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Vecinos de tres barrios, en alerta por el canal de Velarde

En la unión entre Santa Rita, 26 de Marzo y Jaime Dávalos, el agua de las lluvias se estancó a causa de las totoras y basura.
Sabado, 27 de enero de 2018 00:00

Los pastizales crecen sin control y las precipitaciones se convirtieron, en lo que va de enero, en una constante. Ya sea en la mañana o cuando cae la tarde, las tormentas de verano cubren la ciudad durante la mayor parte de la semana. Pero cuando llueve de noche, el temor de apodera de los vecinos de los barrios Santa Rita, 26 de Marzo y Jaime Dávalos en la zona sudeste.

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Los pastizales crecen sin control y las precipitaciones se convirtieron, en lo que va de enero, en una constante. Ya sea en la mañana o cuando cae la tarde, las tormentas de verano cubren la ciudad durante la mayor parte de la semana. Pero cuando llueve de noche, el temor de apodera de los vecinos de los barrios Santa Rita, 26 de Marzo y Jaime Dávalos en la zona sudeste.

En la unión de estos tres barrios, se ubica un puente, sobre la avenida Juan Manuel de Rozas, que permite el cruce sobre el canal de Velarde, cerca de su desembocadura en el río Arenales. Sobre el lecho del canal, se puede ver el agua estancada de varios meses, con una profundidad estimada de 1,50 metros.

Allí crecen las totoras y el barro cargado de residuos ventila sus olores. Si bien a fines de 2017 se anunció que el tramo completo del canal había sido limpiado hasta su desembocadura, los vecinos de la zona advierten que, sobre este tramo final, solo se cortaron pastizales.

Jacinta vende bollos y masas junto a su hija cerca del canal. Hace más de dos años que este es su puesto de trabajo diario y advierte que ciertamente "solo cortan el pasto". "Cuando vienen, se acercan con las máquinas a las orillas, cortan el pasto, y se van. Dejan todo ahí. Esto nunca se limpió como se debe. Hay un colchón de barro de por lo menos un metro y medio", expresó la mujer que, en compañía de su pareja, alertó sobre los niños que pasan las vacaciones en el lecho del canal.

"Este lugar está lleno de basura. Es verdad que hay vecinos que tiran de todo: heladeras, colchones y cubiertas de vehículos". expresó Juan.

Bajo el canal, la imagen que Juan había descripto estaba a la vista. Los colchones y las cubiertas asomaban en la superficie y, al lado, un grupo de pequeños tiraba la línea de sus cañas con la esperanza de pescar algo. En medio de los restos y el agua sucia, los chicos disfrutaban de la experiencia sin tener en cuenta los riesgos para su salud.

"Pasamos acá la tarde. Hay que entretener en algo a los chicos. Es una pena que esto esté así. Más adelante, el barro y los yuyos crecieron tanto que ya no hay orrilla", explicó Alberto, padre los pequeños que seguían con la pesca, esperando inocentemente un pique en las aguas estancadas, donde solo crecen las totoras.

En esta altura, el canal de Velarde cambia su estructura. Sobre barrio Santa Rita y 26 de Marzo, el canal cuenta con placas de cemento, que sostienen el paso del agua.

Sobre el barrio Jaime Dávalos, las aguas estancadas dejan ver unos 30 centímetros de lo que es el borde de su cauce. Está armado con piedras y cemento que, por las raíces de las totoras y el barro, se están quebrando y cayendo a pedazos.

Sobre el puente, mirando hacia el río Arenales, el canal desaparece y se convierte en un piso verde flotante, donde apenas se ilumina un hilo de agua.

"Esperamos que no venga una tormenta hasta que lleguen a destrancar esto porque los que van a pasarlo peor son los vecinos de Jaime Dávalos", expresó Jacinta.

 

 

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