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Ladrones boqueteros asuelan parajes del Chaco salteño

La falta de trabajo y la lejanía entre los distintos puestos y parajes facilita la delincuencia.
Martes, 22 de agosto de 2017 00:00

Una ola de robos y de mejicaneadas entre traficantes de distintas mercancías que transitan la ruta provincial 13 que une tres provincias del norte argentino se desató en los últimos tiempos, siendo los habitantes criollos de esas soledades los más perjudicados en esta batalla por el control territorial de Rivadavia Banda sur.

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Una ola de robos y de mejicaneadas entre traficantes de distintas mercancías que transitan la ruta provincial 13 que une tres provincias del norte argentino se desató en los últimos tiempos, siendo los habitantes criollos de esas soledades los más perjudicados en esta batalla por el control territorial de Rivadavia Banda sur.

Todos estos delitos conexos con el tráfico de mercancías y estupefacientes trajo a la zona y a los apacibles pueblos gente de otras latitudes y con otra formación delictiva, dijo ayer un uniformado que reviste en la zona del Chaco salteño.

La fuente indicó que desde hace un tiempo a la fecha se radicaron varias denuncias sobre delitos en contra de la propiedad, algunos de ellos con cifras realmente grandes.

Pero días pasados, según la fuente, se produjo el segundo robo en cercanías del pueblo donde los delincuentes utilizaron la metodología del boquete para llevarse el botín que tenían calculado hallar.

Informaciones de la zona indicaron que hubo una ola de robos en distintos parajes y eso puso en alerta a los uniformados del destacamento de la cabecera del departamento Rivadavia, quienes dispusieron sus mejores hombres para esclarecer una nueva forma de desvalijar viviendas y comercios en la zona, es decir, el boquete en techos o paredes.

No está mal recordar que no hace más de dos meses el dinero de los jubilados de esas latitudes del Chaco salteño fue robado por delincuentes que boquetearon el techo de chapa de la Municipalidad del pueblo de frontera, entre los golpes más espectaculares de los delincuentes criollos.

En esa ocasión se llevaron dos sacas con poco más de un millón de pesos y cuyos autores aún no fueron puestos a disposición de la Justicia. Hasta la fecha no se sabe bien si la totalidad de los jubilados que esperaban cobrar sus haberes después del golpe de los boqueteros pudieron finalmente hacerse de sus haberes. Esta vez el golpe lo dieron en un pequeño negocio de campo, ubicado en cercanías de la misión wichi, donde sus moradores mercan algunos víveres y bebidas.

Una fuente del pueblo relató que días pasados los propietarios de la vivienda salieron a hacer compras para el emprendimiento familiar y cuando regresaron abrieron la puerta y se dieron conque en la pared de ladrillo de uno de los dormitorios había un boquete de grandes dimensiones, lo suficientemente amplio como para que entraran y salieron los delincuentes.

La habitación estaba toda revuelta y en un ropero los boqueteros hallaron por fin algo de lo que buscaban.

Luego de la primera impresión, inmediatamente los damnificados alertaron a la policía sobre el robo y, sobre todo, de la audacia de los delincuentes.

La policía tomó fotografías de las huellas dejadas por los malvivientes y la denuncia de los propietarios y se interiorizó de los elementos utilizados para hacer el agujero en la pared a plena luz del día.

Se informó que de esa habitación los boqueteros se llevaron algunos miles de pesos y tres celulares y que, como había sido cerrada desde afuera, no pudieron ingresar a otras partes de la casa por lo que los delincuentes se conformaron con lo que hallaron a mano y no llegaron a la despensa.

La investigación

El modus operandi, jamás antes visto en el Chaco salteño, dejó perplejo a los policías en un pueblo donde se conocen todos.

En pocos días, según la fuente policial, hubo noticias acerca de la venta de un celular de alta gama en un alejado paraje cercano a Formosa.

La noticia fue seguida de cerca por la policía que en menos de 48 horas ya había localizado al comprador del artefacto mal habido.

Ni bien llegó la comisión policial, el comprador los atendió con un "yo no fui", describiendo con marcas y señales al vendedor, que resultó ser un ciudadano de la localidad formoseña de Ingeniero Juárez.

El sujeto fue buscado a través de las redes sociales y ubicado su paradero.Una comisión policial cruzó el Bermejo por el punto tripartito y de inmediato se dirigió hacia la tórrida localidad. En pocas horas el sujeto fue detenido en la vía pública y no se resistió. En la requisa en uno de sus bolsillos se encontró unos miles de pesos que no supo justificar.

Poco más tarde, con una orden fiscal, se ingresó a su domicilio donde se encontró una cantidad de celulares mal habidos y otros tantos pesos, además de objetos robados en nuestra provincia. El sujeto, lejos de cualquier pacto de silencio, de inmediato señaló a su cómplice al que calificó como el "ingeniero en boquetes", el que también fue detenido en la misma incursión de policías salteños en territorio formoseño, aunque a este solo le hallaron 170 pesos, pues el resto de su parte lo había invertido en bebidas.

 

 

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