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Los libros de Bioy Casares y Silvina Ocampo ya forman parte de la Biblioteca Nacional

Alrededor de 17 mil libros pertenecientes a la biblioteca de este matrimonio de escritores ya forma parte del patrimonio argentino. 
Miércoles, 20 de septiembre de 2017 08:38

Fueron donados por un grupo de empresas y fundaciones. Los ejemplares están siendo estudiados y clasificados, para luego poder ser consultados. El director, Alberto Manguel, aseguró que representan su “inteligencia unida”.
Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo fueron mucho más que una pareja que culminó, luego de más de 50 años de romance, con la muerte de la escritora en 1993 tras un tortuoso Alzheimer. Fueron mucho más que una máquina romántica de producir libros. Mucho más que un matrimonio extenso, cómplice, que tuvo una hija, Marta, fallecida días después que Silvina, a los 39 años. 
Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo fueron una sociedad que leyó como pocos han leído en este país. Su gran biblioteca lo prueba. Más de 17 mil ejemplares que ahora, por donación de una serie de empresas y fundaciones, pertenecen a la Biblioteca Nacional, es decir, pertenecen a todos los argentinos.
Ese fue el motivo de la conferencia de prensa que se realizó ayer. El encargado de abrir la reunión fue el director de la Biblioteca, Alberto Manguel, agradeciendo a los donantes, subrayando el aporte que, con este gesto, le estaban realizando a la cultura argentina, y aseguró que esa infinita pila de libros representaba ‘la inteligencia unida de estas dos personas, Bioy y Silvina, lectores por excelencia‘. A su lado el ministro de Cultura de la Nación Pablo Avelluto asintió con entusiasmo y agregó que se trata de “un paso enorme hacia el trabajo de la Biblioteca Nacional como la principal formadora de lectores”.
En las más de 300 cajas donde se guardaban los libros estaban contenidas las lecturas, además de las de este matrimonio, también las de los padres de Bioy -Adolfo Bioy Domecq y Martha Casares Lynch- y algunas de Jorge Luis Borges, su gran amigo. “Es la última gran biblioteca de autores que quedaba”, dijo Germán Álvarez, investigador, director del Centro de Estudios y Documentación Jorge Luis Borges y autor del libro Borges, libros y lecturas.

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Fueron donados por un grupo de empresas y fundaciones. Los ejemplares están siendo estudiados y clasificados, para luego poder ser consultados. El director, Alberto Manguel, aseguró que representan su “inteligencia unida”.
Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo fueron mucho más que una pareja que culminó, luego de más de 50 años de romance, con la muerte de la escritora en 1993 tras un tortuoso Alzheimer. Fueron mucho más que una máquina romántica de producir libros. Mucho más que un matrimonio extenso, cómplice, que tuvo una hija, Marta, fallecida días después que Silvina, a los 39 años. 
Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo fueron una sociedad que leyó como pocos han leído en este país. Su gran biblioteca lo prueba. Más de 17 mil ejemplares que ahora, por donación de una serie de empresas y fundaciones, pertenecen a la Biblioteca Nacional, es decir, pertenecen a todos los argentinos.
Ese fue el motivo de la conferencia de prensa que se realizó ayer. El encargado de abrir la reunión fue el director de la Biblioteca, Alberto Manguel, agradeciendo a los donantes, subrayando el aporte que, con este gesto, le estaban realizando a la cultura argentina, y aseguró que esa infinita pila de libros representaba ‘la inteligencia unida de estas dos personas, Bioy y Silvina, lectores por excelencia‘. A su lado el ministro de Cultura de la Nación Pablo Avelluto asintió con entusiasmo y agregó que se trata de “un paso enorme hacia el trabajo de la Biblioteca Nacional como la principal formadora de lectores”.
En las más de 300 cajas donde se guardaban los libros estaban contenidas las lecturas, además de las de este matrimonio, también las de los padres de Bioy -Adolfo Bioy Domecq y Martha Casares Lynch- y algunas de Jorge Luis Borges, su gran amigo. “Es la última gran biblioteca de autores que quedaba”, dijo Germán Álvarez, investigador, director del Centro de Estudios y Documentación Jorge Luis Borges y autor del libro Borges, libros y lecturas.


“Toda biblioteca es una autobiografía de su dueño”, comentó Ernesto Montequín, quien ha cuidado durante años estos 17 mil libros. Allí había un ejemplar del Finnegan’s Wake de Joyce que tenía anotados distintos juegos humorísticos de Borges y Bioy. “Se pasaban la lapicera, hacían juegos de palabras, se divertían”, comentó Montequín y aseguró que “en esos libros están los proyectos de los libros que no hicieron, porque ellos estaban todo el tiempo pensando proyectos, charlando en la sobremesa. De repente Borges se paraba, tomaba un libro y anotaba cosas. Eso está en estos libros”.
También está la primera publicación de Silvina Ocampo, Viaje olvidado de 1937, lleno de anotaciones. “Es un libro muy poético que ella siempre renegó. Tiene tantas cosas escritas que de ahí se puede sacar un libro nuevo. Acá son libros, no sólo leídos, también vividos; se nota en sus marcas”, explicó. Por su parte, Manguel contó que todo este material pronto va a estar disponible en la antigua Biblioteca Nacional, en el edificio de la calle México -allí estuvo Borges cuando fue director entre 1955 y 1973- y que las expectativas son enormes: “Falta un largo proceso de estudio. En el 80% de las cajas no sabemos lo que hay, así que falta mucho por descubrir todavía”.

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