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Ciencia y solidaridad para crear un prototipo de calefón solar de bajo costo

A través del proyecto Pedagogías Viajeras, los alumnos de Física del Profesorado Superior de Salta 6005 desarrollaron un calefón solar para beneficiar al albergue de la escuela Técnica 3151 de Payogasta.
Sabado, 29 de julio de 2017 00:00

Cuando la ciencia se combina con la creatividad y la solidaridad, el resultado conmueve, recrea la fe, hace chispear la esperanza, contagia la energía creadora. Esa combinación y ese resultado son los claros efectos del proyecto Pedagogías Viajeras, a través del cual los alumnos de Física del Profesorado Superior de Salta 6005 desarrollaron un calefón solar de bajo costo para beneficiar a una escuela de Payogasta. La sorpresa fue grata y enorme cuando los salteños comenzaron a trabajar con sus compañeros payogasteños de la Técnica 3151 y descubrieron la fraternidad, la hospitalidad, la educación y la ciencia que se cultiva en estas partes tan pintorescas como solitarias del mapa provincial. Los futuros profesores de Física y sus maestros pusieron el prototipo de calefón solar en acción con la ayuda de los alumnos de la técnica calchaquí, hicieron todas las pruebas, vieron que funcionaba y hubo catarata de ideas para hacerlo más eficiente. En eso quedaron, en usar la ciencia para mejorar la calidad de vida en el albergue escolar, primero, y luego en toda la comunidad de Payogasta, donde las temperaturas descienden bajo cero por las noches, incluso de verano, y el agua caliente es un bálsamo.

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Cuando la ciencia se combina con la creatividad y la solidaridad, el resultado conmueve, recrea la fe, hace chispear la esperanza, contagia la energía creadora. Esa combinación y ese resultado son los claros efectos del proyecto Pedagogías Viajeras, a través del cual los alumnos de Física del Profesorado Superior de Salta 6005 desarrollaron un calefón solar de bajo costo para beneficiar a una escuela de Payogasta. La sorpresa fue grata y enorme cuando los salteños comenzaron a trabajar con sus compañeros payogasteños de la Técnica 3151 y descubrieron la fraternidad, la hospitalidad, la educación y la ciencia que se cultiva en estas partes tan pintorescas como solitarias del mapa provincial. Los futuros profesores de Física y sus maestros pusieron el prototipo de calefón solar en acción con la ayuda de los alumnos de la técnica calchaquí, hicieron todas las pruebas, vieron que funcionaba y hubo catarata de ideas para hacerlo más eficiente. En eso quedaron, en usar la ciencia para mejorar la calidad de vida en el albergue escolar, primero, y luego en toda la comunidad de Payogasta, donde las temperaturas descienden bajo cero por las noches, incluso de verano, y el agua caliente es un bálsamo.

"Todavía recuerdo cuando hace un tiempo ya, en 2008, inicié en la soledad del trabajo docente el proyecto Pedagogías Viajeras. Puedo recordar todas y cada una de las expediciones que realizamos con los alumnos en el marco de la Práctica Docente II, en diferentes profesorados y en distintos lugares de nuestra provincia y de otras provincias. Pero este año trabajamos en el Profesorado de Física del Instituto Superior de Profesorado de Salta (ISPS 6005) y a esta nueva aventura se sumaron dos profesores: Mariela Capaldo, a cargo del Taller, y el profesor Carlos Alessandretti, a cargo de la Práctica Docente III del área de Física. Esta vez la idea se fue gestando de a poco, primero pensamos en nuestro destino: Payogasta. Nos contactamos con la Escuela Técnica N´ 3151, y rápidamente la mágica rueda comenzó a girar, dando vida a un prototipo de calefón solar de bajo costo, a través de Pedagogías Viajeras", contó la profesora del ISPS, Elizabeth Carrizo.

Con mucha incertidumbre y emoción emprendieron el viaje a Payogasta 20 alumnos y 3 profesores, que se instalaron por tres días en la escuela albergue, en convivencia con esa comunidad educativa, para transmitirles a los alumnos las técnicas del armado del calefón solar de bajo costo, construido con pallets, bolsas negras, pintura asfáltica, caños de PVC para conexiones de agua y un tanque plástico de 50 litros. El ingrediente fundamental, luego, fue el calor del sol de Payogasta.

