Carola Labrador, madre de Candela Sol Rodríguez, la niña secuestrada y asesinada en agosto de 2011, en Hurlingham, Buenos Aires, sostuvo que "la fiscalía nunca defendió" a su hija porque "no busca la verdad", y consideró que los alegatos que comienzan el próximo jueves son "una farsa" porque a uno de los imputados no se lo acusó de abuso sexual.
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Carola Labrador, madre de Candela Sol Rodríguez, la niña secuestrada y asesinada en agosto de 2011, en Hurlingham, Buenos Aires, sostuvo que "la fiscalía nunca defendió" a su hija porque "no busca la verdad", y consideró que los alegatos que comienzan el próximo jueves son "una farsa" porque a uno de los imputados no se lo acusó de abuso sexual.
"Sufrí mucho en el juicio, me hice tanta mala sangre y hoy por hoy estoy bastante enferma. Nunca se busco la justicia", aseguró a Télam Labrador, a días de comenzar la etapa final del debate iniciado en febrero.
Labrador afirmó que los alegatos no le interesan porque la fiscalía no imputó a Hugo Bermúdez (45) por el delito de abuso sexual, que fue lo que solicitó su abogado, Fernando Burlando.
"Ahora lo que creo es en la justicia divina porque en el hombre ya no creo y los que mataron a mi hija la van pagar ante Dios. Él es muy justo y los asesinos van a tener que pagar en algún momento", remarcó.
Labrador también cuestionó toda la investigación desde el secuestro y crimen de su hija y no descartó llevar el caso hasta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en caso de que no se condene a los responsables.
Tramo final
El juicio oral por el crimen de Candela ingresará esta semana en la etapa de alegatos.
El próximo jueves, a las 10, los fiscales Mario Alberto Ferrario, y Pablo Galarza serán los primeros en abrir la ronda de exposiciones con las pruebas obtenidas durante el proceso y pedirán que se condene a los tres imputados: Hugo Elvio Bermúdez (45), Leonardo Jara (37) y Fabián Gómez (45).
A Bermúdez se lo acusa de matar a la nena, Jara está imputado por ser el supuesto autor de un llamado extorsivo realizado a la familia de la niña y Gómez, el único que permanece en libertad, llegó al juicio como sospechoso de haber realizado tareas de inteligencia.