlleva el incontrolable mundo virtual?

El Tribuno se contactó con especialistas en la materia para determinar cuál es el mejor camino a seguir ante al insistencia de los chicos para tener su celular propio. Todos coincidieron en que hasta los 13 años no es aconsejable comprarles un smartphone.

“Un chico hasta los 13 años no tiene la madurez suficiente para manejar sus emociones. Son ingenuos e impulsivos. Puede tener un celular, para estar comunicados con los padres, pero sin conexión a internet, que es un mundo sin reglas, límites ni valores”, señaló a El Tribuno Viviana Moreno, psicóloga social e integrante del grupo Líderes en Acción, entidad salteña integrada por psicólogos y abogados.
En la misma línea, opinó el psicólogo Matías Arroz: “El principal problema no son los dispositivos, sino el acceso indiscriminado a internet. A un niño menor de 13 años no le hace falta un celular. Antes de esa edad por lo general se quedan solos, están con un adulto. La utilidad real del celular es cuando los chicos empiezan sus primeras salidas con amigos”.

El Tribuno se comunicó también con la ONG Grooming Argentina, especializada en delitos virtuales contra la niñez. La ONG se creó en 2014 y es la primera de su tipo en Argentina. Además, es referente a nivel latinoamericano, ya que recibe consultas de varios países del continente, como Paraguay, Perú, Colombia y Venezuela, entre otros.

“Un celular es una responsabilidad muy grande y mientras más tarde lo reciba el chico mejor. Hay que diferenciar el smartphone del celular sin conexión a internet. Este último ayuda a localizar a los chicos y a estar más comunicados para tranquilidad de los padres. Un smartphone no es prioritario y desaconsejamos que un chico tenga uno antes de los 13 años. Internet es un mundo anárquico, sin control de ningún tipo y en el que se enseña desde construir una bomba hasta cómo hacer un video de pornografía infantil”, sostuvo Hernán Navarro, director de Grooming Argentina.

Y agregó que un niño debería tener su primer celular cuando ya respeta normas de convivencia, tiene hábitos saludables y está orientado adecuadamente por el adulto.
“Hoy en nuestro país y el mundo son cada vez más los chicos, y a edades más tempranas, que acceden a un smartphone propio. Muchos padres ceden ante la insistencia de los chicos. El celu se convirtió en un chupete digital y en una especie de niñera”, señaló Navarro.

Infancia precoz
Daniela tiene tan solo 8 años, pero la mayoría de sus amiguitas ya cuenta con celular. Carina, su mamá, comentó: “Quise comprarle una mochila de Disney y me dijo que eso ya no usan las nenas de su edad. A cambio me pidió un celular, porque muchas de sus amigas ya tienen. Me negué rotundamente porque no está preparada para eso”. 
La actitud de Daniela, lamentablemente no es la norma general ni en Argentina ni en el mundo.

¿Qué es el “grooming”?
El grooming es el acoso sexual virtual a niños y adolescentes. Son acciones de parte de un adulto que busca ganarse la confianza del niño, creando una conexión emocional con él, con fines sexuales. Mediante identidades falsas a través de las redes, obtiene datos personales y de contacto del niño y su familia. 
Cuando el adulto consigue que el niño se desnude o realice actos sexuales, comienza el acoso, para obtener un encuentro físico con el niño y abusar de él. Es un proceso que dura semanas o meses.
A esto hay que agregar además el ciberacoso en las redes de parte de los mismos pares. cada vez es más común que los niños se agredan entre sí mediante comentarios ofensivos o videos que se viralizan. 

La clave para proteger a los chicos es la educación digital 

Ocho de cada diez chicos chatean en las redes con desconocidos.

La orientación de los padres es fundamental para utilizar internet de forma adecuada. 


El desconocimiento de parte de los adultos, la falta de diálogo con los hijos y la ausencia de supervisación de la rutina que tienen los chicos en la web vuelven extremadamente vulnerables a los chicos y abonan el terreno para el accionar de los delincuentes.
“Con las redes se produce la doble victimización: primero en el momento en que ocurren los hechos, desde insultos, una pelea o una violación, y luego en el mundo virtual, con la viralización de fotos, chats o videos”, aclaró Navarro.

