La sorpresa y la alegría se mezclaron en la cara de Carlos Villarreal, un colaborador del museo de Campo Santo, cuyo director es el paleontólogo Gustavo Flores, cuando comenzó a descubrir parte de la caparazón de lo que sería un quirquincho en las barrancas del río Mojotoro, a la altura de esta localidad, hace un par de meses.
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La sorpresa y la alegría se mezclaron en la cara de Carlos Villarreal, un colaborador del museo de Campo Santo, cuyo director es el paleontólogo Gustavo Flores, cuando comenzó a descubrir parte de la caparazón de lo que sería un quirquincho en las barrancas del río Mojotoro, a la altura de esta localidad, hace un par de meses.
La frágil pieza de lo que fue un pariente lejano del quirquincho actual, con un tamaño similar al armadillo, lleva ya más de dos meses de estudio y consultas para determinar de qué animal se trata, con solo una pequeña parte de su coraza, lo que hizo muy difícil su identificación. "Todo hallazgo de animales o plantas con una antigedad similar nos sirve muchísimo para determinar cómo estaba compuesta nuestra megafauna que dominó este Valle de Siancas hace unos 10 mil años", explicó Gustavo Flores a El Tribuno.
No todos los animales de esa época eran gigantes como el Megatelio o Gliptodonte, dos especies ya desaparecidas y cuyos hallazgos le dieron vida al museo de paleontología. "Algunas especies son unas sobrevivientes, su forma no cambió demasiado a pesar de los años. Por eso hoy podemos encontrar estos quirquinchos, como los hemos denominado, que tienen el mismo tamaño y forma desde hace miles de años, pero es importante que sepamos de su existencia para reconstruir cómo era nuestra fauna por aquellos tiempos. Así como hicimos con los otros dos fósiles, vamos a reconstruir este animal de tamaño natural para exponerlo en nuestro museo", anticipó Flores.
Algunas dificultades
Lamentablemente, el clima de esta zona del valle es muy húmedo, no conserva muy bien los restos fósiles. Por eso son muy frágiles y si se los manipula demasiado se pulverizan con facilidad. De allí que no se los extrae en forma completa del sedimento que los contiene.
"El trabajo que realizamos es cortar alrededor la tierra donde está el fósil y extraer todo el sedimento. Así, se expone la mayor cantidad posible de los restos sin llegar a dañarlos y luego de los estudios para reconocer de qué animal se trata, recreamos una figura de tamaño real para que los visitantes tengan una idea clara de lo que están viendo", explicó Flores, entusiasmado con el hallazgo.
Un museo nuevo
El Museo de Arqueología, Paleontología e Historia Profesor Osvaldo Maidana fue inaugurado en enero del 2016 en esta localidad y el mismo contiene numerosos vestigios y piezas de la arqueología, paleontología y la historia del Valle del Siancas.
El museo está ubicado frente a la plaza central del pueblo y en sus salas se puede observar hallazgos arqueológicos con 12 mil años de historia y una línea de tiempo que se extiende hasta la llegada de los españoles.
Cabe destacar que hay muestras de elementos encontrados en el mismo Valle de Siancas en otros lugares de la provincia, por cierto, rica en estos elementos. La sala de Paleontología muestra restos de fauna extinta en la región y restos petrificados de fósiles de hace muchos miles de años.
Urnas funerarias
También se pueden apreciar en el museo camposanteño cerámicas realizadas alrededor del 300 o 400 AC, que fueron recuperadas entre 1981 y 1992 en distintos sitios arqueológicos. Sobresalen algunas urnas funerarias, vasos y armas de guerra, piezas de cerámica autóctona, objetos del imperio inca y elementos que trajeron los primeros españoles, tales como crucifijos de metal y collares de cuentas de vidrio veneciano.
Muchos de los restos que hoy se exhiben fueron recuperados del sitio arqueológico Ojo de Agua, ubicado camino a Aguas Calientes, sobre la ruta provincial 10. El museo tiene, además, una sala de historia sobre la época de la colonia y la guerra de la Independencia.