Casi una semana pasó del crimen de Nehemías Nahuel Salvatierra, el chico de 17 años que recibió un disparo por la espalda el miércoles por la noche en el barrio Solidaridad. El cabo Juan Carlos Cardozo (37), acusado de haber efectuado el disparo con su 9 milímetros, y el sargento Emilio Gastón Aguilera (31), coautor del hecho, están detenidos imputados de "homicidio calificado por alevosía, ser funcionarios policiales y el uso de arma de fuego". Desde el brutal asesinato del menor, familiares, amigos y vecinos decidieron marchar en paz pidiendo justicia y una condena ejemplar para los policías. Frente a tanta indignación, el padre de Nahuel, Mamerto Salvatierra (66), salió a bajar los decibeles tratando de tranquilizar las aguas en la zona sudeste de la ciudad.
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Casi una semana pasó del crimen de Nehemías Nahuel Salvatierra, el chico de 17 años que recibió un disparo por la espalda el miércoles por la noche en el barrio Solidaridad. El cabo Juan Carlos Cardozo (37), acusado de haber efectuado el disparo con su 9 milímetros, y el sargento Emilio Gastón Aguilera (31), coautor del hecho, están detenidos imputados de "homicidio calificado por alevosía, ser funcionarios policiales y el uso de arma de fuego". Desde el brutal asesinato del menor, familiares, amigos y vecinos decidieron marchar en paz pidiendo justicia y una condena ejemplar para los policías. Frente a tanta indignación, el padre de Nahuel, Mamerto Salvatierra (66), salió a bajar los decibeles tratando de tranquilizar las aguas en la zona sudeste de la ciudad.
“Hablé con los vecinos y queremos que sigan, demasiado nos han arruinado y no queremos más eso”.
"Lo único que le voy a pedir a las autoridades competentes es que a los policías que están en el barrio Solidaridad (pertenecen a la comisaría 17) no los toquen porque a nosotros nos dejarán sin el otro brazo", sostuvo Salvatierra, luego de jornadas en las que los de azul estuvieron en el ojo de la tormenta -y para muchos siguen estando-. En el pedido de don Mamerto hay que entender, por un lado, que nada tiene que ver con lo actuado por los hombres que mataron a Nahuel. "A esos tipos los tienen que botar de la fuerza, no tienen que volver nunca más", había manifestado días atrás. Ahora, el papá del chico asesinado pide que conserven a los encargados de custodiar y brindar seguridad en el barrio de la zona sudeste.
“Le pido a las autoridades competentes que a los policías de Solidaridad no los toquen”.
"Ellos son los que nos están protegiendo, nos conocen y saben cómo nos tienen que hablar a nosotros. Estoy agradecido con los policías de Solidaridad y sería tener otra herida si llegan a sacarlos. Hablé con los vecinos y queremos que ellos sigan, demasiado nos han arruinado y no queremos más", apuntó convencido Mamerto Salvatierra, padre de Nahuel y de varios hijos más.
Si bien las palabras del señor para algunos pueden sonar contradictorias, dado que se lo pudo ver en las marchas con insignias contra los uniformados, desde un principio fue el primero en pedir justicia por su hijo asesinado en manos de policías.
Marcha pacífica
Por estos días, la situación y reclamos se fundieron en una mezcla de bronca por lo ocurrido, y sobre todo la impericia de un hombre que hace 11 años es cabo de la Policía de Salta, y una suerte de melancolía y paz, expresada en las marchas que se realizaron el viernes y domingo últimos.
Alguien que también abogó por un reclamo genuino, duro pero sin violencia, fue uno de los siete hermanos de Nahuel, el oficial de la Policía Bonaerense Walter Salvatierra. "A mi papá le dije que no hicieran daño ni lastimaran a nadie, las personas que estaban esa noche en la comisaría no tienen nada que ver con los hombres que hicieron eso", señaló.
"Le recalque varias veces a mi papá y hermanos que protesten en paz, que no insulten a nadie ni menosprecien porque ninguna persona merece eso. No estoy de acuerdo con la violencia, sí quiero que estas personas -el cabo Cardozo y el sargento Aguilera- paguen por lo que hicieron, sin que nada raro pase en el medio, porque suele suceder que se cubren entre ellos", dijo.
"El abogado defensor arma una estrategia para cambiar la carátula y reducirle la pena, buscan alguna forma de salvar a estas personas", agregó Walter Salvatierra, en una nota con El Tribuno.
De esa forma, la familia Salvatierra pone un manto de razón a los reclamos que muchas veces están cegados por la irracionalidad. El pedido de no violencia va de la mano con el pedido de justicia por lo que hicieron con un chico de solo 17 años. Lo mataron por la espalda de un balazo en la cabeza.
Un grupo de familias y amigos no dejará de gritar por justicia, no bajará la guardia y seguirá luchando hasta llegar a la verdad. Batalla que darán en el marco de una lucha sin violencia.
Muchas familias, y sobre todo madres de chicos y adolescentes, también luchan y anhelan que la furia y los excesos se terminen de una buena vez en ese barrio tan postergado de la zona oeste de la ciudad.
Piden preventiva para Cardozo y Aguilera
Con el correr de los días, la situación de los policías acusados de matar a Nahuel Salvatierra parece peor. Ayer el fiscal que actúa en la causa, Rodrigo González Miralpeix, de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas 3, solicitó ante el Juzgado de Garantías 1, a cargo de Ada Zunino, prisión preventiva para Juan Carlos Cardozo y Emilio Gastón Aguilera, imputados de haber cometido un “homicidio calificado” en perjuicio de Nahuel Salvatierra.
González Miralpeix solicitó la medida cautelar en razón del peligro procesal que representa la libertad de los imputados, quienes podrían intentar eludir el accionar de la Justicia o entorpecer la investigación por la gravedad del delito que se investiga y la pena que supone.
Según los elementos que la causa tiene a modo de pruebas, por lo aportado por testigos en el momento de la ejecución de Nahuel, y lo colectado por personal especializado que estuvo en el lugar, el cabo Cardozo fue quien disparó la 9 mm mientras su compañero, el sargento Aguilera, se bajó de la moto.
Al ser imputados, el cabo se abstuvo de hacer declaraciones y el sargento sostuvo que nunca vio el momento del disparo ni tampoco cuando cayó la joven víctima.