A casi quince días de ocurrida la tormenta de agua, viento y granizo que azotó a Cerrillos en la tarde de Reyes, los postes de luz, teléfono y televisión aún permanecen peligrosamente inclinados. Pese al peligro que significa este estado de cosas, ningún funcionario municipal o provincial, público o privado, tomó cartas en el asunto.
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A casi quince días de ocurrida la tormenta de agua, viento y granizo que azotó a Cerrillos en la tarde de Reyes, los postes de luz, teléfono y televisión aún permanecen peligrosamente inclinados. Pese al peligro que significa este estado de cosas, ningún funcionario municipal o provincial, público o privado, tomó cartas en el asunto.
Los vecinos continúan preguntándose si se está esperando que ocurra una desgracia, para recién ocuparse de arreglar los problemas cada vez mas frecuentes en el pueblo.
"Acá hemos visto mucha premura para instalar reflectores, postes y cables para los corsos hecho a las apuradas, pero ninguna voluntad de sacar esos postes que en cualquier momento van a matar a alguien", dijo a El Tribuno Juan Carlos, un vecino del barrio Antártida Argentina.
Por su parte, Gregorio, de Villa Los Tarcos, contó: "En el sector oeste del barrio hay más de 40 postes inclinados, uno más que otro. Si hay una nueva tormenta como la del otra día, seguro que varios de estos palos se vienen abajo. Nadie hace nada, pero son un peligro para los chicos que juegan por aquí, para los que van al centro a hacer las compras y también para los automovilistas que pasan por aquí. La verdad, no se qué va a ocurrir si aquí pasa una desgracia. La Municipalidad debería ponerse firme y exigirle a los dueños de los postes que los cambien, ya que muchos se quebraron y solo se sostienen por el cableado".
Ruta 68
Finalmente, un vecino de Palo Marcado, que también solo dio su nombre, apuntó otro riesgo latente en Cerrillos. "Mire, si usted viene por la ruta 68 desde Salta, en la recta de Cánepa, -jurisdicción de Cerrillos- hay más de diez árboles que son un verdadero peligro para todos los que pasamos por ahí. La tormenta del otro día volteó uno, un álamo centenario que de casualidad no cayó sobre la ruta. Pero hay otros dos inmensos que están secos en la margen oeste del camino. Si estos se vienen abajo con otra tormenta o un viento, seguro que matan a alguien", dijo Carlos.
Lo peor es que nadie dice nada y al parecer para las autoridades municipales, mas próximas a este riesgo, estos peligros no existen. "Y bueno, si las autoridades comunales no hacen nada, la Justicia de nuestro pueblo debería exigir que busquen una solución antes de que se produzca una desgracia", concluyó Carlos.