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Cuando la fe de los peregrinos del Milagro mueve montañas

Los fieles de Nazareno caminan cada año unos 500 kilómetros.
Lunes, 11 de septiembre de 2017 15:41

No es un día más, es un día muy especial. Una oración a Dios abre el camino a los peregrinos de Nazareno, a los que luego se sumarán sus hermanos de Iruya, para unir los casi 500 kilómetros de distancia que hay entre la localidad fronteriza con la capital salteña y estar en una de las fiestas religiosas más importantes del mundo.
Más de 70 peregrinos de Nazareno partieron en las primeras horas de martes pasado cargados fe, amor, fortaleza y una alegría casi indescriptible. Ya los esperaba otro grupo similar en Iruya para continuar con la gran muestra de fe.
Los monstruos rocosos, las aguas gélidas y las bajas temperaturas nunca fueron una barrera para esos corazones católicos, porque la alegría y las alabanzas nunca se detienen, como tampoco ellos en su peregrinación.
Así, a medida que se acercan a la ciudad de Salta, la ayuda no se hace esperar.
Decenas de servidores acuden a sus pasos para prestarle asistencia y “robarles” un suspiro de tanta fe.
Por eso, a 3.000 metros sobre el nivel del mar está Chucalezna, un paraje perteneciente al departamento de Humahuaca, a 120 kilómetros de la capital de Jujuy, donde un grupo de servidores los espera.
Cada año, un grupo de servidores formados por las autoridades de la Catedral Basílica, llegan hasta Chucalezca para esperar a los peregrinos que llegan desde estas localidades salteñas.
Como en otros lugares de toda la provincia o como en este caso de Jujuy, los seguidores del Señor y la Virgen del Milagro son recibidos y atendidos por grupos que coordinan cada momento de la asistencia.
Estos grupos, que cada año crecen, se encargan no solo de preparar los alimentos con que serán recibidos los peregrinos, sino que además le darán asistencia médica, entre curaciones y masajes, como así también toda la atención necesaria para su bienestar, tras recorrer unos 250 kilómetros.
Este año esa labor estuvo a cargo de integrantes de las familias Martínez, Macedo, Villagrán, Gerbán, Pereira, Gómez, Hinojosa, entre otros.
Las alabanzas a Dios, los cánticos y la fuerza incomparable con que recorren cada metro de la peregrinación, muestran que la fe está más allá de cualquier frontera.
Nazareno está situada al extremo noroeste de la provincia de Salta, entre montañas y valles, en el límite con Bolivia.
Cabe recordar que los peregrinos que salen desde Nazareno llegan a Humahuaca para después continuar viaje y pasar por Huacalera, Tilcara, Maimará, Volcán, Yala, Jardín de Reyes, hasta llegar a la capital de Jujuy.
Desde allí pasarán a la localidad jujeña de El Carmen, para ingresar a nuestra provincia por la localidad de La Caldera. En el tramo final de la peregrinación pasarán también por la localidad de Vaqueros, para ingresar a la capital salteña un     día antes de la procesión.
 

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No es un día más, es un día muy especial. Una oración a Dios abre el camino a los peregrinos de Nazareno, a los que luego se sumarán sus hermanos de Iruya, para unir los casi 500 kilómetros de distancia que hay entre la localidad fronteriza con la capital salteña y estar en una de las fiestas religiosas más importantes del mundo.
Más de 70 peregrinos de Nazareno partieron en las primeras horas de martes pasado cargados fe, amor, fortaleza y una alegría casi indescriptible. Ya los esperaba otro grupo similar en Iruya para continuar con la gran muestra de fe.
Los monstruos rocosos, las aguas gélidas y las bajas temperaturas nunca fueron una barrera para esos corazones católicos, porque la alegría y las alabanzas nunca se detienen, como tampoco ellos en su peregrinación.
Así, a medida que se acercan a la ciudad de Salta, la ayuda no se hace esperar.
Decenas de servidores acuden a sus pasos para prestarle asistencia y “robarles” un suspiro de tanta fe.
Por eso, a 3.000 metros sobre el nivel del mar está Chucalezna, un paraje perteneciente al departamento de Humahuaca, a 120 kilómetros de la capital de Jujuy, donde un grupo de servidores los espera.
Cada año, un grupo de servidores formados por las autoridades de la Catedral Basílica, llegan hasta Chucalezca para esperar a los peregrinos que llegan desde estas localidades salteñas.
Como en otros lugares de toda la provincia o como en este caso de Jujuy, los seguidores del Señor y la Virgen del Milagro son recibidos y atendidos por grupos que coordinan cada momento de la asistencia.
Estos grupos, que cada año crecen, se encargan no solo de preparar los alimentos con que serán recibidos los peregrinos, sino que además le darán asistencia médica, entre curaciones y masajes, como así también toda la atención necesaria para su bienestar, tras recorrer unos 250 kilómetros.
Este año esa labor estuvo a cargo de integrantes de las familias Martínez, Macedo, Villagrán, Gerbán, Pereira, Gómez, Hinojosa, entre otros.
Las alabanzas a Dios, los cánticos y la fuerza incomparable con que recorren cada metro de la peregrinación, muestran que la fe está más allá de cualquier frontera.
Nazareno está situada al extremo noroeste de la provincia de Salta, entre montañas y valles, en el límite con Bolivia.
Cabe recordar que los peregrinos que salen desde Nazareno llegan a Humahuaca para después continuar viaje y pasar por Huacalera, Tilcara, Maimará, Volcán, Yala, Jardín de Reyes, hasta llegar a la capital de Jujuy.
Desde allí pasarán a la localidad jujeña de El Carmen, para ingresar a nuestra provincia por la localidad de La Caldera. En el tramo final de la peregrinación pasarán también por la localidad de Vaqueros, para ingresar a la capital salteña un     día antes de la procesión.
 

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