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Tomás Acedo, el asistente de Kevin 

Desde 2015 acompaña al mayor de los Benavides; antes supo jugar en Los Mayuatitos y estuvo en la mira del combinado nacional.
Miércoles, 24 de enero de 2018 20:46

Muy pocos, salvo su familia, lo conocen por su nombre de pila. Para los demás es el Cholo o Cabezón, y a Tomás Acedo no le molestan sus sobrenombres. El asistente y amigo personal del piloto que rompió todos los récords en el rally Dakar pasado, Kevin Benavides, y cumplió una función muy importante que pocos ven.
Durante el año se encarga de preparar la moto del mayor de los hermanos y en las competencias deja su lugar a los mecánicos oficiales de Honda, para asistirlo en otro tipo de necesidades. En la carrera que acaba de terminar, manejó el motorhome y fue clave su apoyo como amigo en los momentos que el piloto más necesitó, ya que fue la conexión más cercana a los íntimos del mejor latino en la historia del Dakar.
Antes de asistir a Benavides Tomás fue un muy buen jugador de rugby y también, según contó a El Tribuno, se destacó en las motos. Y aclara: “Siempre fui más fanático de los motores”.
De chico, corrió una fecha en el Nacional de enduro, donde salió segundo y fue subcampeón interprovincial. Ahí nació la amistad con Kevin y Luciano.
El traspaso del enduro al rally para el mayor de los hermanos significó también un cambio para Acedo, quien dejó definitivamente el rugby para acompañarlo.
“En 2015 Kevin me pidió que lo acompañe a algunos entrenamientos y después me ofreció ir al Dakar 2016”. Fue un antes y un después para ambos.
“Comenzamos a trabajar juntos. Yo le preparo la moto durante el año y en esta competencia viene un mecánico oficial del equipo así que yo asisto, manejo y hago un poco de todo”, dijo a El Tribuno.
En el mundo de la ovalada, siempre jugó en el Jockey Club, también integró el seleccionado salteño y estuvo en la mira del combinado nacional. “Tuve que dejar el rugby porque si bien es un deporte amateur, se profesionalizó bastante y tenés que entrenar todo el día. Me gusta, lo sigo, pero estoy muy feliz con mi otra pasión, que son las motos”, agregó.
Jugó de centro o wing y para conocer más sobre su etapa como rugbier, este matutino dialogó con Mariano Huber, el entrenador de Los Mayuatos, que también fue su DT. “Lo entrené al Cholo en la M-19 del Jockey. Integró una camada muy divertida y él particularmente es un gran jugador, pero con poca dedicación, porque él tiene su otra pasión, que es el motociclismo”, sostuvo el técnico.
 

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Muy pocos, salvo su familia, lo conocen por su nombre de pila. Para los demás es el Cholo o Cabezón, y a Tomás Acedo no le molestan sus sobrenombres. El asistente y amigo personal del piloto que rompió todos los récords en el rally Dakar pasado, Kevin Benavides, y cumplió una función muy importante que pocos ven.
Durante el año se encarga de preparar la moto del mayor de los hermanos y en las competencias deja su lugar a los mecánicos oficiales de Honda, para asistirlo en otro tipo de necesidades. En la carrera que acaba de terminar, manejó el motorhome y fue clave su apoyo como amigo en los momentos que el piloto más necesitó, ya que fue la conexión más cercana a los íntimos del mejor latino en la historia del Dakar.
Antes de asistir a Benavides Tomás fue un muy buen jugador de rugby y también, según contó a El Tribuno, se destacó en las motos. Y aclara: “Siempre fui más fanático de los motores”.
De chico, corrió una fecha en el Nacional de enduro, donde salió segundo y fue subcampeón interprovincial. Ahí nació la amistad con Kevin y Luciano.
El traspaso del enduro al rally para el mayor de los hermanos significó también un cambio para Acedo, quien dejó definitivamente el rugby para acompañarlo.
“En 2015 Kevin me pidió que lo acompañe a algunos entrenamientos y después me ofreció ir al Dakar 2016”. Fue un antes y un después para ambos.
“Comenzamos a trabajar juntos. Yo le preparo la moto durante el año y en esta competencia viene un mecánico oficial del equipo así que yo asisto, manejo y hago un poco de todo”, dijo a El Tribuno.
En el mundo de la ovalada, siempre jugó en el Jockey Club, también integró el seleccionado salteño y estuvo en la mira del combinado nacional. “Tuve que dejar el rugby porque si bien es un deporte amateur, se profesionalizó bastante y tenés que entrenar todo el día. Me gusta, lo sigo, pero estoy muy feliz con mi otra pasión, que son las motos”, agregó.
Jugó de centro o wing y para conocer más sobre su etapa como rugbier, este matutino dialogó con Mariano Huber, el entrenador de Los Mayuatos, que también fue su DT. “Lo entrené al Cholo en la M-19 del Jockey. Integró una camada muy divertida y él particularmente es un gran jugador, pero con poca dedicación, porque él tiene su otra pasión, que es el motociclismo”, sostuvo el técnico.
 

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