Mariano Obarrio es periodista del diario La Nación y participó ayer en Salta de una jornada organizada por la “Unidad Provida” y la senadora nacional Cristina Fiore para poner en debate la educación sexual integral.
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Mariano Obarrio es periodista del diario La Nación y participó ayer en Salta de una jornada organizada por la “Unidad Provida” y la senadora nacional Cristina Fiore para poner en debate la educación sexual integral.
La actividad se hizo en el Centro de Convenciones de Limache, con transporte gratuito desde el monumento Güemes para todos los interesados en asistir, y con disparadores como: “Educación sexual sí, pero desde qué perspectiva?”.
En diálogo con El Tribuno, Obarrio consideró que la educación sexual “promociona” el cambio de género entre los niños. Además, repitió frases que vienen difundiendo grupos religiosos por distintos medios. “Se enseñan aspectos como la masturbación, el uso del sexo oral y la promiscuidad”, afirmó.
Obarrio también manifestó varias veces su rechazo a la “ideología de género”, término al que recurren frecuentemente sectores que tratan de deslegitimar las demandas a favor de la igualdad y la no discriminación por cuestiones de género o sexualidad.
El periodista, que militó contra la interrupción legal del embarazo, también se refirió al confuso episodio que protagonizó hace días en Buenos Aires, cuando trató de impedir junto a un grupo de mujeres que se realizara un aborto a una paciente que lo tenía indicado porque corría riesgo su vida. Argumentó que intentaron intervenir porque el hospital Rivadavia no les había “informado las causales” para que se hiciera la práctica.
¿Qué va a proponer en este encuentro para la educación sexual?
Es un encuentro para saber de qué se trata. Tiene que haber educación sexual en beneficio de la familia, de la vida, de los hijos, para cultivar los valores del reconocimiento del cuerpo del hombre y de la mujer, de la pareja y la no violencia. Pero creemos que la educación sexual integral con ideología de género no cumple con todo eso.
Y es lo que se está tratando de imponer en la Argentina a través de los programas del Ministerio de Educación de la Nación y de distintas provincias. Es un programa con ideología de género que busca establecer otras pautas culturales diferentes, donde no existen un hombre y una mujer y no existen los dos sexos sino que existen una diversidad de géneros casi interminables que invitan al niño, desde edad muy temprana, a elegir otro género diferente al sexo con el cual nació. Se niega el sexo biológico y se pasa a una serie de pautas culturales mediante las cuales hay otros géneros que se supone que el joven tiene que elegir.
También esta ideología de género promueve el sexo a temprana edad o el sexo precoz. Se enseñan aspectos como la masturbación, el uso del sexo oral o la promiscuidad. Se termina también promoviendo como contenido el aborto como solución para evitar los embarazos no deseados.
La ley de educación sexual no establece lo que usted señala. Tampoco lo dicen los manuales ¿De dónde sale esa información?
Hay manuales que sí. En función de una enseñanza del respeto a la diversidad, en realidad se fomenta, se promociona la elección por parte de los jóvenes de un género diferente al sexo biológico con el cual nacieron. Hay muchos manuales del Ministerio de Educación, por ejemplo en la ciudad de Buenos Aires, que hablan claramente de promover que la heterosexualidad no sea la única alternativa.
Una cosa es decirle al niño que hay que respetar la diversidad y otra es promover la orientación sexual diferente a la que el niño tiene.
¿Cómo se podría promover desde un aula una orientación sexual, que es algo que surge de la elección de una persona?
La orientación sexual tiene que ser la elección libre de una persona. En las clases de educación sexual, por ejemplo, se juega a invertir los roles, a disfrazarse del sexo opuesto. Hace poco en Tandil, 331 padres firmaron una presentación porque a los chicos se les enseñaba el sexo oral y anal, que es una clara incitación a adoptar otro tipo de tendencia sexual.
¿Han dialogado con autoridades de Educación para aclarar estas cosas?
Ellos niegan todo. Es cierto que la ley actual de educación sexual no tiene estos contenidos en su articulado. Pero el proyecto de ley de educación sexual integral que se quiere votar ahora en el Congreso sí lo tiene. El artículo dos dice que el Congreso creará un programa de educación sexual nacional vinculado a una serie de leyes y, entre ellas, está la de identidad de género. Y además ese programa es de orden público. Eso significa que el Ministerio de Educación de la Nación va a imponer ese contenido a todas las provincias, avasallando sus autonomías.
¿Eso no sería para que haya igualdad entre los alumnos de todas las provincias y en los programas educativos?
No creo que, para que haya igualdad, haya que avasallar las autonomías provinciales.
¿No le parece que, mientras se debatía sobre el aborto se decía que la solución no era la interrupción del embarazo sino la educación sexual y ahora que se rechazó el aborto se están poniendo condicionamientos a la educación sexual?
No. Siempre existió la educación sexual. Cuando era chico tuve educación sexual en sexto grado y promovía el conocimiento biológico y científico de la anatomía del hombre y la mujer y la manera de reproducirse, además del respeto. Lo que no quereos es el adoctrinamiento.
Hace unos días estuvo oponiéndose a un aborto que se iba a realizar en un hospital y que, según la información que se conoció, era legal porque estaba en riesgo la vida de la madre ¿Por qué?
Porque hasta ese momento existía una información emanada de fuentes muy confiables, que informaron a los médicos que actúan en los grupos provida, que trabajan en hospitales públicos, conocen los hospitales públicos y tienen muchas vinculaciones. La información era que se trataba de un embarazo que no tenía claras las causales de aplicación del protocolo de interrupción legal del embarazo. Eso se intentó clarificar, primero con las autoridades del hospital, después con el Ministerio de Salud. El Ministerio informó que se daban las causales para la aplicación del protocolo, pero nunca informó cuáles eran. Mientras tanto, seguía la información latente de que las causales no estaban claras.
Pero había médicos de por medio supervisando cuáles eran las condiciones...
Los médicos nunca dijeron nada. El Hospital Rivadavia nunca informó nada. Entendemos que puede haber confidencialidad pero, ante la posible eliminación de una vida, que para nosotros es algo muy triste, creímos que era válido tratar de establecer la verdad y una vez que se realizó el aborto...
¿Y si la que estaba en riesgo era la vida de la mujer y se impedía el aborto?
Nunca se hubiera podido impedir el aborto porque haya 20 personas en la vereda rezando o peticionando a las autoridades. No es lógico pensar eso. También es un disparate pensar que hayan entrado militantes provida disfrazados de médicos al hospital. Ahora, con el diario del lunes y el hospital Rivadavia diciendo que se aplicó el aborto porque había causales, todos dicen que nosotros mentimos. En ese momento nadie lo había explicado y nadie lo había informado.