“Kevin es un amigo, es un piloto joven y es bueno pelear la carrera con él”, dijo Adrien Van Beveren en Uyuni, el sábado 13 de este mes, cuando ambos se disputaban el primer puesto en la 40ª edición del Rally Dakar.
Tres días más tarde, el francés marchaba primero en Belén y se alejaba del salteño, pero tres kilómetros antes del final de la especial, sufrió una dura caída y debió abandonar la competencia.
Ayer, cuatro días después del cierre de la carrera más difícil del planeta, en la que Benavides terminó segundo y obtuvo el récord latinoamericano en la categoría de motos, el representante provincial visitó a su amigo Adrien en una clínica bonaerense, donde se encuentra internado y se recupera tras una fractura de la clavícula derecha y un trauma torácico y en la columna dorsal.
“Amigos adentro y fuera de las carreras. Me alegra verte bien y que dentro de poco puedas volver a tu casa”, le escribió Kevin Benavides a Van Beveren tras haberlo visitado en Capital Federal.
La lesión de Van Beveren será recordada como el día clave en el Dakar pasado, porque en esa misma etapa el mayor de los Benavides se perdió por un error en la hoja de ruta junto a otros pilotos, por lo que el primer puesto fue tomado por Matthias Walkner, quien se aferró a la punta y nunca la soltó.
En esa misma jornada, Luciano Benavides también sufrió un accidente y hoy se encuentra en plena recuperación.
Sin dudas, fue el Dakar más duro desde su desembarco en Sudamérica, tal como habían anunciado en la previa los organizadores.
Los números hablan por sí solos: dejaron la carrera 54 de 139 motos, 17 de 49 cuatriciclos, 54 de 103 autos y UTV, 19 de 44 camiones. Un total de 191 abandonos de 335 pilotos que comenzaron la décima edición en el sur de este continente. El desierto de Perú fue el filtro más grande, seguido por la Argentina.
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“Kevin es un amigo, es un piloto joven y es bueno pelear la carrera con él”, dijo Adrien Van Beveren en Uyuni, el sábado 13 de este mes, cuando ambos se disputaban el primer puesto en la 40ª edición del Rally Dakar.
Tres días más tarde, el francés marchaba primero en Belén y se alejaba del salteño, pero tres kilómetros antes del final de la especial, sufrió una dura caída y debió abandonar la competencia.
Ayer, cuatro días después del cierre de la carrera más difícil del planeta, en la que Benavides terminó segundo y obtuvo el récord latinoamericano en la categoría de motos, el representante provincial visitó a su amigo Adrien en una clínica bonaerense, donde se encuentra internado y se recupera tras una fractura de la clavícula derecha y un trauma torácico y en la columna dorsal.
“Amigos adentro y fuera de las carreras. Me alegra verte bien y que dentro de poco puedas volver a tu casa”, le escribió Kevin Benavides a Van Beveren tras haberlo visitado en Capital Federal.
La lesión de Van Beveren será recordada como el día clave en el Dakar pasado, porque en esa misma etapa el mayor de los Benavides se perdió por un error en la hoja de ruta junto a otros pilotos, por lo que el primer puesto fue tomado por Matthias Walkner, quien se aferró a la punta y nunca la soltó.
En esa misma jornada, Luciano Benavides también sufrió un accidente y hoy se encuentra en plena recuperación.
Sin dudas, fue el Dakar más duro desde su desembarco en Sudamérica, tal como habían anunciado en la previa los organizadores.
Los números hablan por sí solos: dejaron la carrera 54 de 139 motos, 17 de 49 cuatriciclos, 54 de 103 autos y UTV, 19 de 44 camiones. Un total de 191 abandonos de 335 pilotos que comenzaron la décima edición en el sur de este continente. El desierto de Perú fue el filtro más grande, seguido por la Argentina.