"Elegimos esta escuela técnica porque tiene taller y la idea era que los chicos pudieran mejorar el prototipo en base a sus conocimientos, al funcionamiento de la prueba y a sus necesidades. El director de la Técnica dijo que les venía muy bien este prototipo y que lo usarían primero en el albergue de la escuela. Nos pareció que sería lo mejor. A los chicos les explicamos los principios que sustentan el funcionamiento del calefón y construimos otro calefón con ellos para fijar los conocimientos", contó Elizabeth y agregó: "Fue muy emocionante porque en 7 horas de sol, el agua almacenada levantó la temperatura a 57´C. Cuando volvimos a medir la temperatura por la noche, había descendido a -4´C. Entonces los chicos de Payogasta se pusieron de tarea mejorar el prototipo. Ahí pensaron en ponerle membrana aislante para que conserve el calor y en lugar de pallets usarían chapa, que retiene más el calor".

Fueron 46 los alumnos de la Técnica de Payogasta que participaron del proyecto, mostrando su inteligencia y creatividad. Sorprendieron a los salteños con algunos geniales inventos, como un refrigerador portátil, hecho con partes de un lavarropas viejo.

"Los alumnos de la escuela Técnica 3151 de Payogasta fueron los perfectos anfitriones, nos tranquilizaron, nos colaboraron, nos permitieron hacer nuestra tarea. Y no solo eso, hasta nos enseñaron sus propios experimentos. Sí, los tres días transcurrieron volando. El tiempo fue corto. La experiencia fue enorme. Ahora solo nos queda seguir trabajando en nuestra aula, seguir pensando en nuestro rol como docentes. Esperamos con ansias el segundo encuentro que tendrá lugar pronto. Volveremos a ver a los chicos y chicas de Payogasta y nos mostrarán las mejoras realizadas al prototipo, resolveremos juntos los interrogantes acerca del funcionamiento, del mantenimiento técnico y tantas otras cosas. Pero lo más importante es que volveremos a conversar y a aprender unos de otros", porque la ciencia es un círculo de aprendizaje perfecto, donde el maestro sabio conduce a los discípulos al umbral del conocimiento para que puedan desplegar las alas y volar.

Próximamente... Cachi

El éxito rotundo de esta experiencia científica y solidaria, que a la vez cultiva el aprendizaje, la integración y la camaradería, corrió de boca en boca por los Valles Calchaquíes y Pedagogías Viajeras fue convocada con su prototipo a otras escuelas. "Estamos muy felices y orgullosos con la hermosa experiencia que tuvimos en Payogasta, y ahora nos invitó el colegio secundario de Cachi a que vayamos a enseñarles a hacer el prototipo de calefón solar de bajo costo. Es que las bajas temperaturas en los valles se padecen de noche, sobre todo, así que hay que buscar el modo de aprovechar el calor del sol durante las horas del día. Ya nos comprometimos con la gente de Cachi para ir en septiembre y lanzarnos a una nueva aventura".

Vivencias en la expedición a Payogasta

Reflexión de la profesora Elizabeth Carrizo, magister en Cs. Sociales. 

“Al hablar de expedición, el concepto siempre va ligado a la exploración de lo ignoto, al develamiento de lo desconocido, a la búsqueda de maravillas imaginadas y aún no imaginadas. La expedición es siempre una acción sobre el territorio explorado, de tal forma que se hace una cartografía propia. En este marco, los viajes son experiencias en donde el individuo sale fuera de sí, y esto implica miedo de caminar, de irse y llegar a lugares desconocidos. 

En términos de Nietzsche lo principal de un viaje es verlo como una experiencia que, si bien ocurría por fuera del individuo, se podía colocar en lo más profundo de la individualidad. Lo exterior, la observación, la contemplación, los sucesos, las aventuras, lo desconocido y lo insólito que pasa en los viajes se puede trasladar a la vida interior, convertir en una mirada interior. Todo ello significa convertir el viaje en una vivencia del conocimiento, en una vivencia creativa e imaginativa. Y así fue en Payogasta”.

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