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Dos Concejos Deliberantes miran hacia otro lado frente a la violencia de género en sus recintos

En Quijano, una empleada sufrió violencia simbólica, física y psicológica. Y los ediles, varones y mujeres, ignoraron el hecho.En el otro, en Rosario de Lerma, un concejal maltrató a una deportista que iba a ser homenajeada y salió llorando.
Domingo, 28 de octubre de 2018 01:05

Los Consejos de Campo Quijano y Rosario de Lerma están en la mira. Ambos Deliberantes están integrados también por mujeres que no intervinieron en defensa de otras mujeres protagonistas de dos casos sonados ocurridos en las últimas semanas: En Quijano, una empleada sufrió violencia simbólica, física y psicológica. En el otro, en Rosario de Lerma, un concejal maltrató a una deportista que iba a ser homenajeada y, en cambio, salió llorando.

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Los Consejos de Campo Quijano y Rosario de Lerma están en la mira. Ambos Deliberantes están integrados también por mujeres que no intervinieron en defensa de otras mujeres protagonistas de dos casos sonados ocurridos en las últimas semanas: En Quijano, una empleada sufrió violencia simbólica, física y psicológica. En el otro, en Rosario de Lerma, un concejal maltrató a una deportista que iba a ser homenajeada y, en cambio, salió llorando.

Cuando desde los poderes públicos se ningunea a las mujeres víctimas de malos tratos y violencia física y psicológica, se desnaturaliza todo tipo de concientización que debe partir desde las instituciones para evitar este flagelo social.

Desafortunados dos hechos ocurrido en los Concejos Deliberantes de Campo Quijano y Rosario de Lerma demuestran cómo muchas mujeres siguen sufriendo este tipo de violencia frente a la indiferencia institucional y la mirada sesgada de los representantes, lo que agrava la situación ya que llega de quienes representan al Estado.

Carolina, el 11 de octubre denunció a un comunicador social por haberla zamarreado, y menoscabado por ser la secretaria política de un concejal de Campo Quijano. Lejos de preservar la integridad de la mujer ante el ataque denunciado, el cuerpo en pleno decidió investigar a la víctima por irregularidades en su nombramiento como empleada del Concejo Deliberante. Todo este acoso se transmitió por radio, y todavía la mujer debió padecer cuestionamientos de sus jefes en plena sesión y delante del denunciado agresor.

Abochornada

El otro caso está también relacionado a un Concejo Deliberante del Valle de Lerma, en donde cinco mujeres integran el cuerpo.

En Rosario de Lerma, el jueves 18 de octubre, la reconocida deportista internacional Fernanda Yapura, de apenas 20 años, radicada en Suiza en representación de la Argentina, al momento de ser reconocida por su mérito deportivo en el último mundial de Ciclismo en Austria, y por llevar en alto el nombre de su comunidad ante el mundo, fue violentada en su autoestima al ser sometida a un interrogatorio violento de parte de un concejal, por intentar saber si le correspondería una beca deportiva que ella no había pedido.

"¿Cuánto cobrás?, ¿cuánto necesitás?", vociferó el funcionario ante todo el cuerpo deliberativo, sin que nadie interrumpiera para calmar al concejal cuestionado. Mujeres y varones permanecieron impávidos frente al escandaloso y agresivo cuestionario que hizo saltar lágrimas de impotencia a la joven Yapura, un verdadero orgullo nacional que nunca mereció este indigno trato.

Resultado: la familia de la deportista pide sanciones disciplinarias contra el edil apuntado como agresor. "Mi hija no vino a pedir nada", dijeron.

La ley es clara

La ley nacional N´ 26.485, referida a la protección integral a las mujeres, menciona claramente varias aspectos que ambos Concejos Deliberantes pasaron por alto: la violencia contra la mujer es toda conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su seguridad personal. Y también quedan comprendidas las perpetradas desde el Estado o por sus agentes". Es decir, que en estos dos casos se puede notar violencia institucional, simbólica, psicológica y física (en uno de ellos) ejercida ante la vista de testigos contra ambas mujeres.

La primera, una joven madre de 25 años que apenas gana 3 mil pesos como empleada municipal, y en el caso de la deportista, con apenas 20 años recién cumplidos.

Dos casos con clara inmunidad política

El Observatorio de Violencia tiene en sus manos el proceso judicial de Quijano.

La mujer agredida en el Concejo de Quijano aguarda en la puerta del recinto.

En Campo Quijano, luego de espeluznantes muestras de maltrato, se llegó a escuchar de boca de una concejal decir que la víctima miente: “Sus acusaciones son falsas, todos los sabemos, usted es usada por el concejal Cruz”. A lo que la víctima en plena sesión debió interrumpir y replicar angustiada: “Yo digo la verdad, ustedes en vez de defenderme me exponen; hoy me zamarreó del brazo, mañana puede hacer cualquier otra cosa”.

Este calvario quedó en punto suspensivo por la resolución que se aprobó. “Pedimos al Observatorio de Violencia sobre si el proceso judicial está en manos de este organismo. Y a la señora le solicitamos que presente toda la documentación relacionadas con la denuncia. Para preservar la integridad de las dos personas, tanto la supuesta víctima como el agresor, pedí en forma personal al señor Guzmán (denunciado) que mientras se decida la cuestión judicial, que su presencia cuando trasmita las sesiones del Concejo, lo haga tras el vidriado del ingreso de la sala de sesiones”.

Dos semanas después

Esta resolución del cuerpo se emitió después de dos semanas de haber ocurrido el hecho. La abogada Mónica Menini explicó: “El Concejo expuso a la víctima como la policía de Quijano. Todos debemos ser protectores de esa mujer. Es grave que mujeres concejales no hayan intervenido apenas se enteraron del hecho. Para un organismo como el Concejo, no necesita que la víctima lleve la denuncia de su agresión, debe actuar de oficio, apenas tuvieron conocimiento. No se puede esperar que sea tipificado como delito el hecho”.

Agregó: “Algunos casos de violencia de genero no configuran comisión de delito. Me preocupa que este Concejo no haya tomado intervención inmediata. Ningún estamento del Estado necesita una denuncia para saber lo que está ocurriendo hacia dentro de ese organismo”. 

“Por otro lado, la policía no le pudo haber dicho que no es violencia de genero lo que iba a denunciar, eso lo decide un juez. Si el juez determina que no configura delito, la Oficina de Violencia Familiar (OVIF) es el tercero que puede intervenir”, detalló. “El Concejo debió acompañar a la víctima a buscar testimonios, a denunciar ante el OVIF, a protegerla en una palabra”. 

La abogada que tuvo contacto personal con la víctima señaló que este caso responde a un hecho de violencia simbólica y psicológica. 

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