¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

23°
23 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Denis Rocha, un atleta de 12 años que no entiende de barreras

Denis es ciego y corre de la mano de Joaquín Manzano, un joven de 17 años que se preparó para ser su guía. Los dos entrenan en el Club Pizarro de Orán y se convirtieron en amigos inseparables. 
Lunes, 15 de octubre de 2018 03:00

Hace un par de meses la vida de Denis Rocha (12) y Joaquín Manzano (17) cambió radicalmente cuando el entrenador de atletismo de la escuela de deportes adaptado del Club Pizarro de la ciudad de Orán les propuso prepararlos como atleta y guía, respectivamente, para competir en los torneos nacionales Evita.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Hace un par de meses la vida de Denis Rocha (12) y Joaquín Manzano (17) cambió radicalmente cuando el entrenador de atletismo de la escuela de deportes adaptado del Club Pizarro de la ciudad de Orán les propuso prepararlos como atleta y guía, respectivamente, para competir en los torneos nacionales Evita.

Joaquín practica atletismo en el Club Pizarro y allí conoció a Denis, en los entrenamientos fue creciendo esta amistad.

Denis, el chico ciego, empezó a contar sus sueños: "Son muchos pero sé que de a poco y juntos lo vamos a lograr", remarcó el joven con visible entusiasmo. Denis es hincha de River, ama el fútbol y admira profundamente a la selección argentina de fútbol "Los Murciélagos", pero en Orán no hay equipo de fútbol para ciegos, así que por ahora es una materia pendiente.

Joaquín es hincha de Boca, es un gran atleta y se enterneció cuando Denis le dijo que uno de sus sueños era conocer el mar, sentir el agua en sus pies, escuchar el sonido de las olas, sentir la brisa en su rostro.

"Yo puedo a ayudarlo, entrenaremos fuerte para llegar a clasificar al torneo Evita", pensó Joaquín antes de las competencias, pero este año no pudo ser. "Me sentí tan mal, por él y por mí", dijo Manzano.

Más allá del deporte

"Para ser guía es indispensable no solo poseer un buen estado físico, sino también la capacidad de convertirse en los ojos de la otra persona. La labor del guía pasa desapercibida, la satisfacción personal va más allá de recibir aplausos y medallas. A Joako lo mueve solo la felicidad de Denis", explicó el entrenador Julio Sosa.

"Admiro mucho a Denis, es muy divertido, tiene condiciones para la música y también en lo deportivo, sueño con acompañarlo al mar, pero también de que tenga la posibilidad de entrenar en un centro de alto rendimiento como el Cenard, porque estoy convencido de que él podrá ser un atleta de elite y en Orán no tenemos los medios a pesar de que nuestro profesor pone su vida en ello", expreso su guía.

"Correr con Joaquín me da mucha seguridad, segundos antes de la largada siempre me dice por más que no veas en el camino no hay nada en frente que pueda detenerte, y yo confío en él", confesó Denis.

Julio Sosa no solo es entrenador sino un gran consejero para los atletas que acompaña día a día. "Para que todo el engranaje funcione a la perfección, al guía lo debe mover el altruismo, sentir por el atletismo el máximo respeto y haber hecho de él y de sus valores los suyos propios, que le guste compartir el triunfo y el fracaso de un amigo, que se emocione cuando él se emocione, porque así se consiguen los éxitos. Un consejo, muy personal, para alguien que se plantee ser guía: hacete amigo del atleta, compartí abrazos, sudor y lágrimas y la recompensa será infinita".

Una historia de superación

Denis nació el 24 de septiembre del 2006 con una patología que no le permitiría ver, fue un noticia muy fuerte para la familia, pero sin embargo aceptaron el desafío con entereza.
Hijo de padres separados, Denis vivió siempre rodeado por el cariño de sus abuelos y tíos maternos y, por supuesto, de su madre, que falleció un mes antes de cumplir seis años.
“Fue un golpe muy duro para todos, pero sobre todo para Denis, que dependía absolutamente de ella, Silvina era su mundo”, recordó su tía Sara Godoy, con mucho dolor.
Hasta ese momento Denis tocaba varios instrumentos, teclado, armónica, flauta. “El día del velorio él llevo su teclado, tocó los himnos que le gustaban a su mamá y lo guardó para siempre”, agregó la tía.
Ese pequeño que le prometía a su mamá que le compraría una casa el día que sea famoso, había perdido las ganas, la motivación de seguir adelante.


Sus días transcurrían entre la escuela Osvaldo Pos, la escuela especial y el instituto de inglés, que no dudó en becarlo debido a la situación por la que atravesaba la familia.
En el camino Denis recibió muchas muestras de cariño de amigos y vecinos. “La señora Norma Maldonado le donó hace años una maquina braile y él estaba muy contento, pero hace un tiempo se rompió y no encontramos a nadie que se la arregle. Ahora escribe con un punzón, pareciera que a él todo le cuesta el doble”, remarcó la tía que lo cría como a un hijo.
A mediados de este año uno de los tíos, preocupado por la falta de motivación, sociabilización, lo inscribió en la escuela de deportes adaptados del Club Pizarro, “no sabía ni correr, pero junto a su entrenador, Julio Sosa, que confió en él, Denis recuperó su alegría y se animó a soñar. Ahora, de la mano de su guía Joaquín Manzano, que se convirtió en sus ojos y en su amigo incondicional, ganaron varias carreras”.
“Parece que se conocen de toda la vida”, dijo la tía.
 

Temas de la nota

PUBLICIDAD