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Los vivos de siempre empañaron a Boca en Salta

Miércoles, 09 de agosto de 2017 19:37

¿Oportunismo, viveza criolla o negocio? No, ninguna de esa trivia. Es delincuencia pura acompañada por una constante impunidad. Lo que podría haber sido una fiesta del fútbol en Salta, terminó siendo un capítulo más de una novela japonesa que no le importa a nadie en la Argentina. O sí. Depende de los que ganen unos pocos actores... como en el fútbol.
Es que fueron días tan caóticos como vergonzosos. Desde el lunes comenzaron a proliferar denuncias en la localidad de Vaqueros, que los hinchas xeneizes “foráneos” apostados temporariamente en la zona intentaban comprar con billetes apócrifos en los comercios de la zona. Algunos se salvaron tras el alerta policial.
Y este hecho fue casi el epílogo de la “mafia de las entradas”, cuyas populares económicas de $300 pesos, cuando salieron a la venta, desaparecieron en un pocas horas, igual que después las de $500. El resultado 1: los revendedores de entradas invadieron las redes sociales horas antes del partido tratando de vender. Pero también hubo entradas “truchas” que terminaron con la ilusión de muchos salteños en las puertas del estadio de ver al último campeón en su ciudad, que llegó “al fin” con todos sus titulares.
Eran los mismos salteños cautivos de una empresa organizadora que quería “hacerse la América” en Salta. Somos provincianos, no boludos. El resultado 2: Preferenciales y plateas vacías, a pesar que minutos antes versiones extraoficiales señalaban que la estaban regalando en el centro de la ciudad. Si no había casi gente. ¿Qué hicieron con las entradas? Otro tema.
En uno de los sectores de ingresos al estadio, uno de los “hombres de negro” encargados de la organización amenazaba constantemente a personas con capacidades diferentes que no entrarían si no acataban las órdenes “militarizadas” que se desprendían de su boca. Una soberbia tan lamentable como repudiable y en donde los efectivos de la Policía Provincial, que estaban cerca, se lo querían “comer vivo” con las miradas. El resultado 3: como decía William Shakespeare: “La ira es el veneno que uno toma para que los demás se mueran”. Esperemos que ese personaje soberbio no lo padezca.
Ahora viene River-Atlas, por Copa Argentina, Los Pumas, por la Championship, el Súper 4 de Básquetbol, el Premundial de Vóley y el mejor hóckey, con el Torneo Argentino de Mayores. Y el Gobierno provincial sigue apostando fuerte al deporte, pero aunque sea un pulpo, a veces no llega a poner límites a los vivos: El resultado 4: basta de impunidad.
Quizás estos resultados equivalen a los cuatro goles de penal que hicieron zafar a Boca en Salta frente a un agresivo Banfield, luego de una ayudita en el tiempo de juego. Finalmente la gente festejó. Pero el salteño no quiere que “lo empaten” los de afuera, o los vivos de adentro. El salteño quiere ganar, y por goleada.

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¿Oportunismo, viveza criolla o negocio? No, ninguna de esa trivia. Es delincuencia pura acompañada por una constante impunidad. Lo que podría haber sido una fiesta del fútbol en Salta, terminó siendo un capítulo más de una novela japonesa que no le importa a nadie en la Argentina. O sí. Depende de los que ganen unos pocos actores... como en el fútbol.
Es que fueron días tan caóticos como vergonzosos. Desde el lunes comenzaron a proliferar denuncias en la localidad de Vaqueros, que los hinchas xeneizes “foráneos” apostados temporariamente en la zona intentaban comprar con billetes apócrifos en los comercios de la zona. Algunos se salvaron tras el alerta policial.
Y este hecho fue casi el epílogo de la “mafia de las entradas”, cuyas populares económicas de $300 pesos, cuando salieron a la venta, desaparecieron en un pocas horas, igual que después las de $500. El resultado 1: los revendedores de entradas invadieron las redes sociales horas antes del partido tratando de vender. Pero también hubo entradas “truchas” que terminaron con la ilusión de muchos salteños en las puertas del estadio de ver al último campeón en su ciudad, que llegó “al fin” con todos sus titulares.
Eran los mismos salteños cautivos de una empresa organizadora que quería “hacerse la América” en Salta. Somos provincianos, no boludos. El resultado 2: Preferenciales y plateas vacías, a pesar que minutos antes versiones extraoficiales señalaban que la estaban regalando en el centro de la ciudad. Si no había casi gente. ¿Qué hicieron con las entradas? Otro tema.
En uno de los sectores de ingresos al estadio, uno de los “hombres de negro” encargados de la organización amenazaba constantemente a personas con capacidades diferentes que no entrarían si no acataban las órdenes “militarizadas” que se desprendían de su boca. Una soberbia tan lamentable como repudiable y en donde los efectivos de la Policía Provincial, que estaban cerca, se lo querían “comer vivo” con las miradas. El resultado 3: como decía William Shakespeare: “La ira es el veneno que uno toma para que los demás se mueran”. Esperemos que ese personaje soberbio no lo padezca.
Ahora viene River-Atlas, por Copa Argentina, Los Pumas, por la Championship, el Súper 4 de Básquetbol, el Premundial de Vóley y el mejor hóckey, con el Torneo Argentino de Mayores. Y el Gobierno provincial sigue apostando fuerte al deporte, pero aunque sea un pulpo, a veces no llega a poner límites a los vivos: El resultado 4: basta de impunidad.
Quizás estos resultados equivalen a los cuatro goles de penal que hicieron zafar a Boca en Salta frente a un agresivo Banfield, luego de una ayudita en el tiempo de juego. Finalmente la gente festejó. Pero el salteño no quiere que “lo empaten” los de afuera, o los vivos de adentro. El salteño quiere ganar, y por goleada.

 

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