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Solidaridad de un extremo a otro del territorio provincial

Docentes rosarinos organizaron una campaña solidaria y llevaron donaciones para comunidades wichis de San Martín. Cuando la solidaridad se convierte en un estilo de vida
Jueves, 04 de enero de 2018 00:00

Con la llegada de fin de año y los festejos de la época, en el mundo se vive un clima de unión familiar, reflexiones y balances. Sin embargo, muchos no la pasan bien; las necesidades primarias son notables y reina el hambre y la soledad. Es allí donde emerge la mano solidaria de aquellos que buscan un mejor estilo de vida para el prójimo.

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Con la llegada de fin de año y los festejos de la época, en el mundo se vive un clima de unión familiar, reflexiones y balances. Sin embargo, muchos no la pasan bien; las necesidades primarias son notables y reina el hambre y la soledad. Es allí donde emerge la mano solidaria de aquellos que buscan un mejor estilo de vida para el prójimo.

Bajo el lema "Una Navidad diferente", la profesora de Educación Física Susi Lía Cabezas viaja todos los años hasta el departamento San Martín, más precisamente a la localidad de Hickman, llevando donaciones de la comunidad rosarina para los aborígenes de la zona, recibiendo a cambio una sonrisa de quienes la esperan.

La docente destaca que una vez, en momentos difíciles, decidió hacer un encuentro religioso llamado Ecoge. En ese grupo conoció a una señora que vivía cerca de una comunidad wichi. "Me llamaba la atención lo que hacía esta señora; llevaba ropa y comida para todos allá. Un día me pidió ayuda para hacer una "Navidad diferente" para la comunidad wichi y acepté. Primero le conté a mis alumnas de la escuela, y les pareció una buena idea", comentó a El Tribuno.

Las donaciones comenzaron a llegar y cada vez era más lo que se recibía. "Fue sorprendente la cantidad de cosas que yo tenía en mi casa, era impresionante como Dios manejaba todo. Cuando logramos juntar todas las cosas, no teníamos cómo llevarlas a la comunidad y me llamó una amiga y me contó que su amigo quería colaborar. El señor puso a disposición su camión así que allá fuimos", indicó.

Un día con los wichis

La docente destaca que este año las donaciones superaron a la de años anteriores, ya que se pudieron juntar 218 cajas de mercadería, ropa y juguetes para los niños. "Cada vez que voy siento muchos sentimientos cruzados. Mucha bronca por ver cómo viven y muchísima alegría porque vamos llevándoles algo. Es algo tan emocionante lo que se siente que cuando toca volver uno se siente millonario en cuanto a lo sentimental y a lo material. Yo tengo agua, trabajo, hijos, luz. Su realidad es muy diferente, muy triste", describió.

Uno de los colaboradores de Susi es el profesor "Lalo" Solaligue, quien también se sumó a la campaña y no dudó en aportar su mano. "Esto para mí es un llamado de Dios, que me ha permitido poder compartir con estos hermanos y poder ver en ellos el rostro de Cristo. Se pudo comprobar la gran solidaridad del pueblo de Rosario de la Frontera, y que cuando alguien necesita siempre están presentes", indicó.

El docente también quiso hacer un pedido a los órganos estatales para que tengan más en cuenta a esta comunidad. "Quiero llamar la atención porque estos niños están muriendo de desnutrición y deshidratación y no cuentan con una ambulancia. Cuando hay una emergencia, hasta que llega el vehículo de otras localidades, lamentablemente, ya es tarde. Es vital que pongan una ambulancia en ese lugar para evitar muertes", concluyó.

 

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