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Las miradas por el debut de Sampaoli

El nuevo DT de la Selección argentina que empató anoche frente Uruguay, por las eliminatorias para Rusia 2018
Jueves, 31 de agosto de 2017 23:17

Fue grande el interés que generó la presentación de la Selección argentina frente a su similar de Uruguay por las eliminatorias para Rusia 2018, que se reflejo al final de la contienda con un empate en cero. Hasta los más escépticos fijaron atención en este nuevo proceso que oficialmente puso en marcha Jorge Sampaoli al mando del equipo albiceleste y para observar los desempeños de algunas caras nuevas. 
Es que ante el debut del nuevo DT, más de uno se preguntó si cómo Argentina plantearía el juego en un estadio Centenario colmado de espectadores haciendo fuerza por la formación local, que le dieron un marco indescriptible a un duelo con mucha historia en esta parte del continente.
Pero el entusiasmo creció más aún por el lado argentino, porque se esperaba una mejor respuesta de estos jugadores. Y esa espera sigue, continúa con la esperanza de que de una vez por todas la actuación tanto en lo colectivo como individual resulte lo más convincente posible, hasta más productiva, si no es mucho pedir a esta camada de jugadores. 
Solo Lionel Messi volvió a estar a la altura de las circunstancias y de las expectativas. El número diez, cuando tomaba contacto con la pelota, marcó un estado de alerta en los jugadores uruguayos, que intentaron maniatarlo, quitarle espacios y hasta buscaron los medios de no dejarle lugar para que pueda ejecutar maniobras explosivas. Pero el hábil jugador se las ingenió para burlar las marcas y así en el primer tiempo, en un pared con Paulo Dybala, estuvo cerca de vencer la resistencia de Fernando Muslera.
Uruguay, con muy poco recursos se encerró en su propio terreno y apostó a la contra ante el empuje de los argentinos. Allí otra vez apareció la ilusión de que se pueda conseguir un gol para ganar el partido
Pero otra vez Argentina repitió los mismos desaciertos de otros partidos. Es más, no se entiende cómo un jugador de las características de Marcos Acuña, que tiene perfil izquierdo, sector por donde mejor recorrido tiene, se lo utilice por derecha. O bien, cómo es posible que Angel Di María no logre ejecutar un centro hacia un compañero de ataque para que resuelva una jugada de gol. Quedó la sensación de que Argentina podría haber ganado el partido frente a los uruguayos, por la tenencia de la pelota en gran parte del juego. Pero hubo que conformarse con esa igualdad sin goles. 

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Fue grande el interés que generó la presentación de la Selección argentina frente a su similar de Uruguay por las eliminatorias para Rusia 2018, que se reflejo al final de la contienda con un empate en cero. Hasta los más escépticos fijaron atención en este nuevo proceso que oficialmente puso en marcha Jorge Sampaoli al mando del equipo albiceleste y para observar los desempeños de algunas caras nuevas. 
Es que ante el debut del nuevo DT, más de uno se preguntó si cómo Argentina plantearía el juego en un estadio Centenario colmado de espectadores haciendo fuerza por la formación local, que le dieron un marco indescriptible a un duelo con mucha historia en esta parte del continente.
Pero el entusiasmo creció más aún por el lado argentino, porque se esperaba una mejor respuesta de estos jugadores. Y esa espera sigue, continúa con la esperanza de que de una vez por todas la actuación tanto en lo colectivo como individual resulte lo más convincente posible, hasta más productiva, si no es mucho pedir a esta camada de jugadores. 
Solo Lionel Messi volvió a estar a la altura de las circunstancias y de las expectativas. El número diez, cuando tomaba contacto con la pelota, marcó un estado de alerta en los jugadores uruguayos, que intentaron maniatarlo, quitarle espacios y hasta buscaron los medios de no dejarle lugar para que pueda ejecutar maniobras explosivas. Pero el hábil jugador se las ingenió para burlar las marcas y así en el primer tiempo, en un pared con Paulo Dybala, estuvo cerca de vencer la resistencia de Fernando Muslera.
Uruguay, con muy poco recursos se encerró en su propio terreno y apostó a la contra ante el empuje de los argentinos. Allí otra vez apareció la ilusión de que se pueda conseguir un gol para ganar el partido
Pero otra vez Argentina repitió los mismos desaciertos de otros partidos. Es más, no se entiende cómo un jugador de las características de Marcos Acuña, que tiene perfil izquierdo, sector por donde mejor recorrido tiene, se lo utilice por derecha. O bien, cómo es posible que Angel Di María no logre ejecutar un centro hacia un compañero de ataque para que resuelva una jugada de gol. Quedó la sensación de que Argentina podría haber ganado el partido frente a los uruguayos, por la tenencia de la pelota en gran parte del juego. Pero hubo que conformarse con esa igualdad sin goles. 

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