Las muertes de Nicolás y Alfredo Ahanduni tocaron las fibras más íntimas del pueblo de Cerrillos. Ambos pertenecían a una vieja familia lugareña que creció a partir de los años 30 del siglo pasado, cuando don Abraham Ahanduni, sirio de nacimiento, se radicó en el pueblo para fundar una familia y un próspero almacén de ramos generales.
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Las muertes de Nicolás y Alfredo Ahanduni tocaron las fibras más íntimas del pueblo de Cerrillos. Ambos pertenecían a una vieja familia lugareña que creció a partir de los años 30 del siglo pasado, cuando don Abraham Ahanduni, sirio de nacimiento, se radicó en el pueblo para fundar una familia y un próspero almacén de ramos generales.
Pero lo que hoy más sensibiliza a los cerrillanos es que no es la primera vez que esta estimada familia es tocada por la tragedia.
En el verano de 1956, Alfredo Ahanduni, el tercer hijo de los cinco varones que tuvo don Abraham, murió cuando el camión que conducía fue arrollado por un cochemotor que, procedente de Alemanía, se dirigía a Salta.
En aquel verano, Cerrillos lloró muy sentidamente la trágica muerte del “Negro” Alfredo Ahanduni, tal como lo hace ahora, 62 años después, por otro Alfredo (Yuto), y su hijo Nicolás.