El Ministerio de Educación de la Nación, a través de Educ.ar SE, llegó a la localidad de Iruya para hacer entrega de aulas digitales móviles a dos escuelas asentadas en tierras comunitarias, que pertenecen a pueblos originarios, específicamente coyas.
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El Ministerio de Educación de la Nación, a través de Educ.ar SE, llegó a la localidad de Iruya para hacer entrega de aulas digitales móviles a dos escuelas asentadas en tierras comunitarias, que pertenecen a pueblos originarios, específicamente coyas.
El envío de las aulas digitales móviles implicó una compleja logística. Un helicóptero perteneciente a la Gendarmería Nacional se encargó del traslado. Llegar hasta el establecimiento, a 2900 metros de altura sobre el nivel del mar y a bordo de un vehículo, es imposible, por lo que el sendero debe hacerse a pie o a caballo desde el pueblo Río Grande.
"Donde terminan las ruedas y empiezan las alpargatas", según Alejo Acuña, director y docente, quien una vez al mes transita ese camino de entre seis y ocho horas. Tanto de ida como de vuelta. Previo a ello recorre cinco horas en remis desde Salta capital hasta Río Grande, al pie del cerro donde inicia el ascenso al paraje.
La escuela 4.236 Fray Bartolomé de las Casas, que dirige Acuña, no alcanza la decena de chicos. Es una escuela albergue, por lo que sus alumnos duermen allí.
El aula digital móvil entregada por la cartera educativa nacional contiene cinco netbooks más una computadora, monitor, proyector, impresora, routers, pizarra digital, gabinete metálico y cámara digital.
Asimismo, la Escuela Sede Fray Bartolomé de las Casas - Yerba Buena Paraje Sala Escuya, que tiene treinta alumnos, recibió una computadora, diez netbooks, un monitor, un proyector, una impresora, un router, una pizarra digital, una cámara digital y un gabinete metálico.
"Un nuevo hito en la historia de esta pequeña escuela, un claro mensaje a la sociedad argentina de que cuando el Estado, tanto nacional como provincial, aúna esfuerzos, se optimizan recursos y estos llegan a quienes más los necesitan. Nuestros niños tienen la posibilidad de trabajar frente a una computadora. Algo inimaginable hace unos diez años", indicó Acuña, quien desde hace 24 años trabaja en la escuela 4.236.
Por su parte, los chicos caminan entre dos y tres horas para recibir educación, incluso recorriendo tramos riesgosos durante el trayecto. Abraham Condori, alumno de 6º grado, sostuvo: "Nos sentimos felices por las netbooks que recibimos porque podremos trabajar mejor. Estoy muy contento. Ahora tenemos la posibilidad de investigar y divertirnos con la computadora". Y agregó: "Estoy muy contento. Ahora podemos buscar imágenes, editar videos y muchas cosas más". Gustavo Cruz, compañero de Abraham, también manifestó su satisfacción "por el equipamiento" que recibieron.