Desde hace cuatro meses que la salteña Guadalupe Pérez Marchetta cruzó el Atlántico y se instaló en París, la Ciudad de la Luz o también conocida como Ciudad del Amor. La joven de 27 años es veterinaria y está en Francia realizando una maestría en Salud Pública, en la Universidad Nacional de Rennes.
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Desde hace cuatro meses que la salteña Guadalupe Pérez Marchetta cruzó el Atlántico y se instaló en París, la Ciudad de la Luz o también conocida como Ciudad del Amor. La joven de 27 años es veterinaria y está en Francia realizando una maestría en Salud Pública, en la Universidad Nacional de Rennes.
Rennes es una ciudad universitaria muy cosmopolita, donde cada año llegan miles de estudiantes de todo el mundo. Nora, mamá de Guadalupe, está feliz por el crecimiento de su hija, por lo que apenas leyó la historia de Lucía Ponce Peñalba, la salteña que vive en Madrid (publicada el domingo pasado) se comunicó con El Tribuno para compartir la propia.
Guadalupe hizo su secundaria en el colegio Belgrano y se graduó como Veterinaria en la Universidad de Buenos Aires hace tres años.
En diciembre de 2014 regresó a Salta y durante un año trabajó con un colega en Las Lajitas. La inquietud de estudiar en Francia surgió en un viaje con Nora, cuando visitaron a un primo del padre de la joven. A partir de ese momento, comenzó a buscar la forma de concretar ese sueño y postuló en el programa Bec.Ar del Ministerio de Educación y Deportes de la Nación.
Desde Francia, Guadalupe cuenta que se está capacitando con el compromiso de volver y aplicar lo aprendido en áreas de ciencia, tecnología e innovación productiva de relevancia estratégica para el desarrollo sustentable del país. Tiene previsto regresar en agosto de 2019. “En cada clase tengo presente mi pago; ya tengo muchas ideas para desarrollar. Me entusiasma el hecho de volver, para reencontrarme con la familia y los amigos; también para conversar y trabajar porque hay mucho para hacer en materia de Salud Pública en nuestra provincia”, destacó la profesional.
Vida parisina
Guadalupe llegó a París con los conocimientos básicos del idioma. Había empezado a estudiar francés seis meses antes de viajar. La maestría que realiza en Salud Pública se dicta en inglés y también incluye clases de francés, que de a poco va aprendiendo.
El giro en la vida de la joven veterinaria fue casi total. Admite que una de las cosas que aún le cuesta adaptarse es a la burocracia francesa. Allá cualquier trámite se realiza por correo postal, lo que lleva su tiempo y para lo que hay que armarse de paciencia.
Una costumbre francesa digna de imitar, destaca Guadalupe, es la amabilidad de la gente del lugar que, aunque te acerques a preguntar sobre una indicación o la hora, el saludo es lo primero: bonjour (buen día, buenas tardes).
En comparación con Salta, algo que le resultó interesante es el servicio de transporte público, dado que a donde vayas hay dos o tres opciones para elegir entre bicicleta, colectivo, metro o tranvía. El sistema de salud francés también es muy bueno, dice que afortunadamente aún no lo utilizó, pero se está empapando de cómo funciona a través de sus estudios.
A la viceversa, para la salteña en tierras parisinas, los franceses deberían quizá hacer las cosas de una manera más descontracturada y amigable. En Francia todo es más rígido, existe un sistema y se sigue esa estructura.
“Está bueno también dar lugar a la espontaneidad y a los momentos para conversar y tomar unos mates. También se debería disminuir el consumismo, acá todo te lleva a que compres algo nuevo antes de arreglarlo”, agrega Guadalupe Pérez Marchetta.
La apertura con los profesionales y trabajadores argentinos es muy buena. De hecho, “The Guardian” publicó que París es la segunda mejor ciudad del mundo para estudiar, menciona la joven desde su experiencia como estudiante en la Universidad Nacional de Rennes.
Sin embargo, las posibilidades laborales pueden llegar a ser más acotadas para los que no hablan el francés.
En lo que va de su corta estadía, Guadalupe destaca la gente que está conociendo, sus amigos de la universidad y la familia con la que vive y se siente parte. “Gracias a ellos entiendo los procedimientos y la cultura francesa”, dice.
Los lugares preferidos de Guadalupe
“Maison de la Argentine” o traducido al español Casa Argentina es el sitio en que Guadalupe Pérez Marchetta se siente como en casa. Allí vive una amiga a la que a veces visita.
Esto queda en la ciudad internacional universitaria, donde hay casas de todos los países que funcionan como residencias estudiantiles. La misma está dispuesta en un parque muy lindo, y lo más interesante, es que dentro de la residencia argentina, encontró compañeros de mate y de futuros asados (se ríe).
Un lugar en París que maravilla a la veterinaria salteña es la torre Eiffel. “Aunque suene un poco cliché, no me deja de asombrar”, admite.
La torre Eiffel es el principal símbolo de París y el monumento más visitado del mundo. La construcción de hierro de 300 metros de altura fue creada para una exposición en 1889.