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Un cartero no repartía las correspondencia y fue condenado: tenía 19 mil en su poder

Ocurrió en Puerto Madryn. Le encontraron 19 mil correspondencias en su poder. Lo condenaron a un año en suspenso pero nunca se presentó y está prófugo.
Martes, 09 de enero de 2018 11:57

Un cartero que en 2015 fue condenado a 1 año de prisión por no haber entregado más de 19.000 correspondencias deberá cumplir ahora ese tiempo de cárcel en la Unidad 6 de Rawson, un penal de máxima seguridad y por donde han pasado los delincuentes más peligrosos del país.

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Un cartero que en 2015 fue condenado a 1 año de prisión por no haber entregado más de 19.000 correspondencias deberá cumplir ahora ese tiempo de cárcel en la Unidad 6 de Rawson, un penal de máxima seguridad y por donde han pasado los delincuentes más peligrosos del país.

Se trata de Manuel Marcelino Gutiérrez quien ahora es buscado por la Policía Federal por orden del juez Enrique Guanziroli.

Oriundo de Puerto Madryn, donde desarrollaba sus tareas, Gutiérrez tomó notoriedad pública cuando tras allanar su casa las autoridades encontraron bolsas llenas de correspondencia que el empleado del Correo Argentino debía entregar pero que nunca llegaron a su destino.

Parte de la correspondencia estaba abierta y otra tenían hasta dos años de antigüedad. En total eran 19.302 cartas. Tras ser detenido y someterse a un juicio, el cartero fue condenado en 2015 a un año de prisión en suspenso por el delito de “violar y ocultar correspondencia privada”.

Pero en julio del año pasado, el ahora excartero fue citado por el Tribunal para labrar un acta compromiso de sus condiciones de la sentencia. “Sin embargo, esa diligencia no pudo practicarse por la incomparecencia del nombrado”, dijo Guanziroli como juez de ejecución.

A Gutiérrez lo buscaron por todos lados pero nunca apareció. Hasta que fue declarado “en rebeldía”. “El condenado pese a los reiterados y sucesivos intentos de este Juzgado de Ejecución no ha cumplido con la presentación requerida, ni tampoco informado un cambio de domicilio, ni pagado las costas, ni asumido ninguna otra de las obligaciones impuestas en la sentencia”, dice la decisión del magistrado.

Por eso decidió hacer efectiva la prisión en la U-6 o en la cárcel del Servicio Penitenciario Federal más cercana al lugar donde lo detengan, expresa el dictamen del juez Guanziroli.

En su momento, el Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia había ordenado que las cartas secuestradas se entregaran. Y el sujeto para defenderse dijo ante el tribunal que “no le daba el tiempo para repartir todas las cartas y entonces las dejaba en su casa para ordenarlas”. Nadie le creyó por la enorme cantidad de correspondencia que tenía en su poder, repartida por toda su casa.

Una denuncia realizada por su suegra destapó el delito. Claro que aquella acusación había sido por violencia familiar, pero cuando se hizo el allanamiento nada pudo confirmar esos presuntos ataques. Pero sí aparecieron los llamativos bolsones.

La Policía encontró 26 bolsas de consorcio repletas de correspondencia. El material estaba repartido por varios ambientes, incluso dentro de un lavarropas en desuso. Y por eso fue condenado.

Pero como nunca se presentó ahora pagará su condena en la cárcel de máxima seguridad de Rawson (o tal vez en otra, de igual categoría si se lo encuentra fuera de la provincia) que tiene una historia propia.

Más allá de los sucesos de 1972 cuando de la U6 escaparon los presos políticos que después fueron fusilados por la Marina en lo que se conoció como “la masacre de Trelew”, este penal de máxima seguridad ubicado en la capital de Chubut supo albergar en sus pabellones al ladrón de bancos y blindados Hugo “La Garza” Sosa, lugarteniente del “Gordo” Valor, jefe de la superbanda.

También estuvieron un tiempo algunos de los “12 Apóstoles”, protagonistas de la trágica toma del penal de Sierra Chica. A una de esas celdas tendrá que ir Gutiérrez por no haber repartido las cartas.

 

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