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Con el Ekeko como figura, la colectividad boliviana tuvo su festejo de las Alasitas

Las actividades rituales se realizaron en el Consulado del Estado Plurinacional en la capital. Además, celebraron el reconocimiento otorgado por la Unesco.
Jueves, 25 de enero de 2018 00:00

"Esta es la fiesta del Ekeko, el dios de la abundancia", dijo Rubén Panozo, un residente boliviano de la ciudad de Salta. Es el primer año que se celebra la Fiesta de las Alasitas en el Consulado del Estado Plurinacional de Bolivia, en la capital provincial.

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"Esta es la fiesta del Ekeko, el dios de la abundancia", dijo Rubén Panozo, un residente boliviano de la ciudad de Salta. Es el primer año que se celebra la Fiesta de las Alasitas en el Consulado del Estado Plurinacional de Bolivia, en la capital provincial.

De pronto, toda la oficina diplomática se convierte en un gran mostrador en el que hay todo tipo de objetos en tamaño diminuto.

Billetes, latas y cajas de alimentos, leche, semillas, hojas de coca, maletas, quesos, api, buñuelos, casitas, autitos, golosinas, herramientas y hasta bolsas de cementos. Erkes, quenas, trajes de baile, habas y ollas de la abundancia son los objetos que los presentes compran de modo simbólico para que luego se cumpla en la realidad. Es todo parte de un ritual ancestral, pero que se comienza a registrar en la etapa colonial. Una celebración que se realiza por las calles de la Ciudad de La Paz, y que se festeja cada 24 de enero y se prolonga durante dos o tres semanas.

Al mediodía, cada familia define su recorrido ritual con la selección y adquisición de miniaturas, las cuales deberán hacerse consagrar por los diferentes oficiantes de los rituales andinos y por la bendición de la Iglesia Católica.

La idea de los creyentes es que la miniatura comprada se materialice en el transcurso del año.

A toda la ritualización, en diciembre de 2017, la Unesco le dio el reconocimiento de Patrimonio Intangible de la Humanidad.

Es por eso que el presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales Ayma, organizó en esa ciudad los festejos oficiales por primera vez en la historia occidental y lo mismo sucedió en varias ciudades del mundo donde la inmigración del altiplano llegó.

Salta no estuvo exenta y ayer estuvieron presentes autoridades, amautas, residentes y medios de prensa en el edificio ubicado en calle Mariano Boedo 34.

"Esta fiesta es un patrimonio de la humanidad porque es parte esencial de nuestro ser boliviano. Es por eso que decimos que es una fiesta alegre", dijo el cónsul en Salta, Ricardo Jesús Díaz Soria Galvarro.

El funcionario abrió la ronda de discursos, oficiando de excelente anfitrión, anunciando el "sagrado Himno Nacional" y dando una mirada oficial de la ceremonia.

La explicación mística estuvo en manos del amauta Américo Loredo. El hombre dijo que el Ekeko fue recuperado en 1914. Explicó, además, los diferentes componentes que tiene un ekeko en su vestimenta.

"Tiene un sapito en la espalda que es el agua, que es la vida de la Pachamama. Tiene una víbora que es la virtud, la inteligencia y la sabiduría. A él le pedimos todos los deseos materiales y espirituales. Alasita quiere decir: "comprame" y es por eso que simbólicamente cada uno de nosotros va a elegir lo que quiere", explicó Loredo mientras encendía un sahumerio.

Y la ceremonia de las Alasitas comenzó con cada uno de los residentes y presentes curiosos, cada uno buscando lo que le falta. Desde títulos de estudio hasta amuletos para los solteros.

Al mediodía se hizo lo que mejor saben hacer los bolivianos: dar rienda suelta a la gastronomía. "Cada uno de los residentes trajimos algo para compartir en una comida comunitaria. Siempre es algo sin carne. Es por eso que el menú paceño es choclo, habas y queso de cabra", ilustro Cristina Condori.

Lo que dijo el cónsul Díaz es que si bien esta festividad tiene origen en la ciudad de La Paz, en la práctica se fue extendiendo por todo Bolivia y hoy está presente en donde haya una colectividad boliviana. "En Argentina hay una fuerte presencia en la ciudad de Buenos Aires, en donde también hoy están festejando", dijo Díaz.

En La Paz, la Alasita, en los ámbitos familiares, comienza a la media noche de cada 23 de enero cuando los oficiantes andinos como los amautas, los yatiris y los kallawayas y otros referentes de las comunidades solicitan el permiso a las deidades con una ofrenda al Ekeko y a las miniaturas adquiridas el año precedente. Sin embargo, para el público y los turistas, la Alasita comienza oficialmente cada 24 de enero recién al mediodía.

Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

Debido al dinamismo social y festivo de la celebración de la Alasita, el Estado Plurinacional de Bolivia presentó hace un tiempo la candidatura para su inscripción en la lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, con el expediente titulado: “Recorridos rituales en la ciudad de La Paz durante la Alasita (Nº 01182/ Unesco)”.
Dicho expediente fue trabajado desde 2015 por el Ministerio de Culturas y el Comité Impulsor de la Alasita, a fin de que esta candidatura contribuya a la visibilidad de las tradiciones que favorecen múltiples formas de diálogo social, revelando la coexistencia de la diversidad cultural boliviana.
Ese expediente fue preseleccionado y estuvo sujeto a votación en la edición XII de la sesión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco, que se realizó entre el 4 y 9 de diciembre de 2017, en Jeju, Corea del Sur.
El 6 de diciembre del mismo año, el comité adoptó la decisión 12.COM 11.b.5, la incluyó en la lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Ayer, en La Paz, el presidente Evo Morales Ayma entregó al Comité de Salvaguarda los certificados de la declaratoria Unesco.
“Ahora tenemos la oportunidad que organismos internacionales reconozcan nuestra vivencia y nuestro patrimonio y programamos este acto de entrega de certificados que reconoce la Unesco, declarando como patrimonio cultural de la humanidad los recorridos rituales de la Alasita”, dijo el andino.
 

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