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Habrá un protocolo único para atención a víctimas

El proyecto ingresó ayer al Ministerio de Salud Pública y espera una resolución.
Martes, 12 de septiembre de 2017 00:00

Luego del trabajo que comenzó el año pasado en el hospital San Bernardo con un protocolo de actuación sanitaria a víctimas de violencia machista, se elaboró un procedimiento único para todos los servicios del sistema público de salud de la provincia. Este proyecto, que ingresó ayer al Ministerio de Salud Pública, fue elaborado por el Observatorio de Violencia contra las Mujeres (OVCM) Rosana Alderete con la participación de profesionales de la Secretaría de Salud Mental y del hospital Papa Francisco.

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Luego del trabajo que comenzó el año pasado en el hospital San Bernardo con un protocolo de actuación sanitaria a víctimas de violencia machista, se elaboró un procedimiento único para todos los servicios del sistema público de salud de la provincia. Este proyecto, que ingresó ayer al Ministerio de Salud Pública, fue elaborado por el Observatorio de Violencia contra las Mujeres (OVCM) Rosana Alderete con la participación de profesionales de la Secretaría de Salud Mental y del hospital Papa Francisco.

Con este protocolo se busca que el Estado dé una respuesta vinculada a la asistencia a la víctima de violencia de género, que ingresa por el sistema público de salud. "(En los hospitales) a veces les dicen que vayan a hacer la denuncia y que después vuelvan. Es importante que en el hospital se dirima la denuncia y el acompañamiento", expresó la directora del OVCM, que está a cargo del proyecto, María Laura Postiglione.

El procedimiento, que espera una resolución de la cartera provincial, procura dar cumplimiento a la legislación sobre el tema:

- Convención de Belem do Pará (1994), aprobada en la Argentina por ley 24.632, en 1996

- Ley nacional 26.485, de Protección Integral a las Mujeres, promulgada en 2009

- Ley provincial 7.888, de Protección contra la Violencia de Género, promulgada en 2015

El protocolo, que se aplicará cuando ingrese una mujer a un hospital o centro de salud, consta de tres etapas: detección, valoración (medición de riesgo) e intervención sanitaria. La primera incluye indicadores de sospecha ante casos de violencia y enumera las afecciones clínicas asociadas, de acuerdo a la Organización Mundial de Salud (OMS). Estas dos herramientas son fundamentales para cuando la persona no expresa estar sufriendo violencia. La segunda etapa incorpora un instrumento que permitirá al personal que atienda a la víctima hacer una medición de riesgo, algo innovador para el sistema de salud. La tercera fase, de intervención, se acompaña con una guía de recursos para el personal y un documento unificado para que se registre el caso. Así, se deja constancia del estado clínico de la mujer y el asiento puede servir como prueba de la causa. "La idea es institucionalizar la respuesta que se da para que no dependa del profesional que atiende, sino que sea algo estandarizado", refirió Postiglione a El Tribuno .

Trabajo interdisciplinario

En la elaboración de este procedimiento colaboraron profesionales de diversas áreas del sistema de salud para brindar una mirada integradora a la asistencia a las víctimas. "Se trabajó con personal del hospital Papa Francisco en el armado de cada una de las partes del protocolo. Se tomó como referencia este centro sanitario porque tiene una estructura similar a la del resto de los hospitales de la provincia", explicó Postiglione. "El equipo de Salud Mental participó en todo momento aportando desde su lugar. Fue algo muy consensuado y trabajado durante varios meses. Hubo capacitaciones y muchas reuniones con profesionales", manifestó.

La especialista explicó que, cuando salga la resolución, "se hará un cronograma capacitar a todas las áreas operativas de la provincia". Aseguró que se trabajará con los equipos que ya existen en cada servicio y que, "si sale como está, puede ser aplicable a la parte privada". "Ojalá que se apruebe para mejorar la asistencia a las víctimas", expresó.

Postiglione afirmó que "la aplicación (del protocolo) es relativamente sencilla. La propuesta es que todo el personal esté alerta para la detección, aunque la mujer solo vaya a tomarse la presión. Sin embargo, internamente habrá referentes en violencia, responsables para la valoración del caso y la medición de riesgo. Después se hará la intervención, se brindará información a la mujer, como los recursos con los que puede contar, y se le dará la posibilidad de realizar allí mismo la denuncia. La idea es que después se le dé un seguimiento", señaló.

Otros protocolos

En la provincia existe un procedimiento que debe aplicarse en casos de embarazos producto de violación o en los que corre peligro la salud de la mujer. Sin embargo, su implementación es dudosa. "Se aplica el protocolo de aborto no punible pero hay mucha reticencia de los servicios porque muchos médicos se han declarado objetores de conciencia. En los otros departamentos la mayoría alega objeción de conciencia y, en general, derivan los casos a la Capital", observó Postiglione.

Otro protocolo de dudosa aplicación es el que debe activarse en casos de abusos sexuales. Este implica la aplicación de un kit de profilaxis y la pastilla del día después para prevenir el contagio de enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados. El procedimiento también incluye la denuncia de la víctima. La directora del OVCM informó a este medio que pronto se hará una campaña de afiches para el personal de salud sobre este protocolo.

Salud Mental

La secretaria de Salud Mental, Claudia Román Ru, manifestó a El Tribuno que “la violencia hace tiempo es un problema social y sanitario”. 
“Es fundamental la salud mental porque este proceso (de violencia) no se da de un día para el otro. Se trata de situaciones de mucho tiempo en las que las mujeres víctimas de violencia no ven sus propios recursos. Muchas veces hay una cuestión psicológica, emocional. Es importante que puedan ver de qué manera salir de estas situaciones”.
Respecto al protocolo, señaló: “Trabajamos con varios sectores para mejorar la detección y coordinar para que las víctimas tengan contención y acompañamiento. Es necesario organizar una red de apoyo que contenga a las mujeres y a sus familias”. Román Ru contó que se sensibilizó a instituciones, como los consejos asesores sanitarios, para detectar los casos.
 

 

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