¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

24°
29 de Marzo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

De enero a enero, la plata es del banquero

Miércoles, 05 de julio de 2017 00:00

El mundo financiero y el político esperaron con gran expectativa que el martes 20 el Banco de Inversión Morgan Stanley anunciara que Argentina dejó de ser considerado "País de Frontera" para clasificarlo como "País Emergente". La frustración fue fuerte; la entidad no modificó esta calificación y por lo tanto nuestro país seguirá por lo menos hasta el próximo año considerado de frontera, que es la calificación más baja que estos fondos de inversión otorgan a los países. La Comisión Nacional de Valores y de la Bolsa de Comercio pidieron que revea nuestra situación, para lograr el "upgrade" (pasar hacia arriba).

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

El mundo financiero y el político esperaron con gran expectativa que el martes 20 el Banco de Inversión Morgan Stanley anunciara que Argentina dejó de ser considerado "País de Frontera" para clasificarlo como "País Emergente". La frustración fue fuerte; la entidad no modificó esta calificación y por lo tanto nuestro país seguirá por lo menos hasta el próximo año considerado de frontera, que es la calificación más baja que estos fondos de inversión otorgan a los países. La Comisión Nacional de Valores y de la Bolsa de Comercio pidieron que revea nuestra situación, para lograr el "upgrade" (pasar hacia arriba).

A los fondos de inversión que trabajan con este banco se les impide que las acciones de estos países (de frontera) sean compradas ya que son inversiones en plazas consideradas "de riesgo". Analistas e inversores pusieron como ejemplo los países que ascendieron de nivel, como Qatar y Emiratos Árabes Unidos, y con la nueva calificación, durante el primer año, los títulos de sus empresas ganaron entre un 30% a un 40% de su valor.

Tal fue el caso de las acciones de YPF que habían aumentado su cotización días previos y al conocerse que no se modificaba esta calificación, sufrieron de inmediato un bajón significativo. La misma suerte corrieron los títulos de Banco Macro, Banco Galicia, Telecom, Pampa, BBVA y Edenor.

Mirando antes de arriesgar

En un comunicado, Morgan Stanley explicó que sigue mirando los avances en el mercado argentino, entre otros, la eliminación de los controles de capital y el fin de las restricciones cambiarias confirmando que será parte de la lista de revisión el próximo mes de junio de 2018 junto a Arabia Saudita.

Esta entidad hubiera podido aprobar los requisitos para que Argentina sea considerado "Emergente" pero los inversores creen que los cambios son aún muy recientes como para considerarlos irreversibles.

Para estos inversores hay tres tipos de categorías de países: de frontera, emergentes y desarrollados.

Nuestro país descendió de mercado emergente al de frontera en febrero del año 2009, debido a los controles de capitales que pesaban sobre los inversores extranjeros. De jugar con nuestros pares de Brasil, Chile, Colombia, México, Perú, China y otros, pasamos a competir con Jamaica, Trinidad y Tobago, Kenia, Zimbabue, Marruecos, Vietman, Chipre, Estonia y Kuwait.

Si hubiéramos ascendido en el Banco JP Morgan, unos US$ 1.400 millones hubieran ingresado a Argentina.

Morgan Stanley elabora tres índices de calificación bajo los nombres de "MSCI" (Morgan Stanley Capital Internacional) y ellos son: a) Latam (para Latinoamérica); b) Emerging Markets para el Mercado Emergente, y c) Frontier para los países considerados de frontera. Para tener una idea de los números que maneja este banco de inversión se estimaba que si Argentina ascendía de categoría el 3% de la cartera inversora de Latan y el 0,4% de los Emerging vendrían a nuestro territorio, quizás los porcentajes no son significativos pero los montos de dinero que manejan si lo son. Es evidente que esta situación genera mucha incertidumbre por lo menos por un año más, siendo una consecuencia de los ajustes graduales que está haciendo este gobierno.

Préstamo a cien años

La otra noticia que movilizó el mercado financiero y la opinión pública fue la "emisión histórica" de un bono a cien años en los mercados internacionales. La decisión fue objeto de severísimas críticas de los analistas críticos, algunos vinculados con la oposición, y otros no tanto.

Las objeciones fueron concretas: una tasa de casi el 8% anual, cuatro veces superior a la que sería normal, un plazo inmanejable y el compromiso de pagar casi 22 mil millones de dólares por un préstamo de 2.750 millones.

El Gobierno, que no precisó el destino de esos fondos, justificó el inusual endeudamiento como una forma de construir vínculos con el mercado de inversión. Según trascendidos, la operación fue ofrecida al Gobierno por los bancos Citi y HSBC, que junto a compañías de seguros y fondos de pensión del exterior aseguraron que había inversores interesados.

La oferta logró una fuerte demanda, que superó los US$ 9.000 millones. El ministro Nicolás Caputo y su equipo decidieron tomar solamente US$ 2.750 millones bajando la tasa ofrecida originalmente de 8,25% anual a 7,9%.

El ministerio de Finanzas, en un comunicado, encuadró esta operación el objetivo de "asegurar el financiamiento en las mejores condiciones posibles para el crecimiento de la economía y la generación de empleo" y aclaró que "a pesar de la incertidumbre en los mercados internacionales el gobierno demuestra gracias a su gestión la capacidad de obtener financiamiento a muy largo plazo y a tasas nominales más bajas de la historia argentina".

Funcionarios de la cartera de finanzas opinaron que "no hay que perder la perspectiva; lo que pagamos en esta emisión es lo mismo que pagaba Estados Unidos por su deuda a largo plazo en la década de los 90. Financiarse a largo plazo y con tasas bajas es hacer una gestión responsable y cautelosa de nuestra deuda".

Empresas corporativas como la Coca Cola y Disney y países como México, Bélgica, Irlanda, China, Dinamarca y Suecia también optaron por este tipo de deuda a tan largo plazo.

Las críticas de la oposición kirchnerista son previsibles: objetan la idea del endeudamiento pero no explican por qué, un gobierno que se autodefinió "pagador serial" y que anunció una quita del 75% dejó deuda por 254.000 millones de dólares, el doble de la que había heredado.

El oficialismo recordó que sus antecesores tomaron deuda con Venezuela al 15%, para beneficiar al régimen chavista.

El que se quema con leche...

Claro que todo tiene un contexto.

Los fondos de inversión y de pensión necesitan colocar deuda. La tasa y los plazos de esta son inigualablemente tentadores. Al mismo tiempo, no está claro que destino se dará a ese dinero. Aparentemente, construir un lazo con esos fondos para evitar que, en algún momento, nuestro país deje de recibir créditos que le permitan refinanciar su deuda.

El drama de la deuda comenzó en el gobierno militar, que los US$ 7.000 mil millones de dólares de 1976 los convirtió en 42 mil millones y de allí comenzó a crecer como una bola de nieve, generando picos catastróficos.

Tomar deuda para cubrir déficit y pagar deuda no es negocio. De enero a enero, la plata des del banquero.

Operaciones de este tipo en el marco de una campaña electoral tienen un condimento muy especial ya que los detractores piensan que endeudamos al país por cuatro generaciones; en cambio los que la defienden dicen que hoy argentina tiene financiamiento por un siglo.

El debate está abierto. Usted ¿qué opina, estimado lector?

 

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD