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Ekeko, la larga marcha de un ídolo antiguo que sigue con la magia

En las crisis, se aguzan la imaginación y las esperanzas. Espacios donde poner al Ekeko.Ídolo andino, sobrevive a la modernidad en casas de Salta. Su día de festejo, se aproxima.
Miércoles, 17 de octubre de 2018 09:46

Popular como ningún otro, su día se celebraba los 22 de diciembre, coincidiendo con el solsticio de verano y el comienzo del año agrícola. Pero, los 20 de noviembre era el día en que los pueblos le pedían, con miniaturas que se ofrendaban a la deidad para que a lo largo del año los deseos que representaban se hicieran realidad.
Pero el Tribunal de la Inquisición promulga en 1570 una ley que prohíbe hacer figuras humanas o animales, tratando de eliminar ritos de las culturas de la región. Después de que los aymaras plantearan resistencia a la ocupación de Tupak Katari apoyando a los españoles, éstos permitieron que regresara la feria después de siglos de prohibición por la Extirpación de Ídolos de la Inquisición. Así que actualmente se lo festeja todos los 24 de enero, día de Nuestra Señora de La Paz.
Hoy el Ekeko arrastra bolsitas de simbólicos presentes por Bolivia, Perú, Ecuador, Argentina y Chile. Su llamada de socorro a los dioses de abastos, puede escucharse también en Europa y Estados Unidos. 
Su rito no es complicado: en algunas jornadas de la semana debe dársele de fumar. Su terrible metáfora habla de la única suerte: mientras se va detrás de las cosas de este mundo, la vida se quema como un cigarrillo.

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Popular como ningún otro, su día se celebraba los 22 de diciembre, coincidiendo con el solsticio de verano y el comienzo del año agrícola. Pero, los 20 de noviembre era el día en que los pueblos le pedían, con miniaturas que se ofrendaban a la deidad para que a lo largo del año los deseos que representaban se hicieran realidad.
Pero el Tribunal de la Inquisición promulga en 1570 una ley que prohíbe hacer figuras humanas o animales, tratando de eliminar ritos de las culturas de la región. Después de que los aymaras plantearan resistencia a la ocupación de Tupak Katari apoyando a los españoles, éstos permitieron que regresara la feria después de siglos de prohibición por la Extirpación de Ídolos de la Inquisición. Así que actualmente se lo festeja todos los 24 de enero, día de Nuestra Señora de La Paz.
Hoy el Ekeko arrastra bolsitas de simbólicos presentes por Bolivia, Perú, Ecuador, Argentina y Chile. Su llamada de socorro a los dioses de abastos, puede escucharse también en Europa y Estados Unidos. 
Su rito no es complicado: en algunas jornadas de la semana debe dársele de fumar. Su terrible metáfora habla de la única suerte: mientras se va detrás de las cosas de este mundo, la vida se quema como un cigarrillo.

 

Un deidad sufrida

 

Para los aymaras era el hijo bastardo de Wiracocha, al que llamaban Hake-Aku, “hombre de harina”. También se lo atribuyen a un personaje traedor de las leyes que se conoce como “Tunupa” y es considerado “el Cristo Andino” por las similitudes biográficas con Jesús. El pueblo kolla lo conoció como Ekhako y algunos kallawallas aún lo invocan como Keko -“petiso”- en sus ceremonias. Todo indica que de estas raíces procede el nombre actual.
Cuando se lo festeja en La Paz, se realiza “El corrido del Ekeko”, preámbulo de la feria. Entonces es llevado sobre una urna tras ser bendecido en una misa y a la salida de la iglesia con un humo ritual, para después recorrer el centro de la ciudad acompañado de música tradicional. La figura milenaria, una pequeña cabeza de color oscuro, fue robada en 1858 en Tiwanaku, por un aventurero suizo que emborrachó a los indígenas, que no querían venderla, para poder huir con ella. Recién en 2014 fue devuelta por el Museo de Historia de Berna.

Magia simpática


 El Ekeko representa un barrigudo risueño, con los brazos extendidos, que va repleto de alforjas. Los deseos, mediante la magia imitativa o simpática, se materializan en miniaturas simbólicas, de forma parecida a los exvotos. En las bolsas puede llevar billetes, números de lotería, casas, coches, peces, maíz, fideos, ropa, televisores, títulos profesionales o de propiedad y todo aquello que su dueño confía conseguir por su mediación. Si una muchacha necesita marido, no tiene más que adquirir una figurita de gallo, su gallo. También está permitido que las embarazadas pongan la imagen más cercana a lo que pretenden sean sus hijos.
Antes que nada: para que surta efecto, es necesario que el Ekeko no haya sido comprado por el usuario, es decir que tiene que haberlo recibido como un regalo o haberlo robado. Los jueves debe ponérsele un cigarrillo en la boca. Si nada le falta a él, nada nos faltará. Las miniaturas que se ponen a los pies del ídolo se abastecen en el mercado de “Alasitas” o “Cómprame”, en aymara. Es el que abre sus puertas los 24 de enero y reúne no solo exvotos sino productos de campo, cocina, tejidos, y mucho más.
En la literatura clásica, Fortuna era una diosa que no se regía por ninguna ley. Para dominarla se inventaron mil juegos. El Ekeko, es el legado de la América antigua en ese sentido: un regalo, un poder, un juego con lo que llamamos suerte.
 

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