La luna brindó un inusual triple espectáculo cósmico el miércoles: por primera vez en 37 años, una superluna coincide con luna azul y un eclipse lunar total. Hawái y Alaska tuvieron los mejores asientos, junto con el Yukón canadiense, Asia y Australia. El oeste de Estados Unidos, junto con Rusia, también disfrutaron del espectáculo. En cambio, la costa atlántica de Estados Unidos, Europa, la mayor parte de América Latina y África no pudieron ver el eclipse.
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La luna brindó un inusual triple espectáculo cósmico el miércoles: por primera vez en 37 años, una superluna coincide con luna azul y un eclipse lunar total. Hawái y Alaska tuvieron los mejores asientos, junto con el Yukón canadiense, Asia y Australia. El oeste de Estados Unidos, junto con Rusia, también disfrutaron del espectáculo. En cambio, la costa atlántica de Estados Unidos, Europa, la mayor parte de América Latina y África no pudieron ver el eclipse.
Se llama luna azul al segundo plenilunio en un mes calendario. Esta vez coincidió con el perigeo de la luna, el punto de la órbita en que nuestro satélite está más cerca de la Tierra, lo que permite una visión más grande y brillante que lo habitual. Si a esto se suma un eclipse total, también llamado luna sangrienta por su color rojizo, el espectáculo fue algo de recordar.
La NASA lo llamó la trifecta lunar, la primera superluna azul sangrienta desde 1982, una combinación que no se repetirá hasta el 2037.