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Una joven salteña afectada por el brote de salmonella vivió una odisea médica

Pasó por 14 médicos que le dieron diagnósticos erróneos hasta que un infectólogo le pidió análisis de alta complejidad y descubrió que la chica, de 20 años, padecía la enfermedad infecciosa.
Domingo, 21 de enero de 2018 00:00

Sol Aramayo, una joven de 20 años, dividía su tiempo de vacaciones entre danza, el gimnasio y sus amistades hasta que el 9 de diciembre pasado, despertó con fiebre alta, dolor de cabeza y una leve molestia abdominal.

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Sol Aramayo, una joven de 20 años, dividía su tiempo de vacaciones entre danza, el gimnasio y sus amistades hasta que el 9 de diciembre pasado, despertó con fiebre alta, dolor de cabeza y una leve molestia abdominal.

"La llevamos a un montón de médicos de guardias, consultorios particulares, otros venían a casa. Al principio, no nos llevaron el apunte. La fiebre y el dolor no paraban. Pasamos por 14 doctores. Los análisis daban todo negativo. Nada indicaba infección", relató Mónica Muratore, mamá de Sol.

Los médicos que visitó le hablaron de distintos diagnósticos, todos erróneos: desde enterocolitis, infección urinaria hasta afección en los riñones.

Con desesperación, mediante la recomendación de otro médico, recurrieron a un infectólogo.

"Vimos al doctor Milton Décima, quien le pidió análisis de alta complejidad el jueves 14. Consistía en sacarle dos tubos de sangre y los resultados demoraban 72 horas. El nos recomendó que la internáramos para que le practicaran estudios más específicos como tomografía y resonancia", contó.

La familia tuvo que afrontar lo peor: escuchar la posibilidad de la existencia de un tumor. Al día siguiente, la joven fue internada en un sanatorio, incluso le hicieron una punción lumbar.

"Todos los resultados, incluidos los análisis que estuvieron listos el domingo, daban bien pero mi hija seguía con dolor de cabeza y fiebre", sostuvo.

Posteriormente, la mujer volvió a recurrir mediante interconsulta al infectólogo.

"Cuando vino, nos dio la noticia de que desde el laboratorio le habían informado: tenía una bacteria en la sangre, en los frascos que le habían extraído el jueves 14. Lo que sucedió es que el primer resultado había dado negativo, pero la bioquímica notó algo raro en la sangre y volvió a analizarla. El quinto día recién se dio con que la bacteria salmonella había crecido en la sangre. "Fiebre tifoidea', creo que esa palabra me nombraron. Por fin teníamos el diagnóstico. Fue el martes 19 de diciembre", contó.

Sin embargo, dos días antes, los médicos ya le habían puesto a mi hija un antibiótico intravenoso para frenar la fiebre y el dolor.

"Justo ese medicamento era para la bacteria de la salmonella", expresó. A pesar de eso, no había efectos y la desesperación crecía. Pasaron siete días y Sol seguía con los mismos síntomas. "Se tuvo que cambiar el antibiótico. Le aplicaron otros y luego de dos o tres días más recién se le empezó a bajar la fiebre", relató.

Sol fue recuperándose de a poco y recibió el alta médica el 31 de diciembre, seis horas antes de Año Nuevo.

Durante la internación, Mónica había publicado en la red social Facebook el caso de su hija con los detalles de todo lo que les tocó atravesar día a día. "Sé que hay varios casos. Quise contar todo lo que nos pasó a nosotros para que sirva. La idea no es alarmar, sino hablar y enseñar. Yo le pido a la gente que si tiene síntomas como los que tuvo mi hija, no se quede con un solo diagnóstico. Hay que recurrir a un médico y a otro. No darse por vencido, golpear puertas hasta descubrir el verdadero. Hay que afirmar que la salmonella está y yo lo afirmo porque mi hija la tuvo. Ahora, lo que yo no sé es como la contrajo. Generalmente la salmonella presenta síntomas de desarreglo y vómito pero mi hija no los tuvo", aseguró.

Una vez que volvió a su hogar, Sol siguió un tratamiento vía oral durante siete días. Sigue una dieta y debe practicarse análisis de rutina cada 20 o 30 días.

"No puede esforzarse. Tiene que ir de a poco. En marzo quizá podrá volver a su vida normal", sostuvo Mónica.

Hasta el momento se desconoce la forma en que Sol contrajo la enfermedad. "Ella comía y come sano. Me contó que 20 días antes de los síntomas, cuando se iba de viaje, había comido un sándwich que le había convidado un amigo y que estaba medio raro, entonces no lo terminó de comer. Eso le produjo desarreglo por lo que tomó una pastilla, pero no podemos afirmar que el contagio haya sido por el sándwich porque no tenemos pruebas", dijo la mujer.

"Estamos agradecidas con el doctor Décima porque estuvo en todo momento con nosotros", finalizó.

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