La mejor prevención es el diálogo constante con los hijos. Pero, lamentablemente, las cifras son alarmantes. En nuestro país, más del 70% no sabe qué es el “grooming” o nunca escuchó el término. Tan solo el 28,4% de los consultados sabe que se trata de un acoso sexual a los menores a través de internet, según datos aportados por Grooming Argentina.
“Los adultos no toman conciencia de los vulnerables que son los chicos en este contexto, ya que están expuestos a contenidos que pueden afectar su psiquis, como los sexuales y demás. Hay muy poco diálogo en las familias sobre los entornos digitales y muy poca percepción de los riesgos por parte de los grandes. Un niño de 10 años que accede a internet, puede acceder a páginas inadecuadas para su edad. Permitir eso es quitarles su inocencia”, sentenció dijo Hernán Navarro.

Falta de contención
A la falta de diálogo e información, se suma la ausencia de contención emocional de los chicos y las eventuales carencias afectivas, lo cual los hace aún más vulnerables al accionar de terceros. 
“Cuando un chico tiene falencias afectivas se aferra al primero que les dice algo bonito. Los papás deben trabajar en la inteligencia emocional de los niños y en su autoestima. Hoy de 10 casos de grooming se denuncian solo tres, especialmente en el norte, por el machismo que aún impera en nuestra sociedad. Esta cifra aumenta con los años porque son cada vez más los chicos y a menor edad que acceden a la web”, afirmó en tanto Viviana Moreno.

“El acoso en las redes comienza cuando los chicos están desprotegidos, porque nadie controla lo que hacen, pasan demasiado tiempo en las redes y nadie se da cuenta de eso. El adulto siempre debe saber qué está haciendo su hijo en la web. La clave está en supervisarlos por lo menos hasta los 18 años”, acotó Matías Arroz.

Cómo prevenir
Para los especialistas, prohibir el uso de tecnologías o bien del celular es casi imposible en el mundo actual. La clave: informar, dialogar y educar. “Hay que hablar y darles información a los chicos sobre los riesgos de la web y explicarles por qué los padres deben supervisarlos. Hay que educar a los chicos para el buen uso de internet. Pretender que no manejen dispositivos es imposible en la actualidad y prohibirlo aumenta el deseo y además favorece la ingenuidad”, señaló Matías Arroz.
Por su parte, Navarro destacó que lo fundamental es tomar medidas que van más allá del mundo virtual. “Hay que pautar horarios y espacios en familia y desintoxicarlos digitalmente a los chicos. El control físico de los dispositivos no alcanza. El mejor software de control parental es el diálogo. No hay que prohibir, pero sí supervisar constantemente”. 

Cuándo abrir un perfil
Los expertos aconsejan que la apertura de una cuenta en las diferentes redes sociales también sea a partir de los 13 años, pero siempre con supervisión de los adultos sobre los contenidos que se publican.
Es fundamental que los chicos no suban a la web datos o fotos personales ni de su entorno. Lamentablemente, la realidad arroja datos alarmantes. “Ocho de cada diez chicos brindan información personal a desconocidos. Incluso hay menores de 8 años que ya tienen un perfil y en muchos casos incluso más de uno. Esto es grave, porque el primer contacto con un desconocido es en las redes, porque la web favorece el anonimato y el chico no dimensiona el riesgo”, advirtió el licenciado Arroz. 

En la misma sintonía, el director de Grooming Argentina fue categórico: “Un chico con un smartphone está más expuesto a sufrir abusos que otro que no lo tiene. Por eso sugerimos que nunca pongan fotos ni información personal en los perfiles de WhatsApp, Facebook y demás redes”. 
Por su parte, Viviana Morales contó su experiencia desde su rol de madre. “No hay que tenerles miendo a los hijos. Hay que amarlos, pero de forma responsable. Cuando mi hijo tenía 12 años comenzó a hablar como adulto, chequeé su Facebook y no me gustaron para nada sus posteos. Uno se da cuenta cuando hay algo que no anda bien. Le anulé la cuenta, a pesar de que él protestó un año entero. Después de muchas charlas, recién abrió otro a los 14, pero él ya tenía otra mirada”, recordó.

Un aspecto a tener en cuenta es que, al ser menores de edad, los chicos no tienen privacidad con respecto a sus padres o tutores, porque, justamente, son menores. “Por ello es necesario saber todas las contraseñas para supervisar de manera constante el correo y los perfiles de las redes sociales para ver qué publicaciones tienen los chicos y con quiénes chatean. También qué páginas visitan”, finalizó el psicólogo Matías Arroz.
 

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