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Educación religiosa, un debate que está dormido

El concejal Andrés Suriani y la poeta Raquel Adet polemizaron sobre un tema crucial y actual, en medio del silencio generalizado.
Jueves, 20 de julio de 2017 00:00

Es muy probable que en los próximos meses la Suprema Corte de la Nación se pronuncie sobre la educación religiosa en las escuelas públicas. El dictamen fiscal fue lapidario y, de prosperar, obligaría a hacer cambios en nuestra provincia. Hasta ahora, debate no hay. Solo chicanas de vuelo bajo.

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Es muy probable que en los próximos meses la Suprema Corte de la Nación se pronuncie sobre la educación religiosa en las escuelas públicas. El dictamen fiscal fue lapidario y, de prosperar, obligaría a hacer cambios en nuestra provincia. Hasta ahora, debate no hay. Solo chicanas de vuelo bajo.

El concejal y candidato a diputado provincial Andrés Suriani ratificó su posición a favor de la enseñanza religiosa en las escuelas. "La libertad de cultos es esencial, hay que respetar todos los credos. Todos los salteños debemos estar comprometidos con esto", sostuvo Suriani, anticipando otro debate: el Congreso ya tiene en tratamiento una ley de libertad religiosa que no pasará desapercibido.

El tema se debate en términos e insultos antediluvianos, pero es absolutamente actual. Europa afronta fuertísimas polémicas, matizadas con violencia y muerte, acerca de uso públicos de símbolos religiosos.

Sociedad laica

Hasta hace un tiempo, la sociedad moderna tendía a convertirse en plenamente laica. La irrupción del terrorismo islámico modificó el escenario y la agenda.

Los legisladores y los precandidatos deberían arriesgar opinión.

En Salta, la enseñanza religiosa tiene rango constitucional. La Iglesia Católica y los credos reconocidos lo justifican como una parte de la información histórica y cultural. La realidad es que el catecismo, como cualquier otro tipo de enseñanza de un culto, es una práctica, que supone adhesión, compromiso y participación litúrgica.

Al mismo tiempo, gran parte de los salteños apoyan el mantenimiento de esta enseñanza.

La respuesta

La poeta Raquel Adet respondió a Suriani: "No hay que sacar a dios de las escuelas públicas, dice el señor Suriani. Muy bien, estoy de acuerdo, porque cada cual tiene su dios, o no lo tiene, que es lo que se llama libertad de conciencia. Lo que hay que sacar de las escuelas públicas son los crucifijos de las aulas, las estatuas de vírgenes y santos católicos de los patios, los rezos y rituales católicos de adoctrinamiento diario, los himnos religiosos católicos, los maestros de religión católica pagados por el Estado, la costumbre de la institución católica de usar su poder para avasallar, someter y discriminar a los que no comparten su credo, la costumbre de la Iglesia Católica de no respetar las creencias y la libertad de los demás. Eso es lo que hay que sacar de las escuelas públicas que deben ser un ámbito de respeto a la diversidad racial, social, religiosa, sexual y cultural".

El tema puede llegar al debate parlamentario. La intolerancia religiosa y la intolerancia laicista son igual de antidemocráticas. Sería bueno saber qué opina cada precandidato al respecto.

No basta con ser creyente o ateo: esta es una cuestión que no se puede sostener con militancia, sino con argumentos.

 

 

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