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Pobreza y abandono escolar

La educación cumple una función de socialización y forma para el trabajo.
Lunes, 22 de octubre de 2018 02:40

María Josefina Morello es profesora en Ciencias de la Educación, titular de la cátedra abierta Educación para Personas Privadas de Libertad, de la Universidad Nacional de Salta (UNSa).

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María Josefina Morello es profesora en Ciencias de la Educación, titular de la cátedra abierta Educación para Personas Privadas de Libertad, de la Universidad Nacional de Salta (UNSa).

En diálogo con El Tribuno, explicó que desde 2006 hay una ley que reconoce entre las modalidades del sistema educativo a la educación para personas alojadas en las prisiones como una modalidad.

Al ser consultada por los bajos niveles de educación formal de las personas privadas de la libertad, Morello respondió que "la cuestión es compleja y no depende de una sola variable. Tiene que ver con historias personales, con las biografías anticipadas que se fueron haciendo durante sus vidas. También tiene que ver con la contextualización de las trayectorias educativas previas a cuando ellos ingresaron a un contexto de privación de libertad, si sus familias pensaban en la escuela o no como una institución central", analizó la especialista

La pobreza y la privación material que generan que las personas no hayan podido asistir a la escuela "son problemas sociales que en la cárcel se los puede ver aún más", agregó.

En el contexto de encierro, "el sentido que van a encontrarle a la educación tiene que ver con las características propias del sujeto y si se percibe o no como un sujeto que puede aprender, si percibe o no a la educación como una herramienta para poder proyectarse", dijo.

La educación cumple una función de socialización y una económica: la de formar para el trabajo. Puede reducir la vulnerabilidad social educativa con la que ingresaron las personas al penal. En Salta hay BSPA que están funcionando en las cárceles y el nivel primario también. "Salir con una herramienta educativa los prepara diferente para la vida, para ingresar en el mundo laboral. Una vez que ingresan a la escuela, es difícil que se vayan.Yo creo que es una cuestión de vencer miedos, vergenza, dejar de pensar "no puedo'. Los educadores tenemos que escucharlos. El vínculo que se establece con docentes es muy interesante y ayuda al proceso educativo", agregó.

 

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