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Los pesebres y la adoración, un ritual que se conserva en el tiempo

Las fiestas navideñas han pasado pero un tradicional ritual de adoración al Niño Dios se mantiene firme como otra forma de festejo religioso.
Martes, 16 de enero de 2018 00:00

Organizado por la Dirección de Cultura de El Bordo, se llevó a cabo en la Glorieta de la ciudad, lugar donde fue instalado un pesebre con figuras de tamaño real, un encuentro de pesebres a nivel departamental. El encuentro reunió a más de seis pesebres tradicionales, que mostraron la forma de adoración que llevan a cabo todos los años para Navidad. Algunos pesebres, con más de 40 años de existencia, cuentan con banda de música compuesta por instrumentos autóctonos, que le dan el ritmo a los cánticos navideños, que a su vez se traducen en un baile de adoración por parte de niños y adolescentes. "Es la primera experiencia y resultó muy agradable, fue emocionante ver cómo se preparan para estas fiestas los niños que forman parte de cada pesebre. No se trata de un concurso, solo de un encuentro donde cada grupo intercambia conocimientos, confraternizan y aprenden unos de los otros, especialmente con la presentación de la danza de las cintas" manifestó Noemí Bautista, directora de Cultura.

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Organizado por la Dirección de Cultura de El Bordo, se llevó a cabo en la Glorieta de la ciudad, lugar donde fue instalado un pesebre con figuras de tamaño real, un encuentro de pesebres a nivel departamental. El encuentro reunió a más de seis pesebres tradicionales, que mostraron la forma de adoración que llevan a cabo todos los años para Navidad. Algunos pesebres, con más de 40 años de existencia, cuentan con banda de música compuesta por instrumentos autóctonos, que le dan el ritmo a los cánticos navideños, que a su vez se traducen en un baile de adoración por parte de niños y adolescentes. "Es la primera experiencia y resultó muy agradable, fue emocionante ver cómo se preparan para estas fiestas los niños que forman parte de cada pesebre. No se trata de un concurso, solo de un encuentro donde cada grupo intercambia conocimientos, confraternizan y aprenden unos de los otros, especialmente con la presentación de la danza de las cintas" manifestó Noemí Bautista, directora de Cultura.

Las "adoraciones" están dedicadas a Jesús; se destacan los villancicos huachi torito, los serpenteos y la llamada danza de las cintas o de los trenzados. Desde principios de diciembre los pesebres salteños iniciaron su tiempo de preparación. Los chicos comenzaron sus actividades con anticipación, porque prepararse supone un tiempo de ensayo de bailes y villancicos para adorar al Niño Dios.

Uno de los bailes populares que se manifiesta es la "danza de las cintas". Según estudiosos del folclore, tiene orígenes remotos y podría estar emparentado con los antiguos palos mayo europeos. En nuestro país se ha convertido en una expresión indispensable para la celebración de la Navidad, tanto en la provincia de Salta como en la de Jujuy.

Esta danza se lleva a cabo alrededor de un poste del que cuelgan cintas de colores vivos, las cuales son sostenidas en el extremo por los niños, que al ritmo de los villancicos giran alrededor del poste, la mitad hacia la derecha y la otra mitad hacia la izquierda, de tal manera de ir entrecruzando las cintas. El recorrido del baile se acorta en cada giro y el palo queda finalmente cubierto por un trenzado de cintas multicolores.

La danza es acompañada por la banda de música o banda de sikuris, que con marcado entusiasmo van llevando el ritmo de los villancicos.

Sandro Humacata, a cargo del pesebre El Niño Peregrino de la ciudad de General Gemes, dijo: "Llevamos 25 años con el pesebre y nunca deja de emocionarme. Todos los años lo preparamos con todo el cariño de los niños y nos preparamos para la adoración, contamos con nuestro grupo de sikuris y visitamos otros pesebres con nuestro cuerpo de baile, ya que nuestro palo para las cintas tiene una base móvil".

Jonatan Arroyo, del pesebre La Estrella Alegría de Belén, dijo que "el pesebre lo comenzó realizando mi abuelo hace más de 40 años en barrio El Cruce de la ciudad de General Gemes, luego lo continuó mi padre y ahora me toca a mí. Es algo que no queremos perder, por esa razón trabajamos mucho junto a otras personas en todo lo relacionado con la adoración al igual que con el grupo de sikuris".

 

 

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