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“El fenómeno más grave, ligado con la violencia, es la impunidad”

Entrevista con Roberto Rock, Presidente de la Comisión de Libertad de Prensa de la SIP.
Domingo, 21 de octubre de 2018 00:57

En la segunda jornada de la SIP se llevó adelante el informe país-por-país de la comisión de Libertad de Prensa e Información. Su presidente, Roberto Rock, dialogó con El Tribuno sobre la situación actual de la prensa en los distintos países de la región. Allí marcó con preocupación la elevada cifra de periodistas asesinados en lo que va de este año: 29 trabajadores de prensa perdieron la vida por llevar adelante su labor.

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En la segunda jornada de la SIP se llevó adelante el informe país-por-país de la comisión de Libertad de Prensa e Información. Su presidente, Roberto Rock, dialogó con El Tribuno sobre la situación actual de la prensa en los distintos países de la región. Allí marcó con preocupación la elevada cifra de periodistas asesinados en lo que va de este año: 29 trabajadores de prensa perdieron la vida por llevar adelante su labor.

¿Cuál es la situación actual de la prensa en la región?

En un resumen muy apretado debería suponer un panorama de claroscuros. Creo que en la parte oscura de los informes tenemos un número muy importante, tal vez uno de los más altos que se hayan registrado en la historia de la SIP de periodistas asesinados. Estamos hablando el 19 entre la Asamblea de medio año y en esta reunión y de 29 durante 2018. Es un número particularmente alto. 

¿Cuáles son los países donde más riesgo hay para desempeñar el periodismo?

Los países donde se presenta más peligro para la actividad periodística son México, nuevamente está repuntando Colombia después de tener un panorama más tranquilizador durante varios años, Brasil por la violencia urbana que ha tenido un pico y crecientemente en los países de Centroamérica. 

¿Qué origen tiene esa violencia sobre los periodistas?

Son fenómenos con orígenes diversos. En el caso de México, fundamentalmente es el crimen organizado, igual que en Centroamérica y también en Colombia; pero en otros casos hay una violencia orgánica que la autoridad no está siendo competente para investigar y para frenar. Creo que el fenómeno más grave, ligado con la violencia, es la impunidad. La impunidad es como un caldo de cultivo para que el fenómeno se recicle, se reedite. La baja expectativa de llevar ante la Justicia a los actores materiales o intelectuales de estos atentados es el principal incentivo para que este problema se siga reproduciendo. En este mismo ámbito de preocupaciones tenemos una inquietud creciente sobre el caso de Nicaragua, que creo que estamos viendo una violencia muy institucionalizada por parte del gobierno de Daniel Ortega, que ha derivado en más de 300 muertes en disturbios protagonizados por estudiantes, por jóvenes en particular; pero también por todo tipo de pobladores que son baleados directamente, no son víctimas de un fuego cruzado o de una bala perdida sino que son disparos a la cabeza, disparos al pecho de manifestantes.

¿Y la situación de la prensa?

Esta violencia viene acompañada también de un esquema de acoso, de censura a veces brutal, con allanamientos de periódicos, con hostigamiento de medios de comunicación en general y las condiciones para informar lo que está pasando en Nicaragua son cada vez más asfixiantes. Son contados ya los medios que pueden mantener una cobertura mínimamente expedita.

Otro país que ejerce violencia hacia la prensa es Venezuela...

Venezuela sigue siendo por supuesto un tema emblemático de cómo un régimen se puede ir pudriendo paulatinamente, sacrificando a su población, reduciendo las condiciones crecientes de miseria, con decenas de periódicos que por un motivo o por otro, por acoso judicial, por acoso gubernamental, por violencia física pero también por ahogamiento financiero o de escasez de materia prima han ido desapareciendo. Es una apuesta muy clara del régimen venezolano para imponer un apagón informativo. 

¿Y en Cuba?

Ya sabemos, parece un lugar común decir que en Cuba no existe la libertad de expresión. No hay una prensa formal, hay ejercicios de prensa digital muy valientes, como “14 y medio” y varios más, pero pese a los cambios aparentes políticos que hay en Cuba, no cambia nada. El nuevo presidente no representa ninguna apertura, ningún margen de tolerancia política adicional. Creo que es un panorama difícil también para países como Colombia, donde se ha ido endureciendo la violencia. Hay casos aislados de preocupación en algunos puntos.

¿Cuáles son los países que pudieron hacer un avance?

Creo que, en contraste, la parte un poco más luminosa la representa Ecuador, donde una misión de la SIP estuvo con el presidente Lenin Moreno. Eso habla más de cambios y mejoras a los estándares democráticos de lo que realmente se están produciendo. Lo que nosotros vemos son pasos de bebé donde el presidente Moreno lo que hizo fue detener el deterioro que en materia de libertades venía imponiendo el régimen de Rafael Correa. Ha dejado en suspenso algunas medidas que Correa se ensañaba en aplicar en contra de los medios en particular, pero tampoco las ha suprimido. Tampoco las ha derogado y siguen pendiendo de alguna manera sobre la cabeza de los medios independientes. Hay nuevos casos de demandas provenientes o procesados por el Estado contra medios de comunicación, hay decenas de demandas económicas muy gravosas para los medios que no han sido canceladas. Lo que ha hecho Moreno fundamentalmente es poner en suspenso ese tema, tendría que hacer mucho más y avanzar mucho más rápido para que realmente se considere que su gobierno se ha incorporado al ecosistema de países con estándares democráticos en América Latina. Sin embargo es una buena noticia que se frene esto, es una buena noticia que en otros países que había deteriorado este tipo de medidas, como Argentina, que se había endurecido la relación entre el gobierno y muchos medios, haya cambios.

¿Cambió esa situación particular con Macri?

Con el presidente ha mejorado. Muchos elogian en esta materia al presidente Macri por respetar a la libertad de expresión.

¿Y qué piensan en la SIP sobre este tema?

Nosotros pensamos en la SIP que es el trabajo de los mandatarios.

¿Entonces notan ese cambio?

Se nota ese cambio, es por eso que los ciudadanos nombran a un presidente para que respete las leyes, para que respete las libertades. No sentimos inclinación a aplaudir nada cuando sabemos que forma parte de la normalidad democrática. Creemos que tampoco la organización está para aplaudir a ningún gobernante. Evidentemente hay un contraste que tal vez se empaña un poco con la crisis económica que hay en el país, pero pensamos que particularmente en materia de libertad de expresión, que es nuestro ámbito de trabajo, ha habido un avance en la Argen tina. 

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