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29 de Marzo,  Salta, Centro, Argentina
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Piden no olvidar a Víctor Noé, el único abogado salteño desaparecido en la dictadura

“La memoria es lo más importante de un pueblo”, advirtió Alberto Noé, a 42 años del secuestro de su hermano, y lamentó que no haya un acto para recordarlo.
Viernes, 26 de octubre de 2018 00:15

"Para mí, el olvido es el retorno a la barbarie", declaró Alberto Noé al recordar ayer a su hermano Víctor Jacobo, el único abogado salteño secuestrado y desaparecido durante la última dictadura militar. Hoy se cumple el 42§ aniversario de esta tragedia, que hizo que Salta y la Argentina perdieran a una persona y a un profesional sumamente inteligente, que había hecho una opción por los pobres desde su juventud.

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"Para mí, el olvido es el retorno a la barbarie", declaró Alberto Noé al recordar ayer a su hermano Víctor Jacobo, el único abogado salteño secuestrado y desaparecido durante la última dictadura militar. Hoy se cumple el 42§ aniversario de esta tragedia, que hizo que Salta y la Argentina perdieran a una persona y a un profesional sumamente inteligente, que había hecho una opción por los pobres desde su juventud.

Víctor estudió Derecho en Tucumán, donde se destacó por ser un alumno excelente y reconocido por todos sus compañeros. Al ver la pobreza que había en esta provincia y lo mal que vivían los trabajadores, se metió en política y optó por defender a los más vulnerables y oprimidos. En la universidad, lideró el centro de estudiantes y el comedor estudiantil.

Su sueño era ejercer su profesión en Salta pero debió irse a Buenos Aires por las amenazas que recibió en esta ciudad. Allí lo secuestraron el 26 de octubre de 1976, unos siete meses después del golpe de Estado. Tenía 28 años.

En diálogo con El Tribuno, Alberto Noé, doctor en Sociología por la Universidad de San Pablo y profesor del doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, acusó al Colegio de Abogados y Procuradores de Salta de incumplir el compromiso, establecido en un acta, de mantener la plaza del barrio Luján que lleva el nombre de su hermano, y de homenajearlo con un acto en este espacio cada 29 de agosto, cuando se conmemora el Día del Abogado. "Mi hermano está doblemente desaparecido: por la dictadura y por el Colegio de Abogados de Salta", señaló.

Noé comentó que desde 2002, cuando se inauguró la plaza, en Coronel Suárez y Ameghino, hubo actos de homenaje durante las presidencias de Daniel Tort y de Martín Díaz en el colegio y que las gestiones posteriores no hicieron nada: "Siempre me mintieron. A mí no me gusta la mentira. No se puede mentir con los desaparecidos ni con los muertos; hay que respetarlos".

El hombre lamentó además que nadie lo hubiera llamado para proponerle hacer algo por Víctor: "Me da mucha tristeza saber que mucha gente sabe muy bien que mañana es el aniversario del secuestro de mi hermano Víctor Noé y es incapaz de llamarme por teléfono o de proponerme hacer algo en la plaza: una oración, un encuentro o una mateada. Cantemos, llevemos la guitarra o un bandoneón. Yo estoy dispuesto a todo".

El hombre describió lo que sucede en Salta y en la Argentina como un "retorno a la barbarie": "El retorno a la barbarie es el retorno al olvido porque lo más importante es la memoria", aseguró.

Noé agradeció que a la plaza la cuidaran los vecinos: "Está limpia, con juegos y niños jugando. Una plaza viva, como quería Víctor". Destacó que en la plaza Lavalle, frente a los Tribunales de Buenos Aires, está la lista de abogados desaparecidos, en la que figura su hermano. "Recordar la memoria es lo más importante de un pueblo. Mantener la memoria viva de quienes fueron los hombres más importantes que se tuvo", declaró.

Una pérdida inmensa

Noé estaba exiliado en México cuando recibió la noticia de la desaparición de su hermano. Antes le había insistido muchas veces que se fuera con él. Sin embargo, no lo escuchó. El dolor que siente es quizás comparable al de un padre que pierde a su hijo ya que, según relató, en la tradición judía, el hermano mayor es el sustituto del padre. Contó que su papá "era muy viejo para ser padre de él". Él le llevaba ocho años y asumió ese papel.

La tragedia de su hermano lo marcó para siempre: "Me hizo entender lo que es la vida y lo que es la muerte, lo que es la militancia, lo que son los humildes. Creo mucho más ahora que antes en la justicia social".

El monolito que está en la plaza Víctor Noé es como un mausoleo para él, "como si estuviera enterrado ahí". Por eso, cuando va, se pone la kipá, una pequeña gorra que usan los judíos para rezar, lleva uno de los salmos del profeta David, coloca una piedra y le reza a su hermano.

La acción de Cortázar

En diciembre de 1976, Alberto Noé viajó a París para pedir ayuda a Julio Cortázar, quien estaba en el comité de solidaridad con los exiliados argentinos. El escritor hizo una conferencia de prensa y denunció que Víctor había desaparecido en Buenos Aires.

La agencia France Press cubrió esta conferencia y al día siguiente la noticia salió en La Nación.

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